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Costa Rica demuestra que la educación es mejor inversión que la artillería (José Luis Castillo)
Nicholas D. Kristof es un columnista del New York Times (en twitter @nickkristof). Vengo leyéndole hace tiempo por su compromiso personal con situaciones de pobreza y de violación de los derechos humanos a lo largo del mundo. Hoy me he desayunado con un artículo de opinión suyo sobre Costa Rica. Este país encabeza la lista de felicidad a nivel mundial. Y esa lista se confecciona basada en parámetros que tratan de ser objetivos para cumplir la misión de medir algo subjetivo. Está elaborada por la Universidad Erasmus, en Rotterdam. Recoge múltiples estudios en los que se combinan muy diversas variables, como clase de felicidad, duración de la misma, método con el que se ha investigado, escala en la que se representan los resultados… Todo esto para decirte que es un trabajo fiable, vamos.
Pues Costa Rica es el país más feliz del mundo, en promedio. Más que Dinamarca. Y definitivamente, más que EE.UU.
Se les pidió a los costarricenses que valoraran su propia felicidad en una escala de 0 a 10, y dieron un 8,5 de promedio. Dinamarca es el siguiente con 8,3, y EEUU se encuentra en el vigésimo lugar con un 7,4.
¿Será casualidad que también sea un país longevo, con un notable desarrollo de los cuidados médicos? ¿Y será casualidad que sea un país que ha optado por el desarrollo sostenible? ¿O se deberá a que en 1949 decidió abolir el ejército para que toda esa inversión se destinara a educación?
La evidencia es fuerte: la educación es a menudo una inversión mucho mejor que la artillería.
Porque el dominio del inglés que tiene la población ha favorecido el ecoturismo, pero también el que se puedan situar en la escena mundial de innovación tecnológica. Por cierto, de un modo poco contaminante. Y han conseguido, antes que nadie, gracias a su nivel educativo, superar diferencias de género, lo que ha hecho que la mujer se incorpore al desarrollo de su país de un modo mucho más pleno que en muchos otros países. Sin abandonar sus raíces latinas, que ponen un elevado énfasis en familia y amigos, en el capital social.
Costa Rica ha hecho un buen trabajo de conservación de la naturaleza poco habitual, y es con seguridad más fácil ser feliz disfrutando del sol y la naturaleza que aterido de frío y sufriendo de «desórdenes por escasez de verde».
Los que diferencia a Costa Rica es su notable decisión en 1949 de disolver sus fuerzas armadas e invertir en vez de ello en educación. El incremento de escolarizaciones creo una sociedad más estable, menos propensa a los conflictos que han desgarrado otros lugares de América Central. La educación impulsó también la economía, haciendo posible que el país se convirtiera en uno de los mayores exportadores de microprocesadores del mundo, y mejorando el conocimiento del inglés, lo que ha atraido a los ecoturistas norteamericanos.
En Costa Rica, los crecientes niveles educativos han potenciado también de manera impresionante la igualdad de género (...) Esto permite a Costa Rica utilizar a su población femenina más productivamente (...) Igualmente, la educación produjo mejoras en la asistencia sanitaria, lo que ha colocado la esperanza de vida actualmente al mismo nivel que en EEUU. Los crecientes niveles educativos han llevado también al país a conservar su exuberante medio ambiente como un recurso económico. Costa Rica es un pionero ecológico, al introducir la tasa del carbono en 1997. El Índicador de Gestión Ecológica, una colaboración entre las universidades de Yale y Columbia, sitúa a Costa Rica en el número 5 de todo el mundo (...)
Los países latinoamericanos en general salen bien parados en las encuestas de felicidad. Quizá esto tiene que ver con un énfasis cultural en la familia y los amigos, en poner el capital social por encima del capital financiero.
¿Habremos encontrado en Costa Rica, por fin, un modelo educativo, social, ecológico, para salvar las tres graves crisis estructurales y sus tres graves crisis coyunturales? ¿Será sólo la educación o será hacia dónde nos lleve la educación, es decir, las metas de la educacion? ¿Será esta la década de la educación?
