A ver si se me ocurre algún tema para hacer una canción, algo que no sea anticonstitucional, ni ilegal, ni anti patriótico.
A ver si se me ocurre algo que no sea sedicioso, ni por lo que nadie me pueda acusar de rebelión. Algo que no ofenda a nadie, algo que no atente contra la moral de nadie, algo por lo que nadie se sienta insultado, ni sirva para que nadie me insulte.
A ver si se me ocurre algo que no le falte el respeto a nadie.
A ver si soy capaz de decir algo que pueda evitar que acabe delante de un juez, por injurias o calumnias. A ver si puedo componer algo que no sea antisistema para este sistema. A ver si se me ocurre alguna canción que no haga apología de nada, que nadie me pueda confundir con un terrorista, un desestabilizador, un peligro.
Quiero escribir algo por lo que nadie se sienta insultado, y sobre todo, algo que no insulte a los que jamás escucharán esta canción.
Tal vez podría poner algún tópico típico de las canciones de amor, porque una canción de amor nunca ofende a nadie.
Podría decir “te quiero mucho”. Pero no. Si canto esto, podría ser acusado de discriminador, de racista, de xenófobo, de elitista, de excluir a todo el mundo, esto sería un delito de odio para el resto de habitantes del mundo.
Mejor pongo “quiero a todo el mundo”, pero igual el mundo me acusa de acosador.
O tal vez algunos confunden el “quiero” con un deseo sexual. O algunos pueden interpretar el “quiero” en el sentido” egoísta, megalómano. “Quiero” puede significar posesión. No lo voy a decir, no me atrevo. Y qué decir de poner la palabra “mucho”, porque ofendería a los que tienen poco.
¿Nadie se ha dado cuenta de cuánto odio guarda dentro de sí la frase “os quiero mucho”?
Esta frase es una falta de respeto, llena de infamias y blasfemias. Intolerable, debería estar perseguida por la ley. Definitivamente, el verso: “Os quiero mucho”, incita al odio.
Las autoridades deberían tomar medidas urgentes contra quien diga que quiere mucho a alguien. Poner todos los mecanismos del Estado al servicio de políticos, periodistas, policías, jueces, magistrados, militares, para que regulen y vigilen y denuncien a quienes infrinjan la ley de una vez por todas. Es más, se debería controlar a las redes para que las redes digan lo mismo que las autoridades, porque si no esto es el cáos.
No se me ocurre nada. Como compositor, soy un desastre.
Pero en el fondo, tengo suerte. No quisiera acabar como Hasél o Valtonyc.
Público