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Coordinadora Antimilitarista Noviolenta de Madrid (2003)

Algunas cuestiones de fondo sobre la objeción al gasto militar

Algunas cuestiones de fondo sobre la objeción al gasto militar

OBJECIÓN FISCAL: OTRA VUELTA DE TUERCA PARA SEGUIR DECONSTRUYENDO IMPERIOS

En las reuniones de Zaragoza y de Sevilla del “movimiento antiglobalización” se decidió promover, como campaña antimilitarista de este movimiento, la Objeción Fiscal (OF) al Gasto Militar y a la Política de Seguridad y Defensa de la UE. La Coordinadora Antimilitarista Noviolenta de Madrid, quiere hacer de esta campaña uno de sus trabajos prioritarios para el presente semestre. En este texto queremos explicar diversas razones por las que apoyar activamente esta lucha de desobediencia contra el gasto militar puede ser tan oportuno como eficaz.

¿Qué es la Objeción Fiscal?

La OF al Gasto Militar es una campaña política de desobediencia civil que consiste en proponer a las personas que, por diversos motivos, presentan la Declaración de la Renta (IRPF) que se nieguen a pagar un determinado porcentaje de ésta y que lo hagan manifestando públicamente en su Declaración que el motivo de esta negativa es su rechazo radical a financiar el Militarismo y el Gasto Militar, acompañando un documento en el que se hace saber al Ministerio de Hacienda que el dinero así detraído se ha desviado a un proyecto o colectivo que defiende otros valores. Como campaña de desobediencia civil, la OF tiene varias grandes líneas de trabajo en las que merece la pena detenerse:

- Su pretensión es utilizar una obligación legal para darle la vuelta, instrumentalizándola a nuestro favor para hacer de ella un altavoz de nuestras reivindicaciones. Así, el principal objetivo de esta campaña desobediente no sería tanto el desvío de recursos desde las voraces arcas del Estado a las humildes huchas de nuestros grupos, sino una oportunidad más que no desperdiciamos para ejercer nuestra responsabilidad y compromiso político y seguir diciendo NO.

- Permite denunciar el elitismo y secretismo con que se deciden los temas de defensa, en los que la opinión de la gente está secuestrada y ninguneada.

- Proponemos a la sociedad que recupere el protagonismo con la mejor arma a nuestro alcance, la no servidumbre voluntaria, la desobediencia, la promoción de luchas sociales diferentes.

- El momento de “declaración de los impuestos”, por ello, aparece como significativo pero no como el único momento ni el más importante. Los grupos que promueven OF buscan, sobre todo, aprovechar el primer momento, de debate y sensibilización, para llegar con sus propuestas, materiales, acciones, etc. a la calle.

- La OF no busca una “legalización”, ya sea de un derecho a la exclusión del impuesto (que se me permita no contribuir a lo militar, pero que el Gasto Militar continúe incuestionado) o a la determinación de éste (que me permitan elegir si quiero Asuntos Sociales o Iglesia Católica, por ejemplo), ni busca un reconocimiento legal, sino aprovechar la fisura del sistema por medio de la desobediencia para promover una conciencia social diferente (otro mundo es posible). Rechazamos cualquier Prestación Sustitutoria que mantenga indemnes los principios neoliberales al uso y que pretenda canalizar (y anular entonces) nuestra disidencia.

Orígenes y referentes

La OF es una de las propuestas de desobediencia civil más antiguas que hoy existen en el Estado Español. Nació de los grupos antimilitaristas y noviolentos, principalmente del entorno del MOC, en los años 80; continúa desde entonces y se ha enriquecido durante todo este tiempo con las prácticas de la insumisión. Ello nos indica el talante y el contenido político que tiene la Campaña y nos permite diferenciarla de propuestas pintorescas que se han dado contra los impuestos, como puede ser la presunta “objeción” de los comerciantes a pagar determinadas tasas que graven su negocio etc. Hilando un poco más fino, “Objeción Fiscal” no sería la forma más propia de denominar nuestra práctica. Es algo más que una “objeción” pues aspira a la total abolición del Sistema Militarista, de igual manera que la Objeción de Conciencia al Servicio Militar derivó pronto en el Estado Español a la Insumisión contra el Militarismo y sus expresiones. Y no es propiamente “fiscal” puesto que parte y acepta (estratégicamente, eso sí) la obligación fiscal anual del pago de los impuestos directos, el llamado IRPF. Aunque sigamos hablando de OF, no debemos perder la perspectiva citada, sin olvidar ni renunciar a nuestra memoria y a nuestras utopías que, en cuanto tales, son todas necesariamente conquistables. Debemos indicar que la campaña de OF no deslegitima otras opciones ideológicas respecto a los impuestos y no implica la aceptación de la potestad estatal para imponernos este tipo de obligaciones, sino que pretende aprovechar una norma restrictiva (la del IRPF) para hacer de su desacato un motivo de lucha política y de argumentación contra las políticas militaristas del Estado y de la UE. La OF así se entiende como una propuesta estratégica y no como una cuestión de principios últimos de gente “sensible” que opta por “terceras vías” para salvaguardar reparos individuales.

Algunas incertidumbres necesarias

No proponemos la OF como solución mágica, absoluta e ingenua contra el Gasto (y el Fasto) Militar, sino como una lucha más dentro del amplio contexto de lucha contra los procesos de la globalización. Sólo ahí cobra sentido. Por eso también rechazamos el militarismo y su modelo de defensa, porque creemos que ni hay que defender lo que el militarismo defiende, ni cabe hacer una defensa del modo en que ellos la practican, ni hay ninguna razón que justifique el Gasto Militar y las estructuras militarizadas. En este sentido la OF también da noticia tanto de nuestro rechazo activo y desobediente a participar de su modelo, como de nuestra práctica, ya y ahora, alternativa. Y esto lo hacemos 1) con la propia desobediencia, 2) con nuestra participación política en determinadas luchas, 3) entregando el dinero “detraído” al Estado por medio de la OF a otras luchas y campañas que verdaderamente defienden lo que nosotr@s queremos defender, 4) con campañas estrictamente antimilitaristas, 5) con las propuestas de otro tipo que cada cual considere más oportunas.

Todo esto tiene sentido siempre que nuestra resistencia se demuestre infagocitable. Las dudas nos pueden asaltar a la hora de decidirnos sobre si nos embarcarnos o no como objetoras/es fiscales. En un currículum militante ya saturado de por sí de múltiples propuestas e incertezas, ¿es la OF una más? Al contrario que con otras acciones germinales que últimamente se vienen articulando, aquí contamos ya con una experiencia de cerca de dos décadas. La duda de la eficacia y alcance político que la OF puede conseguir nos la responde el mismo Estado. Hasta ahora el porcentaje de objetoras/es fiscales perseguid@s ha sido irrisorio. Evidentemente eso tiene una lectura, y más cuando el Ministerio de Hacienda ha hecho un esfuerzo brutal desde la muerte de Franco por capilarizar con sus tentáculos toda manifestación económica perseguible. Si a las personas que han hecho pública su desobediencia, han alterado el impreso del IRPF, han detraído fondos, se han jactado de ello..., se les ha aplicado una medidísima represión selectiva es porque hay instrucciones superiores a las cúpulas del Ministerio de Hacienda para “no meneallo”. Es mejor perder una cantidad de dinero que meterse en harina y lanzar el debate político sobre los usos que al dinero de tod@s se le da. Se pierden dineros para mantener incólume el Dinero. Los Delegados de Hacienda a quienes llegan las cartas de declaraciones de OF las archivan a la espera de que esto no vaya a más. Para que el DINERO con mayúscula siga malversándose en Gasto Militar, el Estado renuncia a los dinerillos de la OF. Es el pequeño precio contable por hurtar el debate político: eso es lo que pretenden que les costemos. Los múltiples palos de ciego que hubo que dar para reprimir la Insumisión algo han enseñado a los gestores del palo y la zanahoria. Acudiendo a un viejo principio de origen medieval, empleado en estos reinos por tanto desde antiguo, aplican al asunto del IRPF eso del “Obedézcase, pero no se cumpla”. Una sencilla cuestión de suma y resta: costaría políticamente mucho más plantar cara a l@s desobedientes que los beneficios económicos que, hasta ahora, somos capaces de detraer. Esta perspectiva la hemos de tener presente para no acomodarnos en un rincón de transgresión consentida que, con la excusa de que a nosotr@s también nos conviene, vaciaría la carga de enfrentamiento radical a que la OF aspira. Ésta es una de las principales incertidumbres que tenemos delante: cómo sortear el silencio institucional y mediático aun sin una persecución masiva. Es una gran oportunidad -un gran reto- para afianzar un discurso que evite planteamientos nucleares victimistas y represivos y nos permita centrarnos en lo que realmente nos interesa: la abolición del Militarismo en todas sus expresiones. No queremos salir tan barat@s.

En resumen, compañer@s, hemos de reconocer que no hemos ido tan allá. El propio Ministerio nos dio la pista hace tiempo con una de sus campañas. Si recordáis, la nueva teología/tecnología transmitida por todos los medios y soportes posibles de comunicación nos dijo, nos redijo y nos quiso hacer creer eso de que Hacienda somos tod@s. Humildemente no hacemos sino seguir aquí la máxima. Si es verdad que “tod@s” somos tod@s, l@s desobedientes exigimos nuestra cuota de participación en ese misterio ontológico. Como “tod@s” también ha de incluir a l@s desobedientes, más anclad@s al mundo real y cotidiano de lo que el Poder quisiera (con más posibilidades de participación, por tanto), ponemos nuestro granito de arena para que la desobediencia, la resistencia y la rabia no queden fuera de una manifestación tan ecuménica como la fiscal. Pero siempre incordiando. Un granito de arena con vocación de montaña previsible, desde cuyas cimas sigamos deshaciendo Imperios, atisbando que Otro mundo es posible, superando los mezquinos horizontes a los que nos abocan ierrepeefes, tristes ministerios, siglas variadas y caridades dirigidas o, en el mejor de los casos, voluntaristas. Y no vamos a perder oportunidades de demostrarlo. Incluso en el IRPF: desde él, a pesar de él, contra él, sin él, o por encima de él, serenamente insistimos: Ni una mujer, ni un hombre, ni un euro para la guerra. Objeción Fiscal por una Europa desmilitarizada.

Coordinadora Antimilitarista Noviolenta (Madrid)

Alternativa Antimilitarista - Moc
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