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Mark Achbar (’Noam Chomsky: Manufacturing Consent’) y Jennifer Abbott

Documental The Corporation: ¿Instituciones o Psicópatas?

Documental The Corporation: ¿Instituciones o Psicópatas?

THE CORPORATION: ¿INSTITUCIONES O PSICÓPATAS? (2003)

"Hace 150 años, la corporación era una institución insignificante. Hoy es una presencia viva, dramática y persuasiva en todas nuestras vidas. Al igual que la Iglesia, la Monarquía y el Partido Comunista en otros tiempos o lugares, la corporación es hoy la institución dominante. Pero la historia hace caer a las instituciones dominantes. Todas han sido abatidas, reducidas o absorbidas en un nuevo orden. La corporación tiene pocas posibilidades de desafiar la historia.”

The Corporation’ es una película dirigida por Mark Achbar y Jennifer Abbot que en tres capítulos de una hora se interna en el mundo empresarial psicopático. Está basado en el libro con el título ‘La Corporación - la persecución patológica del beneficio y el poder’, de Joel Bakan.

La película, entre otros premios acaba de ganar el premio de la audiencia al mejor documental en el festival de cine de Sundance, al que por premura no se presentó, pero fue invitada especialmente y aclamada por el público.

1. LA PATOLOGÍA DEL COMERCIO

2. PLANETA S.A.

3. VALORACIÓN

a la caza del comportamiento psicopático de las empresas

Una investigación crítica y actual. La película THE CORPORATION invita a jugadores, figuras y peones a un reto gráfico que engancha, para revelar el funcionamiento interno de las corporaciones, historia curiosa, impactos controvertidos y posibles futuros.

Estudios analíticos, anécdotas y confesiones reales dejan al descubierto las tensiones e influencias detrás de la escena de varios dramas corporativas y anticorporativas. Cada uno ilumina un aspecto del complejo carácter de la corporación.
Entre los 43 entrevistados se encuentran gerentes, ejecutivos de alto nivel de industrias como del crudo, farmacéuticas, ordenadores, neumáticos, relaciones públicas, promoción de marcas y patentes, publicidad y marketing ’latente’ y subliminal como siniestro; adicionalmente participan un premio Nóbel de economía, el gurú #1 de gerencia de empresas, un espía corporativo así como un amplio repertorio de académicos, críticos, historiadores y pensadores.

una ’persona’ legal

En la mitad del siglo diecinueve la corporación emerge como ’persona’ legal. Imbuida con una personalidad de puro interés egoísta, fueron los siguientes 100 años que vieron la subida de la corporación hasta el dominio. La corporación creaba riqueza sin precedentes. ¿Pero a qué coste? Milton Friedmann explica: ’... las consecuencias para una tercera parte no pretendidas por las negociaciones entre dos partes son responsables de los incontables casos de enfermedad, muerte, pobreza, polución, explotación y mentiras.’

Los responsables de la película (de izquierda a derecha): Mark Achbar, Joel Bakan, y Jennifer Abbott.

la patología del comercio: casos clínicos

Para conocer mejor a la ’personalidad’ de una corporación, a esa ’persona’ en forma de empresa gigante, se emplea una lista de puntos por analizar y verificar. De hecho se han utilizado los criterios actuales de la Organización Mundial de la Salud y el DSM IV, es decir la herramienta estándar de psiquiatras y psicólogos.

Estos criterios dan a la corporación una personalidad abiertamente antisocial. La corporación es egoísta, inmoral, cruel y dañina, destruye límites y estándares morales y legales para conseguir sus objetivos, no sufre en absoluto de sentimiento de culpa o culpa, ni puede responder con las cualidades humanas de empatía, cuidados/preocupación o altruismo. Cuatro estudios clínicos, elegidos del universo de las actividades de la corporación demuestran claramente daño inflingido a trabajadores, salud humana, animales y biosfera. Concluyendo el análisis punto por punto, el documental-película entrega una diagnóstico molesto: las corporaciones cumplen en todos los puntos con el perfil de... psicópatas."

juegos de mentes

La corporación ’Initiative’ se gasta unos 22 billones de dólares en todo el mundo para llegar al cliente con publicidad de todo lo imaginable e inimaginable utilizando medios de igual talante. Un nuevo medio: niños de muy corta edad. Se les manipula para que influyan en sus padres para la compra de todo tipo de productos, desde propios de su edad hasta depósitos financieros. El ’Nag factor’ o factor ‘dar la lata’ a los padres ha logrado ventas estimadas de 10.3 billones de euros en el año pasado y supera en marzo ya los 8.4 billones en clara señal de activación de un nuevo mercado. El vicepresidente de la corporación ’Initiative’ se explica: «Puedes manipular a los consumidores hasta que desean y así compren tus productos. Es un juego.»

Un juego diseñado por expertos en la manipulación psicológica y con profundos conocimientos psiquiátricos, como se descubrió hace poco. Programas y ensayos, en los que se probaban métodos para aumentar la capacidad de presión de los niños sobre sus padres. A nivel mundial.

el precio de ser mensajero

Resulta que es un propósito caro levantar la mano por un bien público. Pregunten a Jane Akre y Steve Wilson, dos reporteros de investigación que fueron despedidos por Fox News después de que se negaran a olvidar un reportaje sobre rBGH, una hormona sintética utilizada de forma generalizada en los Estados Unidos (pero prohibida en Europa o Canadá). Esta hormona aumenta drásticamente la capacidad de producción de leche, pero causa diversas enfermedades a la vaca que tiene que ser tratados con antibióticos. Como es lógico, una parte de esos antibióticos pasa a la leche y posteriormente al organismo humano que la ingiere, reduciendo las defensas propias y perdiendo efectividad como medicamento.

La corporación Monsanto, fabricante del rBGH amenazó a la Fox con ’lastimosas consecuencias’ si se publicase el reportaje. La Fox se agachó y despidió a Akre y Wilson .

Los responsables de la película (de izquierda a derecha) Director Mark Achbar, Escritor Joel Bakan, and la Director Jennifer Abbott.

Ambos reporteros demandaron a la Fox y ganaron. En la segunda instancia, Jane Akre no obstante perdió por un tecnicismo.

responsabilidades monstruosas

Otro caso enfocado: Sir Mark Moody-Stuart cuenta como fue, junta a su esposa, despertado una buena mañana en su lujosa mansión de campo por activistas de ’Earth First’ / ’La Tierra primero’. Moody Stuart era miembro del consejo de la Shell (Royal Dutch Shell) en esa época. Los activistas desplegaron un mensaje claro sobre el tejado de la casa: ’ASESINOS’. La respuesta del matrimonio sorprendido no fue llamar a la policía, sino entablar conversación con los activistas, invitarles a té y discutir sobre los derechos humanos y el medio ambiente. Pero mientras la señora Moody-Stuart se deshizo en disculpas por no tener leche de soja para los participantes veganos de la acción , en Nigeria Shell explota sin medidas de control de ningún tipo una de las fábricas de mayor impacto medioambiental del mundo. Peor aún. Las preocupaciones del matrimonio no liberan a Ken Saro Wiwa y otros ocho activistas opositores en Nigeria de ser ahorcados.

sin sentimientos, sin empatía alguna

Las corporaciones existen para crear riquezas personales e incluso desastres a nivel mundial pueden convertirse en centros de beneficios. Carlton Brown, un agente de bolsa explica con toda naturalidad como reaccionan los especuladores a la hora en que las Torres Gemelas aplastaron a miles. La primera pregunta en todas las llamadas entrantes fue: ’¿Ha subido el oro?’

la tierra privatizada

Pensar que temas como desastres, pureza de la niñez o incluso leche se encuentran entre agua y aire como lo más sagrado, es equivocarse. Las corporaciones no contienen en su funcionamiento límite alguno en cuanto a lo que puedan explotar para beneficios. Lo que en 1500 empezó como medida de vallado, hoy privatiza cualquier cosa, cada átomo de este mundo. Incluso al ADN de usted. Las corporaciones tienen patentes sobre todo, sean animales, seres humanos o cosas. Las protecciones contra las corporaciones que los estados mantenían en años pasados, han caído como papel ante la avalancha voraz. Michael Walker del instituto Fraser lo dice bien claro: «Debería privatizarse cada metro de tierra, metro cúbico de aire y agua en este planeta.»

democracia S.A.

La democracia es un valor que las corporaciones no comprenden. De hecho, las corporaciones han participado y participan activamente en la destrucción de democracias si estas resultan ser obstáculos en su carrera unilateral y descerebrada por mayores beneficios. Desde el intento de golpe de estado para posicionar un presidente militar-corporativo en la Casa Blanca en 1934 - que evitó el general de marine Smedley Darlington Butler, hasta el día de hoy dónde los bufetes de abogados de las corporaciones se encargan de producir las leyes estatales, las corporaciones siempre han comprado poder militar, músculo político y la opinión pública.

Las corporaciones no dudan en tomar ventaja de la ausencia de democracia tampoco. Una de las historias más espeluznantes del siglo 20 es sin duda la estrategia de IBM y su horrenda alianza con Adolf Hitler. Edwin Black cuenta en la película como desde 1933 - comienzos de dictadura de Hitler en la Alemania nazi - IBM empezó a tratar con el régimen nazi hasta muy adentrada la Segunda Guerra Mundial.

la respuesta del levantamiento

La película no sólo ofrece una visión que se expande desde el núcleo de decisiones y planes de la corporación, sino que también muestra a una ciudadanía cada vez más involucrada en combatir la maquinaria corporativista. El funcionamiento de la información distribuida por la red, la investigación periodística cibernética y un cada vez mayor número de publicaciones digitales que enfocan a la corporación como enemigo real de la humanidad y del planeta.

Extractos del contenido del kit de prensa de la productora de The corporation

  • 2 de diciembre de 2004 05:26, por tvripper

    Magnífico documental, 100% recomendable.
    Hace pensar y plantearnos cuestiones que deberían ser obvias.
    Para los que no podais asistir a las proyecciones podeis descargarlo via eMule.
    Los elinks están en: http://docurip.sharerip.com/modules...

    SAludos.

    Ver en línea : Docurip

  • 4 de diciembre de 2004 16:05, por Carlos

    Para quienes vivais en Valencia o cerquita, las proyecciones han cambiado de fechas:

    * la patología del comercio: martes 14-D, 20 h.

    * planeta s.a.: martes 21-D, 20 h.

    * valoración: martes 28-D, 20 h.

    Sigue siendo en la libreria SAHIRI (C.de la danzas 5, detrás de la Lonja, zona mercado central)

  • 19 de febrero de 2005 19:06, por Israel

    Tres links relacionados con la película «The Corporation»:

    http://www.atlas.org.ar/articulos/a...
    http://www.liberalismo.org/bitacora...
    http://www.elcato.org/publicaciones...
    http://www.johannorberg.net/?page=i...

    Ninguna institución tiene moral propia, pero las corporaciones son las únicas que son producto de la ley (y no a la inversa) y que buscan ganancias vendiendo servicios.
    El funcionamiento interno de las fábricas (sean de sus creadores o del Estado) implica obediencia a cambio de una paga, de la misma forma que un plomero o un carpintero hace lo que le piden. No hay otra forma de organizar una industria. El problema es cuando la sociedad es tratada como una fábrica aparece el totalitarismo. No es que el fascismo sea una sociedad que imite al funcionamiento del capitalismo. Es que el fascismo (sea Fascista o Nacionalsocialista), como planificación económica socialista idéntica a la marxista (Comunista, etc.), pretende transformar a la sociedad en una fábrica (ya Lenin proponía esto textualmente) en contra de la efectividad económica de la formación de nuevas empresas.
    Recomiendo leer tambien: «Sobre liberalismo y capitalismo» de Mises.
    Toda la sociedad fascista no es más que un copia de la marxista: partido único totalitario, militarización y politización de la sociedad, movilización de mayorías contra minorías, planificación central de la economía, control de precios y salarios, burocratización de la formación de empresas, sometimiento del consumidor a la producción, poder total para decidir quien es rico y quien pobre, el Estado como proveedor de las necesidades, personas transformadas en propiedad pública a cambio de ese beneficio, campos de concentración y deportaciones en masa, verdadero monopolio informativo y pensamiento único creado por medios de comunicación expropiados, etc.

    Otros links recomendados:

    Sobre Noam Chomsky:
    http://www.neoliberalismo.com/Archi...
    http://www.liberalismo.org/articulo...
    http://www.liberalismo.org/articulo...
    http://www.liberalismo.org/articulo...
    http://www.liberalismo.org/articulo...
    http://www.liberalismo.org/articulo...
    http://www.liberalismo.org/articulo...

    Sobre Michael Moore:
    http://www.liberalismo.org/articulo...
    http://www.liberalismo.org/articulo...
    http://slate.msn.com/id/2102723/
    http://www.moorelies.com/action/flyers/
    http://www.mooreexposed.com/
    http://www.celsius4111.com/
    http://www.fahrenhype911.com/
    http://www.bowlingfortruth.com/

    Ver en línea : DISCOVERTHENETWORK.ORG

  • 19 de febrero de 2005 19:16, por Israel

    Como propaganda anticapitalista «The Corporation» es lo más bajo que he visto. Resume toda las falsedades de la propaganda de la «nueva izquierda» (recomiendo leer los libros «La gran mascarada» y «La obsesión antiamericana» de Jean-Francois Revel), una «New Left» patrocinada por grandes capitales (www.discoverthenetwork.org) que, a diferencia de lo que dice Moore al final de la misma, no promocionan el anticapitalismo y el «welfare state» a lo Roosevelt (mucho menos socialista que el de Hitler -ver las loas de Keynes al nazismo-) porque por ganancias «fabriquen las sogas con las que los van a ahorcar» (hermosa cita de un genocida de obreros disidentes y campesinos rebeldes como Lenin) sino porque el mercantilismo estatista es lo que más les conviene.
    Tema aparte ¿qué hace Milton Friedman en el film? Eso me resultó curioso, porque afirma algo que descontextualizado parece confirmar las acusaciónes morales contra el interés particular de las empresas, a pesar de haber escrito «Libertad de elegir» y «Capitalismo y libertad». En esta basura propagandística apenas dejaron hablar (lo citaron fuera de contexto para reafirmar el discurso del documental al punto que muchos lo confunden con un militante antiglobalización), como es esperable de la mentalidad intolerante de sus creadores. Su propuesta es vieja: la libertad a través del poder público agigantado pero democrático (mediante asambleas a.k.a. soviets). Una falsa democracia colectivista en la que el pueblo es un todo único de interes comunes y públicos, pensamiento único con enemigo privado, y tiene que terminar militando de una sola forma porque las disidencias obviamente están prohibidas porque significan pasar a ser funcionales al «anti-Pueblo». ¿Qué? ¿Acaso no piensan así? ¡Eh! Eso es porque ustedes tambien son el «anti-Pueblo».
    Milton Friedman le posibilitó a Pinochet (junto a sus «Chicago Boys») modernizar su economía y volverse el único dictador militar liberal de la región, a diferencia de todos los demás que fueron, salvo raras excepciones, nacionalistas geopolíticamente veleidosos o directamente prosoviéticos. Y a diferencia de aquellos (Perón, Onganía, Velazco Alvarado, Ortega, Noriega, Castro, etc.), a Pinochet le fue muy bien, al punto de que hoy los chilenos eligen a un partido que se dice socialista pero que es el más liberal de toda la región y que continua y profundiza las políticas económicas iniciadas por el gobierno militar, y no por el gobierno de Allende que tendía a una dictadura de partido único por más que se llenara la boca de ser el primer régimen marxista que iba a poder ser democrático, pluralista y multipartidario, lo cual es imposible para cualquier socialismo como bien explicara el premio Nobel de Economía Friedrich A. Hayek, y menos para el de Allende, que mandaba a las turbas del MIR a romper las resistencias civiles y a las opositores políticos de la estatización progresiva de la sociedad chilena.

    Veamos entonces. El documental parte de unas pocas premisas anticapitalistas, obviando la principal, que sería la teoría del valor-trabajo, que reduce la producción de plusvalía al trabajo manual y al salario (cuando lo primero que existió en la historia fueron las ganancias). Con la teoría marxista del valor se puede fundamentar una verdadera crítica del capitalismo (aunque sea falsa, ese es otro tema). Pero sin esta no quedan fundamentos para criticar el ORIGEN contractual de las ganancias de los empresarios que son la relación voluntaria con el consumidor, el cual estará sujeto a una imaginara empresa estatal monopólica democrática. ¿Que es toda esta estupidez de acusar de psicóticas a las corporaciones? ¿por qué no a las turbas de manifestantes? ¿por qué no a terroritas o dictadores como Fidel Castro que cambian tanques por prisioneros políticos? ¿por qué no a pueblos y culturas enteras? ¿por qué no a los gobiernos de esos pueblos y culturas (Corea del Norte, Libia, Cuba, Iran)?

    Las premisas anticapitalistas que recuerdo aparecen en el documental son las siguientes:
    1) «Existe riqueza común ya creada que es apropiada mediante la privatización», cuando en realidad la generación de riqueza depende de la inversión de capital sobre los recursos naturales (la cual hace posible su extracción, por no decir muchas veces su transformación en la extracción de posibles nuevos recursos naturales). Esa inversión de capital está hecha por individuos particulares (inicialmente obreros y empresarios) que hacen con su trabajo creativo que el valor del trabajo asalariado se multiplique (y no, no, el asalariado no emprende nada y no multiplica nada por sí mismo... de otra forma tomar trabajadores en vez de despedirlos sería siempre un maná de ganancias).
    2) «La relación entre consumidor y productor es involuntaria, por culpa de la propaganda!» En lo mismo se fundamenta la crítica al financiamiento por parte de empresas de las campañas de los partidos políticos... salvo claro el financiamiento de la propaganda anticapitalista masiva como este pésimo documental y las pelícuas de Moore y los libros de Chomsky, Klein, Forrester y toda esta sarta de burgueses pseudoculpógenos que añoran el «capitalismo de Estado» o más bien «socialismo oligárquico», a medias o por completo, para encauzar las movilizaciones izquierdistas y ocupar los cargos en sus futuros regímenes totalitarios.
    La propaganda no puede lavar el cerebro ya que si así fuera el mercado de consumo desaparecería y el dinero sería obtenido sin proveer ningun producto, lo cual a su vez le quitaría toda función al dinero y monopolizaría los intereses de los lavadores de cerebros al punto que se transformarían en una elite gubernamental con una población transformada en ganado.
    En realidad, si la propaganda pudiera lavar cerebros, ya seríamos todos de izquierda, incluyéndome. Y si niegan esto, entonces ustedes tendrían que ser ya de derecha.
    Las empresas no nos hacen comprar cosas que no necesitamos. Las empresas fabrican las cosas que se supone -a riesgo del empresario- vamos a necesitar. ¿Necesitar para qué? Necesitar para vivir mejor que en la pobreza generalizada del idilio socialista, y no simplemente para sobrevivir en regímenes de racionamiento a cambio de trabajos forzados como en Cuba.
    Antes de que existieran los automoviles nadie los quería comprar. Hubo que hacer una larga campaña publicitaria para convencer a los consumidores de que el automovil mejoraría sus vidas. Ahora, ¿ustedes serían tan estúpidos de pensar que fue esa campaña la que logró que la gente prefiriera viajar en cuatro ruedas que sobre sus piernas? ¿ustedes creerían que con la misma propaganda se habría podido convencer al consumidor de que hubiera mejorado sus vidas el viajar en monopatines?
    3) «La libertad personal y la propiedad privada son dos cosas independientes», como si los derechos individuales al fruto del propio trabajo y al comercio del mismo no fuera lo que genera al capitalismo. De esta forma se puede privar a las personas del fruto individual de su trabajo y abolir así a las corporaciones, y afirmar que ahora todos pueden disponer de libertad personal otorgada y asignada por el monopolio colectivo coactivo (ya que del cooperativismo involuntario nadie puede separarse)
    4) «La existenca de una dicotomía clasista entre empresarios (anti-Pueblo rico y explotador) contra los obreros manuales (Pueblo pobre por ser explotado)», cuando las poblaciones más asalariadas son las poblaciones más ricas. Moore miente (para variar) cuando dice que el mundo está lleno de trabajadores pobres como si estos fueran asalariados. El mundo está lleno de trabajadores pobres pre-industriales, o sea, precisamente las condiciones de vida que esta izquierda reaccionaria (no, no es paradójico que sea reaccionaria) exalta como idílica bajo el supuesto colectivismo de los campesinos bajo la Edad Media controlada por el clero y la nobleza feudal (de cualquier forma esta es otra ficción porque el colectivismo agrario sólo existió en algunos países como ser Rusia y fue el control preferido de las monarquías absolutistas y estatistas, y la propiedad privada de la tierra existe desde la prehistoria). Más aún, la libertad económica está directamente ligada con la creación de capitalismo y el capitalismo con la mayor productividad y mejores niveles de vida. Si quieren ver la relación entre la libre iniciativa individual y la mejora en los niveles de vida vean un índice de libertad económica: http://index.heritage.org ...los únicos países que han pasado y pasan hambrunas masivas (igualitarias, por supuesto) son los países socialistas-estatistas. Y por culpa de la pobreza en la que los gobernantes socializantes sostienen a sus poblaciones pauperizadas y desempleadas es que hay niños, menores dispuestos a trabajar por poco dinero (la otra opción es morirse de hambre pero libres del capitalismo). Si como Marx plantea la plusvalía surge del tiempo de trabajo, entonces no queda otra que admitir que el desempleo es producto del salario mínimo y de las restricciones al libre mercado laboral. Y entonces cabría preguntarse por qué países como Nueva Zelanda, Australia o Luxemburgo lograron la coexistencia de altos salarios y una economía desregulada. ¿Será acaso porque esa misma desregulación permitió la creación de grandes empresas (corporaciones) y con esta una mayor productividad marginal del trabajo por grandes inversiones de capital?
    5) «La idea de que la libertad de los empresarios de disponer de obtener ganancias sin forzar a nadie a que les entreguen recursos o dinero por la fuerza va en contra de la libertad de los no-empresarios a hacer lo mismo», con lo cual hay que acabar con la libertad de todos de obtener sus propios ingresos y verse sometidos al colectivismo público, el cual hay que intentar sea democrático ante la falta de una mejor opción. Las corporaciones no pueden ser democráticas y los gobiernos sí -dice el «documental»- así que no habría que tener miedo del control total del gobierno sobre nuestras vidas privadas mientras logremos conseguir la utopía de poder ser parte de ese gobierno (que consuelo habría sido para los judíos votar en asamblea popular junto a todos los alemanes por el «sí» o por el «no» del holocausto... ¡pero qué digo! De hecho los judíos eran minoría como los empresarios y se los asesinó en nombre de la elección democrática en la que ellos participaron... elección democrática de un sistema dictatorial después del cual el pueblo ya no puede cambiar de idea). Antes al menos Marx veía en el Estado un eterno instrumento de opresión y quería reemplazarlo lo antes posible. Ahora no... parece que para siempre quieren quedarse en el período socialista. No están locos como Pol Pot. Son astutos como Kim Il Sung y su hijito Kin Jong Il. Tienen más de dos dedos de frente para ser oligarcas colectivistas. Y como aspiran a serlo de diferente forma, la novedad desde que cayó el Muro de Berlin es que usan la propaganda anticapitalista de documentales y propagandas como esta para recrear los «Estados de bienestar» donde mantienen sus privilegios mercantilistas (al estilo de Suecia sobre un colchón de libre mercado), y ya no para intentar ser los dictadores partidocráticos en experimentos sociales químicamente puros como el de la URSS.
    Pero es cierto, las empresas privadas no son democráticas, por la sencilla razón de que el pueblo no creó a esas empresas. ¿Como comparar la esfera de influencia de un monopolio estatal de un poder público coercitivo con el ámbito restringido de una empresa privada? ¿A alguno de ustedes les gustaría ver democratizadas sus vidas por una asamblea popular que decida qué van a estudiar, donde van a trabajar, como van a vivir, qué van a comer, cómo se van a vestir, con quien pueden casarse -si los dejan- y cuantos hijos tener -si los dejan-? Bueno, si les gusta, viajen a Corea del Norte o Iran o Cuba, donde el asambleismo tal vez no los controle, porque se vuelve inevitablemente de pensamiento único y el número de individuos que termina tomando las decisiones soviéticas (véase asamblearias) se reduce a un solo líder carismático, pero bueno, al menos tendrán al Partido Comunista tomando esas decisiones que segun el documental son las mismas que toman las corporaciones en nuestras sociedades modernas. ¿Todavía no ven la diferencia?
    Ninguna libertad individual es democrática. Las libertades democráticas no existen. La democracia es una forma de ejercer el poder. Pero el poder no es libertad. La libertad individual es el poder de autogobernarse en forma privada, lo cual no puede definirse como poder, en el sentido de coerción o coacción sobre otros. Los izquierdistas obviamente necesitan confundir libertad con poder. De esta forma una misma libertad sobre bienes propios mayores que los del resto se ve como un poder desigual con respecto a quienes tienen menor cantidad de bienes. La democracia sería la única garantía de libertad y el autogobierno sólo podría ser colectivo. Así la libertad de los empresarios socavaría el poder democrático porque la democracia no controlaría a los empresarios. Y si los empresarios no son controlados entonces los empresarios controlarían el poder político. Y si el poder político es controlado por los empresarios, los empresarios controlarían a la gente. El truco de esta falacia es igualar el «poder económico» con el poder político (o sea: con una fuerza capaz de decidir quien es rico y quien no, lo cual de aplicarse a los empresarios acabaría con su necesidad de operar dentro de un mercado) y así entonces considerar que si el poder político no es omnímodo o al menos mayor en dimensiones económicas que el poder del Estado, el poder económico será el omnímodo o mayor que el del Estado y por tanto sobre el Estado. Las opciones son entonces, o bien: a) El poder omnímodo de un grupo de empresarios (por si mismos), o el poder omnímodo del gobierno, que podría ser democrático, para frenar aquel poder. b) El poder omnímodo de un gobierno a su vez controlado por los empresarios sobre el resto de la población, o el poder omnímodo de un gobierno que no sea controlado por los empresarios y sí por el resto de la población (lo cual requeriría estatizar a los empresarios). En pocas palabras la izquerda nos dice: o son libres los empresarios o es libre el resto de la población. Alienar al empresariado de la abstracción colectiva llamada «Pueblo» es vital para justificar la expropiación socialista sistemática de ese mismo empresariado y de toda actividad creativa plausible de convertirse en empresarial en nombre de imponer una verdadera democracia. Toda democracia en la que el pueblo elija no estatizar la economía y con ella a los empresarios, se tratará de una democracia traicionada por los partidos políticos, o de una democracia posibilitada porque persiste un pueblo engañado. Por eso el pueblo debe elegir una sola y simple cosa: el socialismo, y olvidarse de cualquier posibilidad de individualismo y prosperidad personal. Un colectivismo popular es su única forma posible de democracia. Un pueblo que sólo puede pensar de una sola forma para ser considerado libre es la justificación principal de la elite revolucionaria de partido único que deba sostener el colectivismo de su propio control totalitario para lograr la militancia forzada de la población.
    Las democracias (necesariamente pluralistas y por ende multipartidarias) persisten gracias a los derechos individuales y no a la inversa. Y no hay derechos individuales sin propiedad privada que afirme esos derechos frente al Estado, les guste o no. La propiedad privada con un mercado libre es algo inherente a la historia y a la economía, y cuando se le suma a la revolución industrial separa al trabajador como empresario del trabajador como obrero, y eso lleva al capitalismo.
    6) «El afán de lucro va contra la sustentabilidad ecológica de los recursos naturales de la Tierra.» En fín, para estas pavadas nada mejor que la refutación de Bjorn Lomborg, un ex-miembro de la corporación Green Peace de la cual desertó y fue expulsado por decir la verdad acerca del activismo político de la organización en desmedro de la investigación de los hechos. Pero no nos quedemos en esto... los países industrializados son los que menos dañan su medio ambiente. Y esto es porque tienen derechos de propiedad sobre el área donde se encuentran los recursos que explotan. En muchos países recursos tan sustentables como el ganado vacuno estuvieron por extinguirse debido a que la propiedad sobre el suelo continuaba siendo pública. Una vez que se permitió la privatización del mismo, cada cazador se volvió criador, por su propio interés.
    Este razonamiento elemental es citado en forma burlona en este «documental», pero es un hecho histórico que es de conocimiento general para cualquier estudiante de economía.
    7) «Las empresas deficitarias sostienen la demanda de los trabajadores que deberían ser despedidos en situación de recesión... demanda que es necesaria para revitalizar la economía.» Esta es una ya vieja y refutada mentira keynesiana que un ignaro en economía como Chomsky repite en el documental. Una mentira que llevó a la quiebra del Estado de Bienestar americano y europeo en los años 70. El consumo de trabajadores que deberían ser despedidos se genera a costa del consumo de los empresarios que tienen que regenerar los capitales y reasignar los activos en los cuales los trabajadores sí obrarían en forma productiva y no parasitaria. Los nuevos oferentes que dependen de una demanda ficticia de trabajadores a pérdida se logran a costa de otros oferentes. Los nuevos oferentes consiguen dinero de estos obreros para comprar bienes de capital, pero resulta que estos bienes de capital se encarecen porque son producidos a pérdida por el Estado a costa de las empresas privadas que son vitales y que todavía funcionan correctamente. Es el mismo dinero pero movido de las manos asignadas por el mercado, a las manos asignadas erróneamente por el Estado con criterios «solidarios» en vez de productivos. La recesión en vez de curarse naturalmente, se cura lentamente gracias al capital privado y distorsionadamente por culpa del pseudocapital público, lo cual genera un efecto rebote nuevamente recesivo cuando toda la economía termina funcionando a nuevas formas deficitarias, sólo que la segunda vez tiende a ser peor que la primera. Allí sólo quedan dos opciones: mayor socialización de la economía o privatización. Reagan y Thatcher optaron por esta última y única opción racional y revitalizaron racionalmente sus economías, o mejor dicho: dejaron que se revitalizaran solas. Y no fueron totalmente liberales ni mucho menos.

    Ver en línea : LIBERALISMO.ORG (bitácora sobre «The Corporation»

    • 1ro de septiembre de 2008 23:21, por Juan

      Me gustaría saber quién es el autor de este texto.

  • 19 de febrero de 2005 19:18

    Y la lista sigue. En cuanto a las mentiras, interpretaciones, manipulaciones retóricas y tergiversaciones del documental, además de las ya mencionadas podríamos contar entre otras: cuando se plantea que la positiva debilidad del capitalismo es su afán de lucro y que por eso una corporación financia «The Corporation» para satisfacer la demanda de publicidad anticapitalista, mientras que una hora antes se había planteado que las corporaciones eran las que formaban la demanda de cada empresa particular mediante la propaganda, y a su vez en conjunto como un sindicato capitalista para formar a la población en las costumbres de la sociedad burguesa. Si somos coherentes deberíamos decir entonces que ya previamente hubo propaganda que formó a un público izquierdista para que consumiera «The Corporation» o peor aún para que en forma gramsciana se fuera amoldando ideológicamente a la nueva sociedad socialista.
    Omisiones como la mejora del nivel de vida en las sociedades capitalistas con respecto a todas las demás. Falsedades como afirmar que las sociedades más acordes al capitalismo fueron las fascistas, cuando el modelo económico fascista (por no mencionar el nacionalsocialista o nazi) era aún más estatista, obrerista y populista -las tres cosas- que el New Deal de Roosevelt (obras públicas faraónicas, viviendas estatales, pleno empleo, persecución de izquierdistas opositores -salvo los que están en el poder-, asistencia pública gratuita tanto en educación como en salud, estatización de medios de producción de recursos naturales, regulación de precios y salarios, legislación laboral corporativista-sindical, fusión de los sindicatos a las políticas de Estado mediante corporaciones gremiales organizadas por el gobierno para institucionalizar las negociaciones colectivas, etc. etc.)
    Otra falacia es mostrar las guerras y la escasez como un aliciente para todos los empresarios. Los beneficios de aumentar los precios de los productos de subsistencia o de recursos naturales son solo posibles a costa de otros empresarios. Si los productos escasean es porque muchos productores han perecido como tales y entonces la competencia se reduce y/o los vendedores de recursos naturales disminuyen con los altos costos de extraer esos mismos recursos. Lo mismo sucede con los fabricantes de armamentos. El dinero para comprar los armamentos debe pagarlo el resto de los empresarios vía impuestos, sin mencionar las pérdidas descomunales por la devastación provocada en esas mismas guerras, sean los bombardeos alemanes sobre Inglaterra o los ingleses sobre la Alemania Nazi o la quema de pozos petroleros a manos de Hussein, etc.
    Y hay una larga lista de tergiversaciones, falacias, generalizaciones y omisiones a las que se prestaron tambien los Stiglitz y Rifkin de la economía para beneficio de este triste «documental» realizado para ese público consumidor ávido de propaganda anti-«globalista» y anti-«neoliberal» (si es que entienden ustedes de qué hablan cuando utilizan ese invento linguistico: «neoliberal»).
    La verdad, no se qué caso tiene gastarse si ustedes creen en lo que suponen les conviene creer aunque los hechos estén en su contra. Prefieren no pensar esto, o pensar: «A este tipo le paga FedEx, Enron y Shell... y POR ESO lo que dice es falso.» No sólo tal aseveración sería ridícula y fanática, sino que además como argumento anticapitalista es lo que se llama una petición de principio, porque ya dan por sentado que cualquier argumento en favor del capitalismo es falso.
    Mejor les recomiendo leer los artículos sobre las doctrinas antiliberales en http://www.liberalismo.org o ver el documental «Commanding Heights», entre otros, como ser «Celsius 41.11». Y http://www.protestwarrior.com tampoco les vendría mal.

    Ver en línea : COMMANDING HEIGHTS: THE BATTLE FOR THE WORLD ECONOMY

  • 19 de febrero de 2005 19:24, por Israel

    Y recomiendo la lectura del siguiente artículo:

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    UNA GUÍA A LOS ESTUDIOS DE LA ETICA DE NEGOCIOS

    Escribe Stephen Hicks

    Entre aquellas instituciones que han contribuido a mejorar nuestra calidad de vida, los negocios son comparables con la ciencia, las artes y la educación. Los negocios han creado riqueza y han permitido que un número sin precedentes de individuos obtengan control financiero sobre su vida. Han expandido enormemente el rango de bienes y servicios a nuestra disposición. Han derrumbado innumerables y centenarias barreras de prejuicios raciales, sexuales, religiosos y éticos. Y han constituido el medio a través del cual numerosos individuos han logrado desarrollar al máximo sus potenciales y cumplir sus metas. En pocas palabras, los negocios han sido el motor primario que ha hecho posible que millones de personas puedan vivir en un mundo rico, sano, racional y emocionante.
    A pesar de esto, ninguna institución ha estado más plagada de sospechas de inmoralidad. «Etica de negocios,» dice la vieja broma. «¿No es eso una contradicción en los términos?»
    De qué manera los moralistas evalúan los negocios depende de sus principios morales fundamentales. Casi todas las filosofías morales parten de la premisa de que lo moral y lo práctico son dos cosas diferentes. Los viejos moralistas solían argumentar que las demandas de la moral estaban en conflicto con los requisitos prácticos de los negocios y por ello los condenaban. Los moralistas más recientes tienden a aceptar una versión menos extrema de la dicotomía, afirmando que determinar lo que es práctico y lo que es moral requiere de dos líneas de pensamiento diferentes, aunque lo moral y lo práctico suelan coincidir en numerosos casos.
    Dado que la filosofía Objetivista es única en su rechazo a la tradicional dicotomía entre lo moral y lo práctico, ofrece una perspectiva única acerca de la ética de negocios. Las obras de Ayn Rand Atlas Shrugged (La Rebelión de Atlas), The virtue of Selfishness (La Virtud del Egoísmo), y Capitalism: The Unknown Ideal (Capitalismo: El Ideal Desconocido), fueron y seguirán siendo la mejor presentación de una amplia moral dentro de la cual poder evaluar las diferentes dimensiones de las prácticas de negocios.
    Los principales temas de la ética de negocios pueden ser clasificados en cuatro áreas:
    • La relación entre los negocios y los consumidores;
    • La relación entre empleados y empleadores;
    • La naturaleza y el valor de las formas especiales de organización de los negocios -sobre todo la corporación;
    • La naturaleza y el valor de los mercados financieros.
    El tema del alcance adecuado de las regulaciones del estado atraviesa estas cuatro categorías. Diversos temas tales como la eliminación de desechos («el medio ambiente») y la inversión en naciones extranjeras de dudosa moralidad (como la China Comunista e Irak) son frecuentemente debatidos en la literatura referida a ética de negocios, pero constituyen ante todo temas de teoría política y no forman parte de las categorías de ética de negocios enumeradas anteriormente.

    Historia
    De particular importancia para la discusión de ética de negocios es el hecho de que las filosofías anti-negocios han marcado la mayoría de las discusiones acerca del tema. La idea de que la historia del capitalismo es, por ejemplo, una historia de «ladrones» que se hicieron ricos «explotando a los pobres» ha ganado gran aceptación.
    Numerosos libros desafían estos mitos. La obra de Burton Folsom Jr., The Myth of the Robber Barons, es un estudio que relata la historia de los hombres de negocios de los Estados Unidos en el siglo XIX: Commodore Vanderbilt, J.J.Hill, los Scrantons, Charles Schwab, John D. Rockefeller, y Andrew Mellon. Folsom realiza una distinción crucial entre «entrepreneurs de mercado» y «entrepreneurs políticos» -o sea, entre aquellos que se hicieron ricos proveyendo mejores bienes y servicios a menores precios, y aquellos que lo hicieron a través del poder político- y muestra como aquellos que realmente crearon riqueza lo hicieron sin la ayuda del gobierno y, en muchos casos, compitiendo con rivales que contaban con la ayuda de grandes subsidios estatales. La obra de Friedrich Hayek, Capitalism and Historians (El Capitalismo y los Historiadores), es una colección de ensayos de cinco historiadores económicos que comparan los verdaderos logros del capitalismo y de la Revolución Industrial con los relatos que comúnmente hacen los historiadores. El libro de Gerald Gunderson, The Wealth Creators (Los Creadores de Riqueza) relata la historia económica de los Estados Unidos destacando el importante rol que han desempeñado los entrepreneurs en el desarrollo de dicho país.

    Corporaciones
    Una de las mayores innovaciones organizativas en la historia de los negocios ha sido el desarrollo de la corporación. Las corporaciones se distinguen de la propiedad individual y de las sociedades (dos formas tradicionales de organización de los negocios) en dos características: la separación de propiedad y management, y la limitación legal de la responsabilidad de los propietarios al monto invertido. La separación de propiedad y management ha demostrado ser muy beneficiosa, tanto para los propietarios como para los managers, pues une a aquellos que tienen el capital pero no necesariamente las habilidades o el tiempo que requiere manejar un negocio con aquellos que tienen habilidades gerenciales pero no el capital suficiente. La responsabilidad limitada de las corporaciones ha logrado hacer disponible crecientes montos de capital: como aquellos que proveen el capital son únicamente responsables por el monto de su inversión, están dispuestos a invertir más.
    El éxito de la corporación ha causado una marea de críticas; de hecho, a lo largo del siglo pasado la mayor parte de las críticas a los negocios se ha concentrado en la forma corporativa. El libro de Robert Hessen, In Defense of the Corporation (En Defensa de la Corporación), es un excelente estudio de las raíces históricas y morales de la corporación, y contiene respuestas claras y concisas a las principales críticas que se han hecho a las corporaciones.

    Mercados Financieros
    El crecimiento de las corporaciones no hubiera sido posible sin el correspondiente crecimiento de los mercados financieros. Los mercados de capitales, por ejemplo, ofrecen a los dueños de acciones una razonable garantía de liquidez de sus tenencias, poniendo a disposición de las corporaciones el capital de aquellos que no necesariamente están interesados en inversiones a largo plazo. Los mercados de futuros, para citar otro ejemplo, permiten a vendedores y compradores de commodities hacer planes a futuro con mayor exactitud. Los especuladores juegan un papel importante al proveer liquidez y suavizar el aumento y la caída de los precios a medida que surge nueva información.
    Los mercados financieros también han generado mucho criticismo, desde la acusación de que los especuladores hacen «paper profits,» hasta la afirmación de que el intercambio que llevan a cabo los que se encuentran adentro es injusto para los que se encuentran afuera, hasta la sospecha de que los «bonos basura» (junk bonds) merecen ese nombre.
    No conozco ningún libro que combine un completo entendimiento de las funciones de los mercados financieros con una buena discusión moral acerca de las controversias que los rodean. El artículo «Gekko Echo», publicado en Reason Magazine, de David Kelley y Jeff Scott, muestra como las innovaciones financieras de los 1980’s -entre elllas los leveraged buyouts y «junk» bonds- crearon riqueza. Fall from Grace de Fenton Bailey y Payback de Daniel Fischel son buenos relatos de la saga de Michael Milken. Si bien se muestran débiles a la hora de entender la posición moral de Milken, ambos explican muy bien el enorme valor e impacto de los junk bonds, y documentan el comportamiento frecuentemente arbitrario y malicioso de los oponentes de Milken y del gobierno.
    Existen, sin embargo, algunos libros que explican como funcionan los mercados, y la información que contienen puede ser de utilidad para corregir ciertos conceptos equivocados acerca del papel de los mismos.

    Relaciones Negocio/Consumidores y Empleado/Empleador
    La clave de todo negocio es la relación entre éste y sus clientes. Si bien tanto vendedores como compradores pueden engañarse mutuamente (por ejemplo, los vendedores pueden engañar en la presentación de un producto, y los compradores pueden emitir cheques sin fondos), la principal discusión de los problemas morales en la relación negocio/consumidores se centra en temas más complejos, como la publicidad, el uso de amenazas y chantaje en las negociaciones.
    En un mercado libre, la relación entre empleados y empleadores es un intercambio voluntario de valores bajo términos aceptados por ambas partes. Sin embargo, la mayor parte de la literatura de ética de negocios comparte la concepción de que, a la hora de negociar, los empleados se encuentran intrínsecamente en una posición más débil que los empleadores, de manera tal que ha habido una presión para que los gobiernos otorguen favores especiales a los empleados. Esto ha abarcado el otorgamiento de poder monopólico a algunos sindicatos, acciones positivas en favor de mujeres y miembros de minorías, y otros beneficios como salarios mínimos, vacaciones pagas y seguro de salud. Otros temas que plantea la relación empleado/empleador incluyen los derechos a la privacidad (por ejemplo, si los empleadores tienen derecho a realizar un examen para comprobar si los empleados consumen drogas), cómo proteger a soplones (empleados que confiesan las actividades ilegales que realiza su empresa), y de qué manera resolver problemas tales como acoso sexual, jefes que se atribuyen los logros de sus subordinados, etc.
    La obra de Robert Jackall, Moral Mazes: The World of Corporate Managers, es un sorprendente estudio sociológico del mundo interno de varias grandes corporaciones. Jackall es excesivamente cínico en sus conclusiones acerca de la naturaleza de la vida corporativa, pero presenta buenos y numerosos datos del frecuentemente turbulento mundo de las corporaciones, incluyendo varios ejemplos de pensamiento feudal, traiciones, y de las políticas de oficina usuales. El libro de Tibor Machan, Commerce and Morality, constituye una antología filosófica que recoge varios artículos sólidos de filósofos y especialistas en política, en los que discuten las dimensiones morales del manejo, la publicidad, las relaciones empleado/empleador, y la acción positiva.

    Otras fuentes
    Existen numerosas antologías de uso educativo con ensayos que abarcan diferentes aspectos de la ética de los negocios. Algunas de ellas manifiestan una posición contraria a los negocios en su selección de artículos, pero la mayoría de ellos incluyen ensayos representativos de las distintas posiciones existentes en el debate. La mejor antología es, en este sentido, la primera edición de Business Ethics: Readings and Cases in Corporate Morality, de W. Michael Hoffman y Jennifer Mills Moore. (La segunda y la tercera edición no son tan buenas.) Un complemento útil de las antologías es una colección de casos reales. Case Studies in Business, Society, and Ethics, de Tom Beauchamp, es una colección de 35 casos reales que abarcan una amplia gama de dificultades que surgen en la práctica de negocios. Por otro lado, The fortune Encyclopedia of Economics de David R. Henderson es una excelente introducción a los temas económicos. Gran parte de las críticas a los negocios se basan en la ignorancia acerca de los fenómenos económicos involucrados, y la antología de Henderson contiene artículos cortos y bien escritos de expertos en temas económicos y de negocios.
    Es muy poca la literatura de ética de negocios que captura la pasión y el compromiso que la mayoría de los profesionales de los negocios sienten por lo que hacen y que transmita la sensación de que los negocios son algo que podría ser celebrado en poesías y canciones. Esto es consecuencia de la actitud resumida en la afirmación «Etica de negocios es una contradicción en términos», que atraviesa en diverso grado toda la literatura de ética de negocios. Dos libros que no siguen esta tendencia y que comunican el espíritu detrás de los negocios exitosos son Growing a Business, de Paul Hawken, y Executive Suite, de Cameron Hawley. El libro de Hawken es un recuento atrapante, ni técnico ni filosófico, de la actividad empresarial. Hawken no es Objetivista, pero su discusión acerca del compromiso y las características necesarias para una práctica de negocios exitosa apunta en esa dirección. Por otro lado, Executive Suite de Hawley es un relato ficticio de la lucha de cinco hombres por la presidencia de una corporación, luego de la muerte inesperada del hombre carismático e inteligente que se había hecho cargo de una empresa que se encontraba al borde de la quiebra y la había transformado en un gigante en su campo. Hawley describe con habilidad el carácter de los principales contendientes por la presidencia, mostrando los secretos de la vida corporativa y las virtudes que hacen posibles el éxito en los negocios.

    Stephen Hicks es director de la Facultad de Filosofía de Rockford College y autor de un libro de Etica de Negocios que será publicado próximamente.
    Permiso para traducir y publicar otorgado por The Objectivist Center a la Fundación Atlas para una Sociedad Libre.
    Traducción de Verena Wachnitz.

    Bibliografía

    Fenton Bailey. Fall From Grace: The Untold Story of Michael Milken. Birch Lane, 1992.

    Tom Beauchamp. Case Studies in Business, Society, and Ethics, 3rd edition. Prentice Hall, 1993.

    Burton Folsom, Jr. The Myth of the Robber Barons: A New Look at the Rise of Big Business in America (Originally published as Entrepreneurs vs. The State, 1840-1920.) Reston, Va.: Yound America’s Foundation, 1987.

    Daniel Fischel. Paback. Harper Business, 1995.

    Gerald Gunderson. The Wealth Creators: An Entrepreneurial History of the United States. Truman Talley, 1989.

    Cameron Hawley. Executive Suite. Boston: Delta Diamond, 1952.

    Paul Hawken. Growing a Business. New York: Simon and Schuster, 1987.

    Friedrich Hayek, ed. Capitalism and Historians. Chicago: University of Chicago Press, 1954.

    David R. Henderson, ed. The Fortune Encyclopedia of Economics. Warner, 1993.

    Robert Hessen. In Defense of the Corporation. Stanford, Calif.: Hoover Institution Press, 1979.

    Michael W. Hoffman and Jennifer Mills Moore. Business Ethics: Readings and Cases in Corporate Morality. New York: McGraw-Hill, 1984.

    Robert Jackall. Moral Mazes: The World of Corporate Managers. New York: Oxford University Press, 1988.

    David Kelly and Jeff Scott. «Gekko Echo.» Reason, Vol. 24, No. 9, February 1993.

    Tibor Machan, ed. Commerce and Morality. Totowa, N.J.: Rowman and Littlefield, 1988.

    Ayn Rand. Atlas Shrugged. New York: Random House, 1957.

    Ayn Rand. Capitalism: The Unknown Ideal. New York: New American Library, 1966.

    Ayn Rand. The Virtue of Selfishness. New York: New American Library, 1964.

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    Si quieren, aparte, podrían leer la didáctica novela «La rebelión de Atlas» de Ayn Rand (www.objetivismo.com)

    Ver en línea : CAPITALISM.ORG

    • 2 de marzo de 2005 02:39

      Capitalistas, no teneis espíritu, ni amor, infelices.

    • 7 de diciembre de 2006 11:23

      JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!!!! Tio, lo mejor de todo es cuando afirmas que Kim Jong Il está detrás del documental... JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!!!!!!

    • 6 de enero de 2010 17:59

      Sos un goma. Tanta palabrería para adornar. La unica verdad es la realidad. El mundo vive en un imperio financiero y las corporaciones son sus instituciones.
      No te pongas tan mal por eso. Si es tu panacea. Sin dudas muchas ideologias y formas de gobierno no han resultado como en las teorias eran deseadas. Pero eso es arena de otro costal. No hay manera de seguir defendiendo este mundo capitalista desde el «liberalismo». No existe la libertad para aquellos nacen condicionados, que son la mayoría. El mercado no tiene una mano invisible, es una mano muy muy concreta para aquellos en la cima de la piramide mas injusta de la historia....

      PD: No creo en ningun dogma ideológico y creo que solo la evolución mental de los hombres podrá encontrar un camino sin necesidad de satisfacer los tristes y vacíos deseos de poder material.

    • 12 de octubre de 2010 01:59, por Omar

      Es simple, ¿me gustaria que me dijeras cuantas veces a has visitado a un campesino y hablado de sus problemas cara a cara en vez de discutir basado en libros de economía que en si no son una ciencia sino una filosofía sustentada en la ambición (por cierto mi madre es economista) en vez de ciencia comprobada? Yo he vivido esa realidad y también la realidad en una universidad, y si he estudiado economía como un hobby estando estudiando ademas biotecnología y aun asi creo que ese imperio capitalista es un problema para la sociedad no porque exista sino por sus métodos. Si se lo tratara como lo que es, un conjunto de personas, y no una persona legal; si tuviera un representante legal real y no una firma de abogados seria aceptable y ademas permitir que esa persona muera alguna vez y no sea legalmente inmortal.

      En cuanto a la publicidad, mi amiga segue psicologia y lo creas o no una de sus materias es psicologia industrial y es la psicologia del consumidor, asi que dime si es o no real esa manipulación .

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