Comunicado de apoyo del Grupo Antimilitarista de Bilbao KEM-MOC a los activistas anti-TAV encausados por el lanzamiento de tartas a Yolanda Barcina.
Desde la experiencia de más de 30 años trabajando por la abolición de los ejércitos y la desmilitarización utilizando diversas estrategias noviolentas, entre las que destacan por su respaldo y apoyo social diversas formas de Desobediencia Civil y Acción Directa Noviolenta, y ante el tratamiento mediático de esta acción y las acciones judiciales emprendidas contra sus autores, el Grupo Antimilitarista de Bilbao KEM-MOC desea manifestar lo siguiente:
1. En primer lugar, señalar que, a nuestro juicio, el lanzamiento de tartas contra Yolanda Barcina, y en la medida en que se puede encuadrar dentro del amplio abanico de acciones que caben dentro del marco de la Acción Directa Noviolenta, resulta una forma legítima de acción política.
En este sentido, entendemos que esta acción cumple con todos los requisitos establecidos por la tradición de noviolencia y desobediencia civil, tanto a nivel teórico como práctico, por tratarse de un acto público, noviolento, consciente y político.
Así, podemos hablar de acto público, de manera fundamental, porque se comete en público, pudiendo por tanto compararse a un discurso, a una forma de reclamación, apelación o petición.
También podemos hablar de acción noviolenta ya que en su desarrollo no se ha vulnerado ningún derecho fundamental, y el único bien jurídico que se ha podido ver perjudicado, además de la imagen de intangibilidad de la clase política, es la el orgullo de la señora Barcina.
Y por último, podemos hablar de acto político porque además de estar dirigido a una representante política, está fundamentado y regido por principios políticos en la medida en que apela a una concepción de la Justicia socialmente compartida y que se considera vulnerada (es decir, la necesidad de que el conjunto de la población tome parte en el debate y la decisión acerca de una infraestructura que tiene un enorme impacto social, económico y medioambiental).
2. En segundo lugar, y en relación con el punto anterior, que esta acción continúa por el camino marcado por otras y otros muchos activistas que, utilizando la creatividad, la imaginación, la diversión y la experimentación, han puesto en práctica una forma de acción que a través de la ridiculización de una “figura importante”, busca deshacer la «normalidad» de situaciones e interpretaciones dominantes, desnaturalizar y hacer visibles las situaciones cotidianas de poder, dominación y violencia y generar debate.
En este punto, sólo hay que recordar algunos casos previos como los tartazos recibidos por representantes políticos como Nicolas Sarkozy, Helmut Kohl o Jacques Delors, y destacados responsables de corporaciones económicas como Bill Gates o Rupert Murdoch.
3. También queremos recordar que el verdadero problema es el TAV, y no los tartazos. La destrucción del entorno natural, el desaforado despilfarro económico y el impacto social que supone esta infraestructura justifican acciones de este tipo, que buscan ser la herramienta para denunciar este despropósito.
En el mismo sentido, la falta de debate social y de participación ciudadana en todo lo relacionado con construcción del TAV, ha obligado a los colectivos que se oponen a él a recurrir a formas no ortodoxas, pero legítimas, de participación política.
4. En cuarto lugar, denunciamos que tanto el tratamiento mediático como el judicial desplegado contra los autores de esta acción, y que incluye entre otros, su encausamiento en un tribunal de excepción como es la Audiencia Nacional o el intento de vinculación del colectivo a la izquierda abertzale y la violencia de ETA, responde a una clara voluntad de:
desprestigiar socialmente al movimiento anti-TAV y los objetivos que éste persigue;
desmovilizar y desactivar, a través del miedo a la represión y de las condenas que pudieran hacerse efectivas, al colectivo de personas que lo componen, y por extensión al resto de movimientos sociales que trabajan por la transformación social;
lanzar el mensaje de que el sistema y sus responsables políticos y económicos son intocables.
En resumen, desde nuestra apuesta por la desmilitarización social y las formas de lucha noviolentas, manifestamos que la acción del lanzamiento de tartas contra Yolanda Barcina es una forma de Acción Directa Noviolenta y resulta una vía legítima de acción política. Así mismo afirmamos, que esta acción está en sintonía con muchas otras similares desarrolladas anteriormente en otros muchos lugares del mundo contra personajes relevantes y con las que se busca la denuncia de una situación y la apertura de un debate. Y por último, denunciamos el intento de desactivar la lucha desarrollada por éste y otros movimientos a través de la intoxicación informativa, la judicialización y la represión de sus componentes.