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El Fusil Roto: Boletín No 73 de la Internacional de Resistentes a la Guerra

Contra todos los Militarismos

Contra todos los Militarismos

Editorial

Las Luchas de las Personas, las Alternativas de las Personas, es el título del Foro Social Mundial en Nairobi, un tema, que ciertamente es de gran relevancia para antimilitaristas y pacífistas, tema que también es de gran relevancia dentro del contexto áfricano, con sus luchas populares contra la explotación neo-colonial y contra la guerra y la violencia. Desde los comienzos de proceso del Foro Social Mundial en el 2001, antimilitarista y pacifistas se han mantenido a un lado del proceso, perdiendo la oportunidad de participar del debate con movimientos de todas partes del mundo. Ciertamente existen diferencias de opiniones, estrategías, y principalmente diferentes puntos de vista sobre el uso de la violencia. Siendo que debemos pararnos firmes en nuestro compromiso con el pacífismo y el antimilitarismo, tenemos mucho que aprender de otros movimientos sociales, pero también mucho que entregar. La noviolencia tiene un gran repertorio de herramientas y experiencias de prácticas de verdaderas democracias de bases, empoderando a gente y construyendo alternativas. Estas experiencias - muchas veces provenientes del anarquismo y feminismo- es de gran valor para el proceso del Foro Social Mundial, el cual tiene grandes dificultades con temas como la democracia participativa, toma de decisiones, y demases. No es que tengamos todas las respuestas - lejos de aquello - pero podemos contribuir nuestra valiosa experiencia. Creemos que no es el momento de solo sentarse y criticar al FMS y otros movimientos sociales, desde una perspectiva purista. Es tiempo de relacionarse con otros movimientos , y usar el espacio que nos entrega el FSM - no sin criticas- para ser parte del desarrollo de nuevas alternativas y estrategias para cambiar el mundo. Porque el cambio radical, revolucionario , es necesario si queremos romper el circúlo de violencia, pobreza, destrucción medioambiental y la carrera nuclear.

Andreas Speck & Javier Gárate

Contra todos los militarismos

Por qué una perspectiva antimilitarista es importante para todos los movimientos sociales.

El Foro Social Mundial ha cumplido ya seis años. Desde los inicios en Porto Alegre en 2001, ha crecido, ha inspirado procesos regionales, y ha cambiado. Con el éxito del Foro Social Mundial vino el interés de la izquierda tradi- cional, y de los gobiernos de izquierda. El presidente de Brasil Lula intervino en el Foro Social Mundial, y el gobierno venezolano instrumentalizó el “policéntrico” foro de Caracas para promocionar la “Revolución Bolivariana”. ¿Está entonces el FSM abrazando la anticuada política tradicional de izquierda y abandonando sus propios principios? ¿Está cayendo el FSM en la vieja trampa de oponerse a un sector del espectro político - el imperialismo de EE. UU. - y hacer la vista gorda ante las violaciones de derechos humanos y el militarismo cuando suceden en el sector “izquierdo” del espectro político, según el sencillo principio de que “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”?

Los principios del Foro Social Mundial

La Carta de Principios del Foro Social Mundial [1] data de 2001. El primer párrafo de esta carta establece las bases del FSM: “El Foro Social Mundial es un espacio abierto de encuentro para: intensificar la reflexión, realizar un debate democrático de ideas, elaborar propuestas, establecer un libre intercambio de experiencias y articular acciones eficaces por parte de las entidades y los movimientos de la sociedad civil que se opongan al neoliberalismo y al dominio del mundo por el capital o por cualquier forma de imperialismo y, también, empeñados en la construcción de una sociedad planetaria orientada hacia una relación fecunda entre los seres humanos y de estos con la Tierra. ”

El párrafo 5 afirma: “El Foro Social Mundial reúne y articula a entidades y movimientos de la sociedad civil de todos los países del mundo”, y así excluye a gobiernos y ejércitos. El párrafo 9 incluso lo especifica, si bien de forma suavizada “No deben participar del Foro representaciones partidarias ni organizaciones militares. Podrán ser invitados a participar, en carác- ter personal, gobernantes y parlamentarios que asuman los compromisos de esta Carta.”

El párrafo 10 trata de valores importantes: “El Foro Social Mundial se opone a toda visión totalitaria y reduccionista de la economía, del desarrollo y de la historia y al uso de violencia como medio de control social por parte del Estado. Propugna el respeto a los Derechos Humanos, la práctica de una democracia verdadera y participativa, las relaciones igualitarias, solidarias y pacificas entre las personas, etnias, géneros y pueblos, condenando a todas las formas de dominación o de sumisión de un se
r humano a otro.” Y el párrafo 13 menciona como uno de los objetivos que “busca fortalecer y crear nuevas articulaciones nacionales e internacionales, entre entidades y movimientos de la sociedad, que aumenten, tanto en la esfera pública como la privada, la capacidad de resistencia social no violenta al proceso de deshumanización que vive el mundo y a la violencia utilizada por el Estado”.

El Llamamiento de Bamako [2], que es como una variante de estos principios, se presentó en el FSM policéntrico de Mali en enero de 2006. El llamamiento de Banako está repleto de la anticuada retórica de la izquierda, y pone especial énfasis en la clase trabajadora - de hecho, casi parece como si el término “organizaciones civiles” empleado en la Carta de Principios desapareció del lenguaje del llamamien- to de Banako. Por ejemplo, el llamamiento de Banako pide acríticamente “Ampliar las campañas de solidaridad con Venezuela y Bolivia, en cuanto constituyen lugares de construcción de alternativas al neoliberalismo y son artesanos de una integración latinoamericana”. No obstante, el llamamiento de Bamako reconoce “que el fracaso del sovietismo y de los regímenes que provienen de la descolonización, resulta en gran medida del hecho de que han negado las libertades y subestimado la democracia. La elaboración de alternativas debe integrar esta constatación y dar un sitio preeminente a la construcción de la democracia”.

Sin embargo, de forma más notable, tanto en la primera Carta de Principios como en el llamamiento de Banako, hay una total ausencia de análisis del propio militarismo. El antimilitarismo se considera como anti-imperialismo, y se limita al rechazo a las actividades militares de EE.UU y la OTAN, pero no se extiende a otros actores.

¿Por qué antimilitarismo?

En su declaración “Noviolencia y lucha armada”[3], La Internacional de Resistentes a la Guerra escribió: “Desde nuestro punto de vista, los movimientos de liberación son válidos mientras que fortalecen la autogestión y la autoorganización y reflejan las aspiraciones de las/os excluidas/os. Pueden contener a muchos grupos sociales y tendencias políticas distintas, pero dependen de la participación de las/os que no tienen ningún poder.

La liberación que pretenden no puede tener como consecuencia la opresión de otras os, sino que debería respetar los derechos de todas os: somos demasiado conscientes del peligro de que las os liberadores de hoy pueden convertirse en las os opresores de mañana.”

“No hay nada romántico en la experiencia bélica, ni siquiera en la guerra revolucionaria. Podemos comprender las razo- nes para recurrir a la lucha armada, pero prevenimos contra sus consecuencias. No importa, ni si la lucha armada es el último recurso; la guerra degrada. Los sabotajes discriminados tienden a desdibujarse entre ataques indiscriminados, asesinando ciudadanos no combatientes y trayendo como consecuencia represalias. Los conflictos locales estallan en disputas que se mantienen a sí mismas bajo ningún control político, la violencia se convierte en el patrón para manejar el conflicto.

Si la lucha militar persigue como fin último la victoria, entonces se requiere un ejército, un ejército de soldados dispuestos a matar sin rechistar, operando en firmes cadenas de mando, y dependientes de abastecedores de armamento que desean explotar la lucha, ya por influencia política o por beneficio económico. Las necesidades militares tienen prioridad sobre cualquier consideración humana o social.”

Hay multitud de ejemplos, y no disponemos de suficiente espacio para analizarlos aquí. Así que algunas “instantáneas” serán bastante:

* Tras la victoria de los Sandinistas en Nicaragua en 1979, los EE.UU. inició una campaña de guerra de baja intensidad y apoyó a la contra. Como respuesta, el gobierno Sandinista de Nicara- gua estableció el reclutamiento forzoso, con el fin de poder reclutar un número suficiente de jóvenes para una lucha militar contra los contras.

* La lucha armada por la independencia en Angola desde los años 60 condujo a la independencia política en 1975, pero fue seguida inmediatamente por una guerra civil, que duró hasta 2002. En esta guerra, actores externos - el apartheid de Sudáfrica, los EE.UU., y la Unión Soviética y Cuba, que enviaron a su ejército en apoyo al MPLA - tuvieron un importante papel.

* Eritrea consiguió su independencia de Etiopía tras décadas de lucha armada del EPFL que concluyeron en 1991. Sin embargo, desde la independencia formal en 1993, Eritrea se ha embarcado en un política de militarización y violación de los derechos humanos. Todos lo jóvenes eritreos - chicos y chicas - están sometidos a un servicio militar antes de finalizar su escolarización, y los castigos por eludir el reclutamiento o la deserción incluyen tortu- ras, muerte, encarcelamiento e incluso el encarcelamiento de familiares.

Esta lista continuaría.

El presidente venezolano Hugo Chávez dijo en 2005 que el FSM necesita que “agreguemos una estrategia de poder” a su agenda [4]. No estoy de acuerdo con Chávez muy a menudo, pero en esto sí. Pero una estrategia de poder necesita un análisis del poder, y en este análisis el antimilitarismo difiere enormemente del populismo anti-imperialista de Chávez.

El poder es fundamental. El poder no sólo en el sentido de poder sobre - el poder de un grupo de gente para dominar a otro grupo de personas (violencia estructural). La comprensión del poder es también crucial para vencer al poder y a la violencia; poder con como el poder de la gente actuando unida en cooperación, para conseguir cosas que no podrían conseguir en solitario; y el poder hacer algo, basado en habilidades, conocimiento, convicción. Un análisis del poder necesita incluir un análisis del Estado.

Según Gustav Landauer, “el Estado es una condición, una cierta relación entre seres humanos, una forma de comportamiento humano; que destruimos estableciendo otras relaciones, comportándonos de manera diferente.”[5] Esto es incluso más importante para los anti-militaristas. Landauer lo afirma sin rodeos: “La guerra es un acto de poder, de asesinato, de robo. Es la más aguda y clara expresión del Estado. La lucha contra la guerra es una lucha contra el Estado; cualquiera que se implique en la política de Estado, incluso desde un punto de vista revolucionario, es parte de la guerra.”

El Foro Social Mundial y el antimilitarismo

La Carta de Principios del Foro Social Mundial está abierta a perspectivas antimilitaristas, pero dicha perspectiva no es todavía parte de ella. El llamamiento de Banako carece de perspectiva antimilitarista, y esto lleva por una dirección errónea.

El movimiento anti-globalización, el movimiento radical homosexual, el movimiento feminista, el movimiento anarquista, son algunos de los áreas donde buscar y construir nuevas relaciones, donde pretendemos superar la violencia estructural y cultural. Grupos de afinidad, grupos comunitarios, acción directa noviolenta, pero también el desarrollo de alternativas - okupas, cooperativas alimentarias, vivienda alternativa, etc. - son lugares donde podemos establecer otras relaciones, comportarnos de manera diferente, no con la intención de formar parte del Estado, sino la de disolver esta forma de organizar las relaciones humanas que está basado en la violencia (estructural), y que crea violencia - en la sociedad y mundialmente.

Haciendo esto, incrementaremos “la capacidad de resistencia social no violenta al proceso de deshumanización”, tal y como el Foro Social Mundial pretende, y aprender a practicar “una democracia verdadera y participativa, las relaciones igualitarias, solidarias y pacificas entre las personas, etnias, géneros y pueblos, condenando a todas las formas de dominación o de sumisión de un ser humano a otro”

En su declaración de 1990, la Internacional de Resistentes a la Guerra afirma: “Pueden existir ocasiones en las que parezca que la noviolencia ha fallado. Pero estamos seguras/os de que, si la noviolencia activa trae como consecuencia la represión, la lucha armada proporcionará un pretexto para una represión incluso más brutal. Si la noviolencia activa no puede provocar el cambio rápidamente, ninguna otra forma de resistencia popular la hará en un plazo de tiempo más corto. Se necesita un nuevo marco de estrategia, basado en la construcción de la confianza y en la cohesión de las personas en actividades enraizadas en comunidades locales.”[6]

Estamos convencidos/as de que una perspectiva de noviolencia y antimilitarismo es crucial para todos los movimientos sociales comprometidos en el proceso del foro social.

Andreas Speck

Notas:

[1] http://www.forumsocialmundial.org.br/main.php?id_menu=4&cd_language=4

[2] http://www.globaljusticecenter.org/ponencias2006/bamakoESP.htm

[3] http://www.antimilitaristas.org/article.php3?id_article=968

[4] http://www.ipsterraviva.net/TV/WSF2005/viewstory.asp?idnews=171

[5] Gustav Landauer, For Socialism. St Louis, Missouri, 1978
(alemán: Berlin 1911)

[6] http://www.antimilitaristas.org/article.php3?id_article=968

Noviolencia revolucionaria en Africa:

Antiguos compromisos, nuevas esperanzas

Compilado por Matt Meyer

Para precursores de la noviolencia revolucionaria - el interconectado compromiso por el cambio social radical y de las estrategias y tácticas no-armadas de las “fuerzas del alma” - la historia y las luchas contemporáneas a lo largo del continente africano proveen un rico ejemplo de gran esperanza. Del temprano movimiento Pan-Africano, cuando el líder ganiano Kwame Nkrumah fue descrito como el Gandhi de África, a los éxitos del movimiento anti-apartheid, a los grupos de bases de mujeres que actualmente fomentan la resolución de conflictos y el diálogo. El continente que deliberadamente un singlo atrás fue llamado “negro” y popularmente visto como nada más que “destruido por la guerra” de hecho hoy en día da más ejemplos de acciones pacifistas positivas que la mayoría de los lugares en el planeta. En el venidero África World Press colección de dos volúmenes Seeds of New Hope: Pan African Peace Studies for the Twenty-First Century (2008, editado por J. Atiri y M. Meyer, ver http://www.africaworldpressbooks.com) personas académicas como también activistas se han unido para documentar y discutir este floreciente movimiento. A conti- nuación presentamos extractos de una selección de ensayos, el cual incluye trabajos de personas relacionadas con la IRG como Jorgen Johannsen, Chesterfield Samba, Jan Van Criekinge, Koussetogue Koude, and Marianne Ballé Mou- doubou, como también por Silvia Federici, Yash Tandon, Bernadette Muthien de IPRA, Rais Neza Boneza de Transcend, Joseph Sebarenzi y Elavie Ndura.

«Durante los tiempos de los movimientos de liberación ciertamente había muchas esperanzas pero también existían las semillas de los conflictos venideros, ya que líderes se apoyaron fuertemente en los mismos métodos y tácticas que los gobernantes coloniales habían utilizado. Hoy todavía existen muchos conflictos. Eso si muchas veces en conversa- ciones con activistas de base, en conferencias con profesores y economistas alternativos, y en la presentación de este volumen vemos las semillas de una nueva esperanza. Mis propias esperanzas para África se centran hoy alrededor de la creencia de que superaremos las limitantes que ocurren cuando personas son seducidas por el poder. Mis esperanzas y expectativas nuevamente son que el movimiento popular florecerá, solo de esta forma lograremos conseguir una verdadera democracia del pueblo.»

* Antiguo miembro de Pan Africano y objetor de conciencia de la Segunda Guerra Mundial Bill Sutherland

«Las mujeres africanas están siendo pioneras en iniciativas de paz, uniendo de forma innovadora las últimas investigaciones y teorías en resolución de conflictos noviolentos y los mecanismos tradicionales de resolución de conflictos, ellas están reinterpretando lo tradicional adaptando las tradiciones a los problemas contemporáneos y expandiendo los roles de las mujeres. Las mujeres en África, cumplen muchos roles en los conflictos: como víctimas, como perpretadoras y como líderes previniendo, terminando, y sanando las heridas de los conflictos.»

«Iniciativas de paz de mujeres africanas van desde iniciando diálogos entre grupos enemigos, como en las redes subterráneas establecidas por mujeres del norte y sur de Sudán; a movilizar sectores completos de comunidades para prevenir la violencia, como lo hacen las mujeres del Grupo de Paz Wajir en el norte de Kenia; a identificar nuevos desafíos para la paz, como el trabajo en VIH/SIDA y conflictos asumidos por Femmes Africa Solidaritié; o reintegrando niños soldados de vuelta a la vida civil, como lo hacen las mujeres de Jamii Ya Kupatanish in Gulu, Uganda. También están sanando las heridas de guerra como Pro Femmes/Twese Hamwe en Ruanda quienes están tratando de construir Villas de Paz donde viudas y huérfanos/as Hutus y Tutsis viven juntos/as. Así las mujeres africanas están reinterpretando la tradición y expandiendo el espacio público para las mujeres.»

* Movimiento Internacional de la Reconciliación Shelley Anderson

«Después de la guerra entre Eritrea y Etiopía entre 1998 - 2000, la cual causó decenas de miles de muertes en ambos lados y mutiló y desfiguró una gran cantidad de jóvenes, desplazando a cientos de civiles y consumiendo el tesoro nacional, el número de objetores/as de conciencia se incrementó. En este momento, miles de personas de Eritrea objetan el servicio militar, y son forzados/as a dejar el país y vivir en exilio. Un número considerable está en Libia, Etiopia, Sudan, y en partes de Europa pidiendo asilo político. En Eritrea la objeción de conciencia es un tabú, objetores/as de conciencia son consideradas cobardes y faltos de patriotismo. No existe un servicio civil alternativo, y la deserción es castigada con hasta cinco años de prisión y durante tiempos de guerra el castigo incluye la pena de muerte. Debido a su naturaleza militarista el gobierno no tolera ONGs independientes, grupos de derechos humanos, observadores internacionales, o periodistas... pero vemos que rechazar el servicio militar pavimenta el camino para la paz. Necesitamos democracia y las normas de la ley. Las personas de Eritrea están en una crisis política, social y económica, con urgencia necesitamos una atmósfera y un liderazgo elegido constitucionalmente y un sistema multipartidista. También existe la necesidad urgente de la liberación de todos los prisioneros políticos y objetores/as de conciencia. Las ideas y enseñanzas de los/as objetores/as de conciencia son pacifistas por naturaleza, están basadas en la humanidad y la moral, creemos que pueden oponerse al engaño, la propaganda confusa de la unidad nacional y de la soberanía nacional, las cuales son devastadoras y siempre provocativas.»

* Co-fundador de la Iniciativa Antimilitarista de Eritrea y O.C. Yohannes Kidane

«Si quizás las personas hubieran venido a África y compartido sus recursos equitativamente, quizás nunca habríamos tenido los conflictos que hemos tenido, pero no fueron compartidos equitativamente. En cualquier lugar en este mundo, a no ser que aprendamos a compartir los recursos de forma equitativa no vamos a disfrutar de la paz. A no ser que aprendamos a respetar los derechos humanos (de mujeres, derechos medioambientales) no conoceremos la paz. Tendremos que ir mas allá y decir que existen otras personas que viven en este planeta además de nosotros/as la especie humana. Tenemos a las otras especies, y también tienen el derecho a ser respetadas. Solo ahí podemos comenzar a vivir en paz.»

* Fundador del Movimiento Green Belt y galardonado con el Premio Nóbel 2004 Wangari Maathai

CONGO (DRC) y los especuladores de la guerra

¿Una tragedia olvidada por el movimiento global por la paz?

Después de décadas del colonialismo, dictadura y guerras, el miércoles, el 6 de diciembre de 2006, la República Democrática de Congo (DRC) juró a su primer Presidente libremente elegido desde la independencia de Bélgica, en 1960, Joseph Kabila.

La guerra civil e internacional de seis años -en el Congo- que ha matado a más de cuatro millones de personas y desplazado otros dos millones, podría haber terminado “oficialmente” pero las muertes no. Cada día en el Congo una combinación mortal de atrocidades relacionadas con el conflicto (donde violación es utilizada extensamente como arma por todos los bandos implicados): hambre, pobreza y enfermedad, mata a más de 1.200 personas. Este conflicto es seguramente una de las tragedias humanas menos reportadas y divulgadas de nuestro tiempo, siendo una de las más letales desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Las décadas de violencia, pobreza y enfermedad implacables, han creado lo que Naciones Unidas ha llamado el desafío humanitario más grande que enfrenta la humanidad. El movimiento global por la paz también ha descuidado este sangriento, pero muy complejo conflicto, en el cual diversos grupos, países y especuladores de la guerra aparecen implicados.

El Congo tiene una larga historia de mercantilismo, pillaje y guerra. Extremadamente rico en cobalto, diamantes, cobre, oro y otros minerales raros, el territorio atrajo el interés de las potencias imperialistas europeas sólo a fines del siglo XIX. En la conferencia de Berlín (1884-1885) el rey belga de entonces Leopoldo II, tuvo éxito en conseguir el reconocimiento para sus demandas sobre este enorme territorio, inserto en el corazón del continente africano. En su nombre, el monarca creó el “Estado Libre de Congo” donde prontamente se inició una explotación brutal de la madera, el caucho, y el marfil. Se dice que la mitad de la población del Congo Bassin casi desapareció entre 1880 y 1920 como resultado directo o indirecto de este despiadado pillaje colonial.

El Congo ganó independencia de Bélgica el 30 de de junio 1960 bajo el gobierno del presidente Kasavubu y el carismático y popular primer ministro Patrice Lumumba. Posteriormente siguió un período de gran inestabilidad y de la intervención militar extranjera, incluyendo las Naciones Unidas. Las provincias ricas en minerales de Katanga y de Kasai del sur, con la ayuda activa de compañías coloniales y de mercenarios, pronto declararon su independencia. En 1965 finalmente un segundo golpe del coronel del ejército Joseph Mobutu marcó el principio 32 años de un gobierno dictatorial apoyado por occidente - él cambió su propio nombre a Mobutu Sese Seko e incluso el de su país a “Zaire”. Mobutu y la élite que lo secundaba, pillaron la riqueza de la nación de manera tan profunda que el sistema se conocía comúnmente como “Cleptocracia”. Este sistema se derrumbó en mayo de 1997 cuando las tropas del eterno rebelde Laurent-Désiré Kabila, padre de Joseph, ayudaron a deponer al ya muy enfermo Mobutu.

L-D “Mzee” Kabila sólo podría haber tomado el poder en el Congo con la masiva ayuda militar de Rwanda y Uganda, y el uso de niños combatientes. En agosto de 1998 Rwanda y Uganda repelieron una rebelión contra el débil y corrupto gobierno de L-D Kabila - una guerra deonominada «La Primera Guerra Mundial Africana» debido a sus semejanzas con qué sucedió en Europa en 1914: casi todos los países vecinos y muchos grupos armados no estatales del estaban de la región de los Grandes Lagos de África (Uganda, Rwanda, Burundi, Sudán). Principalmente las tropas de Zimbabwe, Namibia, Chad y Angola aseguraron la supervivencia del régimen de Kabila, mientras que Museveni de Uganda y Kagame de Rwanda eran los soportes principales de la rebelión. Rwanda justificó la intervención en el este del Congo debido a los rebeldes de Interahamwe ubicados en esa parte del país. Pero había también motivaciones económicas muy importantes tras las acciones de Rwanda y de Uganda.

En enero de 2001, el L-D Kabila fue asesinado por sus guardaespaldas en circunstancias aún bastante confusas, quedando su hijo Joseph en el poder.

La guerra produjo efectos destructivos en unas estructuras políticas ya muy débiles, especialmente la división de hecho del país entre las zonas occidentales y meridionales, controladas por Kabila y sus aliados, y los grandes territorios en el norte y el este ocupados por varias organizaciones rebeldes, milicias y ejércitos de los países vecinos. Las luchas internas por el poder y el control de la riqueza mineral dentro de los territorios controlados por los rebeldes, han dado lugar a una catástrofe humanitaria. Casi el 90% de las víctimas de la guerra son civiles, sobre todo víctimas del hambre, la enfermedad y la violencia criminal como resultado de la anarquía. La violación se ha utilizado extensamente como un arma en esta guerra.

Aunque un tratado paz firmado en 2004 bajo el apoyo surafricano supuestamente terminó con la guerra convencional, las hostilidades continúan en el este del país entre la milicia rebelde, el ejército de Congolés y las fuerzas de la UN-MONUC, causando muchas víctimas civiles. Pero a pesar del hecho de que la cifra de muertes en el Congo hace palidecer a aquellas de Darfur o del Tsunami de 2004, el conflicto aún es desconocido para la mayoría de los medios y del público en general.

Desde los inicios del gobierno de transición, en junio de de 2003, los grupos armados vinculados a los países vecinos y a oficiales del corrupto gobierno congolés, han continuado la ilícita explotación económica en el país. Una investigación de tres años llevada a cabo por un panel de expertos convocados por el consejo de seguridad de Naciones Unidas en 2000, descubrió sofisticadas redes de conexión entre personeros políticos, militares y del mundo de los negocios con varios grupos rebeldes, alimentando así la guerra con el objetivo de conservar el control sobre los recursos naturales del país. En una serie de informes polémicos, el panel expuso el ciclo vicioso de un conflicto “orientado a los recursos” que mantiene en jaque al Congo.

«Hay un interés mundial en que el actual mecanismo de pillaje siga en pie. Un número enorme de personas están drenando los recursos del Congo. Toda la información está disponible en Internet. Hay una élite del gobierno del Congo, toda clase de firmas europeas y norteamericanas, un número enorme de firmas africanas, y especialmente las élites de los países vecinos. Es una red muy extensa y compleja que se beneficia de la guerra y de su explotación.»

En su informe de octubre 2002, el panel también acusó a docenas de compañías occidentales de violar el sistema de estándares internacionales responsabilidad social corporativa conocido como las “Pautas para las Empresas Multinacionales. El panel consideró que era necesario traer a la luz el papel de dichas compañías en la perpetuación del conflicto. Un informe de abril 2004 RAID (Derechos y Responsabilidad para el Desarrollo), «Preguntas por contestar: Las compañías, el conflicto y la República Democrática del Congo», examinó los alegatos del panel de la ONU contra 40 compañías e incluyeron la evidencia adicional que atestiguaba la implicación de algunas sociedades en violaciones a los derechos humanos, corrupción y/o la explotación ilegal de recursos. La mayoría de los gobiernos de la OCDE rechazaron investigar las demandas del panel y frente a su inacción, las ONGs internacionales comenzaron a archivar quejas y organizar campañas de conciencia pública bajo el nombre del “No a la sangre en mi teléfono celular”, haciendo referencia al pillaje del escaso mineral “coltan”. Sobre una docena de quejas que alegaban las violaciones de las pautas de la OCDE para las empresas multinacionales fueron sometidas a los gobiernos americano, belga, británico y holandés.

«El gobierno del Congo debe actuar prontamente respecto de las recomendaciones de la investigación del parlamento congolés que destapó la explotación ilegal y el mercantilismo de los recursos naturales y la especulación producto del conflicto armado», dijo un importante grupo de organizaciones internacionales ambientales, de ayuda y de derechos humanos, en julio 2006 de.

En junio 2005, la Comisión Lutundula, una comisión especial de la Asamblea Nacional del Congo, conducida por el decidido parlamentario Christophe Lutundula, entregó un informe sobre sus investigaciones respecto contratos mineros y de otros negocios, que los rebeldes y autoridades del gobierno congolés firmaron entre 1996 y 2003. El informe encontró que docenas de contratos eran o ilegales o o tenían un valor limitado para el desarrollo del país, y recomendaba su término o renegociación. Además aconseja acciones judiciales contra un número importante de actores políticos y corporativos implicados en dichas operaciones. La discusión del informe de la comisión de la Asamblea Nacional se ha pospuesto ya dos veces y debido a una agenda parlamentaria recargada, retrasando así los riesgos. «Durante años los políticos del Congo se han enriquecido sin proporcionar ningún beneficio pueblo congolés. Los beneficios de tales repartos se han logrado, a menudo, a costa de un enorme sufrimiento y la masiva pérdida de vidas humanas», dijo la coalición de ONGs.

El informe de la Comisión de Lutundula dirige la atención hacia la explotación ilegal en curso y recomienda una moratoria inmediata en la firma de nuevos contratos hasta después de las elecciones. Mientras se realizaba la investigación, se amenazó a algunos miembros de la comisión y varios políticos, funcionarios y ejecutivos de compañías se manifestaron poco dispuestos a colaborar. Los funcionarios de las Naciones Unidas y del senado belga, que habían investigado la extracción recursos naturales en el Congo entre 2000 y 2003, retuvieron información importante con respecto a algunos acuerdos ilegales haciendo mención cláusulas de confidencialidad.

En su informe, la comisión corrobora los resultados centrales del panel de expertos de la ONU y de otras investigaciones, que concluyeron que los beligerantes estuvieron motivados por su deseo de explotar los minerales y la riqueza económica del Congo. Los beligerantes utilizaron algunas de sus ganancias para financiar otras operaciones militares que implicaron a menudo amplios abusos de los derechos humanos contra civiles y violaciones de la ley humanitaria internacional.

«El mensaje de la guerra y de la transición en el Congo es que la violencia funciona. Sin una respuesta firme, los efectos destructivos de esta lección se sentirán probablemente por largo tiempo», explica Timothy Raeymaekers, investigador que trabaja para el Grupo de Investigación del Conflicto de la Universidad de Gante. El autor vislumbra oportunidades de mejorar las condiciones de vida de la población del Congo, evitando la explotación sistemática de los recursos del país por parte de una pequeña pero poderosa élite. Entrega recomendaciones concretas en el campo de la reforma agraria, el sector minero y la integración económica. El pillaje minero ilegal de los oficiales del gobierno y de las milicias irregulares ha generado billones en un año. «Éste dinero se debe utilizar para el beneficio de la gente del Congo».

Jan Van Criekinge

Una versión más extensa y con las correspondientes notas ha sido publicada en «Noticias de los especuladores de la guerra» disponible en:

http://wri-irg.org/pubs/warprofiteers.htm

¿Es un rescate o una multa?

Una rareza en los principios legales en Eritrea

Miles de hombres y mujeres jóvenes han huído de Eritrea y pedido asilo en los países vecinos como Sudán, Libia y Etiopía y países europeos y en EE.UU. Algo que aumentó notablemente tras la guerra entre Eritrea y Etiopía de 1998 a 2000 y las abiertas acciones represivas del actual gobierno de Eritrea.

Esta huída masiva de hombres y mujeres jóvenes se produce para evitar el reclutamiento forzoso o tras desertar del ejército. El servicio militar, obligatorio para todos los hombres y mujeres de entre 18 y 40 años, se ha prorrogado indefinidamente del periodo de 18 meses establecido por una normativa de 1994. Además de las excesivas violaciones de los derechos humanos de los reclutas, el servicio consiste en servicio militar y proyectos de construcción relacionados con el ejército.

El derecho a la objeción de conciencia al servicio militar no está reconocido por las autoridades eritreas. Hay frecuentes redadas para capturar a los que evaden el servicio y a los desertores. Una vez en poder del ejército, los desertores afrontan detenciones arbitrarias indefinidas, torturas, maltratos y en ocasiones ejecuciones a manos de sus superiores. Estos son métodos utilizados regularmente en las fuerzas de defensa eritreas como castigo por la evasión, deserción y otros delitos militares. Sin embargo, ninguna de estas medidas detiene la deserción y evasión del ejército de estos hombres y mujeres.

La última medida que el gobierno aplica es detener a los padres de los desertores y evasores como rehenes y obligarles a pagar dinero. Para un gobiernos que depende de transferencias del extranjero para sus monedas fuertes, tal medida parece ser lucrativa. Pero lo más duro es que la mayor parte del los evasores no tienen ocasión de alcanzar países donde podrían envíar el dinero del rescate para liberar a sus padres detenidos. La mayor parte de los evasores se quedan en países vecinos como Sudán y Etiopía atrapados en campos de refugiados y dependen para su sustento de organizaciones internacionales humanitarias y de ayuda a refugiados.

Según el servicio de noticias Nº 329 de Amnistía Internacional, el gobierno eritreo detuvo en diciembre de 2006 a unos 500 parientes, la mayoría padres y madres, de jóvenes que han desertado o eludido el reclutamiento. Los detenidos fueron los padres, madres u otros parientes de hombres y mujeres de más de 18 años que no se han presentado al servicio militar desde 1994, no han asistido al último curso escolar obligatorio en el campamento militar de Sawa, han abandonado su unidad militar, o salido del país ilegalmente. Los familiares han sido acusados de facilitar la evasión del reclutamiento o su salida al extranjero.

Las últimas detenciones han tenido lugar en las poblaciones de la Región Central alrededor de Asmara, la capital, en una redada que comenzó el 6 de diciembre de 2006. Desde que instituyó la política de detener a los padres y madres por los presuntos delitos de sus hijos e hijas, el gobierno ha estado basándose en los informes de los oficiales locales (zoba) para realizar sus redadas.

Ninguno de los detenidos ha sido acusado de un delito o llevado ante un tribunal dentro de las 48 horas que estipula la Constitución y las leyes de Eritrea. Las autoridades han establecido que los detenidos deben o sustituir a los reclutas o pagar una multa de 50.000 nafka (aproximadamente 1000 €) por cada hijo desaparecido. Si se niegan a cumplir o pagar el dinero, se enfrentan a un encarcelamiento por tiempo indefinido. Algunas familias pueden ser obligadas a pagar por dos o tres de sus hijos desaparecidos.

De la misma manera, en julio de 2005, varios cientos de familiares de personas que habían desertado o eludido el reclutamiento militar obligatorio fueron detenidos en la zona sur de Eritrea (Debub). Fueron mantenidos incomunicados, muchos en duras condiciones y con riesgo de torturas o malos tratos.

La Iniciativa Antimilitar Eritrea ha estado denunciando la detención ilegal de padres y madres de los evasores al ejército. Nuestra iniciativa cree que el principio de responsabilidad penal personal, según el cual nadie puede ser castigado por un acto del que no es personalmente responsible, es un principio fundamental legal que se recoge en toda la legislación internacional de derechos humanos. Estas detenciones de padres y madres de evasores al ejército violan este principio, y especificamente el derecho a la libertad y seguridad de la persona y el derecho a no ser sometido arbitrariamente a detención o prisión contenido en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, de los que Eritrea es parte.

Abraham G. Mehreteab

Eritrean Antimilitary Initiative

Mühlgasse 13, 60486 Frankfurt main

Web www.eritrean-ai.com

El Derecho a Rechazar a Matar

Desde la fundación de la Internacional de Resistentes a la Guerra en 1921, el Derecho a Rechazar Matar (Objeción de Conciencia) ha sido el centro del trabajo de la IRG.

A pesar de que este derecho hoy en día es reconocido como un estándar internacional, en la práctica no es respetado, y quienes exigen este derecho sufren prisión o algo peor aún (ver por ejemplo artículo sobre Eritrea en Fusil Roto).

La Internacional de Resistentes a la Guerra apoya objetores/as de conciencia y desertores/as donde sea que se encuentren. El enfoque del trabajo es apoyar en su lucha a grupos y movimientos de objeción de conciencia por el reconocimiento de este derecho. El 15 de mayo (Día Internacional de la Objeción de Conciencia) es usado cada año para resaltar una lucha en particular. En el 2007 el enfoque es la objeción de conciencia en Colombia.

Además la Internacional de Resistentes a la Guerra mantiene un sistema de alertas por correo electrónico (co-alert) en caso de arrestos o de prisión de objetores/as de conciencia. La solidaridad y la protesta internacional pueden ayudar a proteger a objetores/as en prisión, y en algunos casos facilitar su liberación.

El trabajo de la Internacional de Resistentes a la Guerra por el derecho a la objeción de conciencia, está estrechamente relacionado con nuestra perspectiva antimilitarista: luchar contra la guerra y contra las causas de la guerra. Para la IRG, la objeción de conciencia no se trata de personas individuales eximidas del servicio militar, sino de desarrollar la causa antimilitarista para abolir la guerra y el militarismo. En esto, el derecho a la objeción de conciencia es una herramienta, pero no un fin en si mismo.

El Programa de la IRG El Derecho a Rechazar Matar pública mensualmente una carta de noticias por correo electrónico, en inglés, francés y castellano, con actualización sobre la objeción de conciencia y el servicio militar. Más información está disponible en http://wri-irg.org/co/rrk-es.htm.

Si tienes cualquier consulta, por favor contacta la oficina de la IRG en info wri-irg.org

Iniciativa Global contra Especuladores de la Guerra

Uno de los pilares principales que mantiene a la guerra y al militarismo es el económico. Es durante tiempos de guerra cuando corporacion relacionadas con la guerra realizán sus grandes ganancias. En África esto se hace muy evidente, donde los gobiernos qué están “promoviendo la paz” para la región, al mismo tiempo facilitán el comercio de armas pequeñas y la explotación de sus recursos naturales. Las armas pequeñas ilegales son una gran amenaza a la seguridad, a lo largo del centro y este de África, promoviendo el crímen al mismo tiempo que avivando y prolongando los conflictos.

Las armas pequeñas y ligeras, como rifles de asalto, son de gran utilidad para para guerras irregulares que todavía existén en la región ya que son baratas, fáciles de usar, accesibles y duraderas. Los tres principales países exportadores de armas pequeñas durante el 2006 fueron: Los USA USD $533.000.000, Rusia USD $130.000.000 y China USD $100.000.000.

La Campaña de Control de Armas, iniciada por Amnistía Internacional, Oxfam e IANSA, estima que hay más de 600 millones de items de armas pequeñas en circulación, y que más de 1135 compañias basadas en más de 98 diferentes países están produciendo armas pequeñas como también sus variados componentes y municiones. La explotación de recursos naturales especialmente de minerales en África es también una forma de especular con la guerra. En muchos casos, estas explotaciones traen consigo desplazamientos forzados de personas y empeora los conflictos locales, como sucede en el Congo.

La IRG está desarrollando una Iniciativa Global contra los Especuladores de la Guerra, con el objetivo de coordinar y apoyar campañas locales contra especuladores de la guerra a un nivel internacional. Durante el FSM estaremos realizando un taller sobre especuladores de la guerra con una mirada especial en Africa.

El Fusil Roto

El Fusil Roto es el boletín de la IRG y se publica en inglés, castellano, francés y alemán. Este es el número 73, de febrero del 2007. Ha sido producido por Andreas Speck, especiales agradecimientos van a quienes han colaborado con material para esta edición. Si deseas más ejemplares puedes solicitarlos a la oficina de la IRG en Londres o descargarlos de nuestra página web.

War Resisters’ International

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London N1 9DX

Gran Bretaña

tel + 44-20-7278-4040
fax + 44-20-7278-0444

info wri-irg.org

http://wri-irg.org/pubs/br73-es.htm

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