Recientes noticias nos hablan de los esfuerzos del Pentágono por reclutar ciberinsectos para las acciones militares del futuro. Estas investigaciones han provocado ya, si no resultados, sí pesadillas como la que os ofrecemos a continuación, a cargo de Bryan Finoki, extraída de SUBTOPIA, un interesante blog sobre urbanismo militar («a field guide to military urbanism»), según se dice en su cabecera. El artículo original, en inglés, lo podéis encontrar en http://subtopia.blogspot.com/2006/0....
[Imagen: Nicolas Lampert]
Un día quizá los robots realmente controlarán el mundo. Ya sé que es el mayor
tópico de la ciencia ficción desde siempre, pero no esos robots que vieron en
esa estúpida película de Will Smith, sino
un nuevo espécimen de insectos robotizados inteligentes será el que sellé nuestro
destino, equipados con una nano-armadura
y nuevos tipos de armamento microscópico unido a sus cuerpos ligeros. Diminutas
máquinas de matar artrópodas zumbando por el campo de batalla: una perfecta
pesadilla rumsfeldiana de bichos de guerra hiperclonados arrasando el planeta
en nombre de la libertad. Y ellos serán los únicos supervivientes del verdadero
día de la destrucción apocalíptica para la que les habremos desarrollado. Olvidaos
de China, hay una superpotencia Insecta asomándose en el horizonte. Cuando
vi esta imagen pensé en el mundo totalmente aniquilado, partes del cuerpo humano
desperdigadas por los continentes como un confetti de patas de langosta, partes
de máquinas confundiendo el paisaje de bajas, briznas lenticulares de sutiles
y transparentes escudos, miembros rotos con púas mojadas en gotas de armas químicas
mortales, restos al azar de exoesqueletos, un campo de metralla sobrante de
la humanidad convertido en basura por nuestro combate épico con un imperio de
insectos renegados, una vez controlados
a distancia, automecanizados por nanoprótesis militares siguiendo el olor
de la guerra, enjambres
de diminutos mercenarios perdidos en una granizada de asalto electromagnético
total contra nuestra civilización.
[Imagen: (Regina, 2003) Garnet
Hertz - Sistema Posthumano #1: Cucaracha con Video Inalámbrico]
Recuerdo un texto apasionante que lei alguna vez, 'El amor fatal de los insectos por las máquinas', de Nandkumar Kamat, acerca de su experiencia con insectos que empezaron a invadir y habitar su estudio de grabación tras el cambio climático. Excitados por los impulsos electrónicos de su equipo estéreo, describe asaltos de miniejércitos de abejas azules excavando sus altavoces, hormigas usando los cables del teléfono como superautopistas hacia y desde el supercomplejo de viviendas en el que han convertido su ordenador, donde otros insectos han muerto atrapados por culpa de su propio apetito por los himnos de los campos eléctricos y las óperas de corrientes de alta frecuencia inaudibles para el oído humano. Avispas construyendo grandes nidos de barro en los tiradores de las puertas de su coche, polillas seducidas por el calor estático radiado por el disco duro. Él llamó a todo esto la nueva ciencia de la "entomomecanofilia", una adaptación de los insectos al nuevo entorno urbano, impulsada por un amor biológico hacia las máquinas, e insiste en que esto debe ser estudiado porque el calentamiento global y el consecuente cambio climático tendrán un impacto considerable en la conducta de los insectos. "La era de la ecología de las máquinas y a electroecología ha llegado. Menospreciando el amor de los insectos por las máquinas estamos poniendo en peligro nuestras inversiones y productividad", dice.
[Imagen: Isao Shimoyama, Tsukuba University (via)]
[Imagen: Garnet Hertz, Robot cucaracha móvil controlado
(2004)]
Así que quizás es perfectamente natural que estemos asimilando el mundo de los
insectos para la guerra moderna. Puede ser algo inteligente antes de que decidan
cortocircuitar nuestras industrias e infestar nuestra infraestructura electrónica
en una escena demencial como la de las langostas en el principio de El
Exorcista. Hemos estado usando animales en el campo de batalla durante años:
delfines,
perros, ratas. Demonios,
los animales han sido instrumentalizados de esta manera por el hombre desde
el amanecer de la guerra. Ahora, nosotros
les vamos bien. De hecho podemos prever un reino totalmente animal dominado
militarmente por completo. El fin del mundo podría parecerse, no a un arca de
Noé de animales supervivientes, sino quizás a un terrorífica nube enjambre,
o a línea aérea futura desbordante de soldados animales mutantes convertidos
en cyborgs, dirigiendo su propio destino mucho después de que hayamos sido barridos
de la superficie de la tierra. Lo llaman el 'Arca de Rummy', un distópico buque
para el último ejército que existirá en el mundo. En este sentido, los insectos
robotizados y la robótica aplicada a los soldados humanos en el campo de batalla
continuarán transformándose paralelamente en un reflejo compartido de resultados
posthumanos. Mientras el Ser humano se convierte en Insecto (transportando
en su espalda un tanque diez mil veces su propio peso corporal, y siguiendo órdenes
entregadas a través feromonas), el Insecto gana inteligencia (con una mano
más firme que los humanos, puede incluso dirigir para nosotros
las instrucciones finales de un comando de misiles), pero ambas* formas chocando
en un pronóstico de muerte por control remoto, causado quizás por la perfección
de la estimulación experimental galvánica vestibular (pdf).
[Imagen: Bleex: Exoesqueleto
de Berkeley de una extremidad inferior. (ver Pruned: The Bleex: o el arquitecto de paisajes galácticos interplanetarios, Parte
II]
[Imagen: Bleex: Exoesqueleto
de Berkeley de una extremidad inferior. (ver Pruned: The Bleex: o el arquitecto de paisajes galácticos interplanetarios, Parte
II]
[Imagen: iRobot, Robot explorador
de carga]
O imaginemos si, de alguna manera, todos los animales del planeta que hemos
investigado y marcado con nuestros dispositivos GPS, todos los collares que
hemos puesto en el cuello de los elefantes, los chips RFID que hemos implantado
en las orejas de los leones, los sensores colgando de la espalda de una gran
ballena blanca o de las garras de un halcón peregrino, ¿qué pasaría si todo
ello hubiera servido para hacerles más autónomos y unirlos en un frenesí electromagnético
de solidaridad antihumana, guiados por este colosal efecto colateral en los
barcos espía y los equipos militares a los que les hemos encadenado para la
guerra? En cambio, se convierten en una red preparada para un sistema de inteligencia
artificial de rebelión masiva que no podríamos nunca haber predicho, y el mundo
animal se levantaría finalmente contra nosotros, capacitado por esta sobrecogedora
capacidad de fuego y comunicación entre ellos.
{Imagen: The Hellstrom Chronicle,
1971]
Al final, la única película que me viene a la cabeza es el clásico 'The Hellstrom Chronicle', una de mis favoritas de
todos los tiempos. El famoso entomólogo Profesor Hellstrom predice una insectopía
retroprimitiva al final del mundo, cuando el hombre pierde en su enfrentamiento
con las especies más antiguas de la tierra, y la sociedad proletaria de los
bichos demuestra ser la única forma de vida adecuada para sobrevivir la destrucción
nuclear total. Este documental paródico, presentado en 1971, está lleno de los
mejores fragmentos sonoros y fotografía que he escuchado nunca acerca de la
solemnidad del fin del mundo, y narra una brillante situación para nuestro final
con una terrible invasión de insurgencia de bichos prefutura.
[Imagen: Robots
despatarrados - Sprawlita, Diminutos Robots Voladores modelados como
Insectos - National Geographic]
[Imagen: Julie Mehretu, Immanencia (detalle), 2003. ENJAMBRE
(exposición), via: investigación.]
Incluso aunque esos insectos puedan ser usados por el Pentágono para atacar
la electrónica enemiga, o aglomerarse e interferir equipos sensibles de comunicaciones
detrás de las líneas enemigas, olfatear
sustancias químicas y explosivos, inyectar dosis letales de
veneno bajo la piel de soldados de la próxima generación de posibles enemigos,
detectar IEDs y minas antipersona, o llevar a cabo misiones
ocultas de vigilancia en lugares que los satélites de Google
no pueden espiar, puede que este ejército entomomecanofílico sea capaz también
de innovar una nueva variedad de misiones humanitarias. Insectos guías de campo,
escarabajos activistas, ONGs de moscas de la fruta, doctores gusano, etc. Enjambres
de luciérnagas llevando nubes de luz a las calles durante apagones, mosquitos
inyectando anticuerpos a la gente en regiones azotadas por la malaria, enjambres
ayudando a absorber la contaminación o transmitiendo mensajes en vez de enfermedades
durante desastres naturales, arañas tejiendo refugios de emergencia, satélites
solares, o probando el potencial de colonización de Marte, langostas haciendo
sonar alarmas, moscas marinas detectando futuros tsunamis, hormigas
gestionando nuestras granjas, quizás incluso algún artista aprenderá cómo
controlar maravillosas esculturas enjambre revoloteando en el parque como trocitos
de cometa.
[Imagen: the one-and-only, hacemos-dinero-no-arte]
Mientras escribo esto una diminuta araña camina a hurtadillas por mi mesa desde
debajo del portátil. ¿Le perdonaré su vida de bebé? ¿Ha trepado desde algún
nido detrás del pequeño ventilador que enfría mi disco duro? ¿Haré algo para
salvarnos del infierno robotizado aplastándola con el ratón? Si se arrastra
ahí debajo voy a tener que pasar por encima de ella y terminar esto. Así que,
le perdono la vida. Buena suerte niña, no vuelvas para aniquilarme un día a
mí o mis pequeños.