A las 20’30 horas de hoy lunes 10 de octubre un grupo de antimilitaristas madrileños/as ha realizado una Acción Directa Noviolenta en apoyo y solidaridad a las personas cuyos derechos y cuyas mismas vidas están siendo pisoteadas y aniquiladas por las policías y ejércitos del Estado Español y de Marruecos.
En esta acción, organizada por el Espacio Horizontal Contra las Guerras, cuatro antimilitaristas han SALTADO LA VALLA del monumento al soldado desconocido de Madrid, en un claro gesto de dar legitimidad al salto que las personas migrantes intentan dar a la valla en la frontera con la esperanza de huir de la miseria y la guerra.
Una vez dentro del recinto del monumento mientras dos personas desplegaban una pancarta con el lema de la acción “Saltamos la Valla”, las otras dos, provistas de extintores han procedido a apagar la llama que homenajea al soldado desconocido. Con este gesto se pretende apagar la llama de los ejércitos y las guerras que tan terribles consecuencias provocan en la vida de las personas de los países pobres.
(fotos en la web de Tortuga)
El soldado desconocido simboliza el militarismo, el poder de la fuerza, de quienes tienen el dinero y las armas más poderosas. El soldado desconocido es el guerrero sin rostro, es la injusticia y la opresión para los/las débiles. Apagar su llama es apostar por otra sociedad.
A continuación reproducimos el manifiesto de la Acción:
Saltamos la valla
El fenómeno migratorio es una cuestión social y política y como tal debe ser
tratado. No hay vallas ni ejércitos que puedan parar a quienes huyen de
guerras, hambrunas constantes, gobiernos corruptos y SIDA pandémico. En nombre
de la globalización, Occidente planteó a África que las fronteras no debían
constituir un obstáculo para la libre circulación de mercancías y capitales,
clave de un hipotético progreso que jamás asomó por el continente negro.
Ahora
sabemos que todo era un cuento y aparece ante nuestros ojos una terrible
pesadilla: expolio de sus recursos, enfermedades y miserias para la mayoría de
sus habitantes. Europa roba la comida que podría paliar las hambrunas que
padecen 2 millones de personas, mientras en África se cocinan las sobras,
aquello que los europeos tiramos al cubo de la basura, como refleja el
documental «La Pesadilla de Darwin». Los gigantescos aviones de carga con
destino África recogen el pescado del lago Victoria o los diamantes de
Debswana, pero el viaje de ida no lo hacen de vacío. Llevan armas. Armas que
ayudan a perpetuar todo tipo de guerras, tan lucrativas para la industria
armamentística.
Una mínima parte de la población africana es la que toca a nuestras puertas,
detrás de las cuales existe un relativo bienestar construido a costa suya. Si
hay libre circulación para las mercancías y los capitales, ¿cómo es posible
que los seres humanos no dispongan de esa misma posibilidad, la de desplazarse
hacia allí donde puedan encontrar trabajo? ¿Por qué no se permite la libre
circulación de las personas? En la frontera los inmigrantes son acosados por
perros amaestrados, golpeados y tiroteados, sin que a nadie parezca importarle
demasiado. No son muertes, son asesinatos. Marruecos además condena a los
inmigrantes a una muerte anunciada al colocar a los inmigrantes en el desierto
argelino sin ningún miramiento, independientemente de su procedencia. Nadie
debe extrañarse porque un inmigrante declare que prefiere arriesgarse a morir
en aguas del Estrecho a caer en manos de la policía marroquí.
Continúa la desobediencia en Ceuta y Melilla, a las puertas de la europa
fortaleza. Nosotras y nosotros, antimilitaristas y desobedientes, también
saltamos la valla, para gritar una vez más que ningún ser humano es ilegal. No
hay monumentos al inmigrante desconocido, pero sí a los soldados que dicen
proteger la europa fortaleza y la “unidad de España”. Esta acción es un paso
más en nuestro trabajo de denuncia sobre las consecuencias del militarismo y
las guerras.
No al expolio de África. No al comercio de armas. No a las guerras.
Desobedece las guerras, apaga el militarismo.
ESPACIO HORIZONTAL CONTRA LA GUERRA.