Asímismo, se muestran decepcionados con el gobierno local por no atender a la petición de evitar la presencia militar en el evento.
Hèctor Serra
Carbón para Pere Fuset. Éste será el obsequio con que los antimilitaristas recibirán al concejal de Cultura Festiva del Ayuntamiento de València en la inauguración de Expojove, la feria de la infancia y la juventud que arranca el próximo miércoles 26 en el recinto ferial de la ciudad. Más de 60 entidades del ámbito educativo han vuelto a reclamar al consistorio que instituciones de las fuerzas armadas no puedan contar con estand propio ya que entra en contradicción con los valores educativos y la resolución pacífica de los conflictos.
Así lo expresa Carlos Pérez, portavoz de la campaña ’Desmilitaritzem l’educació’ en territorio valenciano, una iniciativa que pone el foco en la presencia de organizaciones militares en espacios educativos formales y no formales. “A pesar de que se presentan de una manera edulcorada y con un lavado de imagen a través de la UME (Unidad Militar de Emergencias), la presencia del ejército en la feria tiene una finalidad de reclutamiento y de instalar una visión positiva en los niños y las niñas para que en un futuro puedan optar como una profesión más”, denuncia el activista.
Para el antimilitarista, las fuerzas armadas ya tienen sus propios canales de comunicación para hacer llegar su mensaje a la sociedad. “No se pueden banalizar las verdaderas funciones del ejército, tal y como lo estamos viendo con el gobierno español, que quiere hacer pasar por inversión social y creación de empleo la aprobación de más de 7.000 millones de euros para programas de armamento”, argumenta Pérez.
Ante la negativa de plantearse esta cuestión por parte de la corporación municipal –con Compromís, PSPV-PSOE y València en Comú al frente–, las entidades impulsoras de la campaña se han mostrado decepcionadas. Ni tan siquiera, dicen, se ha conseguido introducir una moción para reflexionar sobre la petición. Los antimilitaristas lamentan que, de esta manera, no se puede crear debate social. Por todo ello, han decidido cortar la interlocución con la administración valenciana y seguir con las actividades de concienciación y protesta.
Según fuentes municipales de la concejalía, se trata de un debate superado desde el primer minuto de la legislatura puesto que han desaparecido del evento el material armamentístico y los elementos que se podrían asociar a un clima bélico.
Las mismas fuentes aseguran que, desde hace tres años, no se veta la presencia de ninguna institución pero sí se han reformulado las invitaciones a las organizaciones que tradicionalmente han participado en Expojove para determinar los contenidos. Para la concejalía, la UME promueve en la feria actividades relativas a protección ciudadana y salvamento.
La de València no es la única cita lúdica y educativa en el País Valenciano durante estas fechas con presencia del ejército. También Exponadal, en Alicante, celebra estos días su vigésimo quinto aniversario. En la pasada edición, el ejército de tierra promocionaba su estand con actividades diversas, que incluían “vídeos de misiones especiales”.
La desmilitarización de los ámbitos educativos es un reclamo que viene de lejos y que sintoniza con los movimientos de objeción de conciencia y de insumisión al servicio militar de las décadas anteriores. Es en Catalunya donde se han dado los pasos más productivos. Hace dos años el Parlament aprobó la moción 55/XI sobre la desmilitarización de Catalunya, que fijaba como uno de los ejes evitar la presencia del ejército en parcelas educativas y formativas. Una declaración similar se produjo paralelamente en el consistorio de Barcelona. Sin embargo, y a pesar de estos mandatos, las presiones para no hacerlos efectivos se imponen.
El caso más paradigmático lo constituye el Saló de l’Ensenyament de Barcelona, que se celebra por el mes de marzo. El pasado 18 de noviembre, el diario ABC abrió en portada con el titular Defensa impide al ejército acudir al Salón de la Enseñanza de Barcelona y apuntaba a supuestas cesiones del gobierno de Pedro Sánchez ante “la presión de populistas e independentistas”. Poco más de 24 horas después, la ministra de Defensa, Margarita Robles, anunció que las fuerzas armadas estarían presentes “sin ninguna duda” en el recinto de Montjuïc.
“Esto nos recuerda a la misma historia de las sentencias del Tribunal Supremo y las hipotecas: hoy digo una cosa y mañana lo contrario. La presión de los poderes fácticos es muy clara”, reconoce Jordi Muñoz, portavoz de la campaña ’Desmilitaritzem l’educació’ en Catalunya. Así mismo, desde estos colectivos también se ha criticado la gestión de Josep Lluís Bonet, el hasta hace unos días presidente de Fira Barcelona y de la Cámara de Comercio, al cual acusan de ir en dirección contraria a las mociones mencionadas, a pesar de que dos tercios del consorcio de la feria está integrado por ayuntamiento y Generalitat.
Cabe recordar también que Fira Girona prohibió en marzo la participación del ejército en Expojove 2018 por el incumplimiento del código ético en la edición de 2017, ya que los militares atendieron con uniforme a los visitantes. Sin embargo, en abril un juzgado de la ciudad suspendió cautelarmente la prohibición, por lo que el ejército estuvo presente en la feria.
Renovación pedagógica
Pero más allá de estos espacios, la campaña se hace extensible a todas las coordenadas de la educación. Los portavoces de la iniciativa ponen el acento en la presencia de contenidos acríticos en referencia al fenómeno de la guerra en los libros de texto, las visitas a bases, cuarteles o museos militares que se organizan en algunos centros o la presencia de cuerpos policiales armados dentro de las aulas en el marco de las sesiones de formación vial o seguridad digital. Los actores de esta campaña ya se opusieron tajantemente ante el convenio marco que la exministra María Dolores de Cospedal firmó con escuelas privadas –que se quería hacer extensivo a centros concertados y públicos– en virtud del cual se introducían los preceptos de defensa en los colegios.
Desde los movimientos de renovación pedagógica, abogan por afrontar el debate introduciendo en el aula las noticias que aparecen en los medios, profundizar lejos de la frivolidad, ser conscientes de los criterios con los que se eligen los contenidos, reivindicar la complejidad de fenómenos como el terrorismo, educar el deseo con las formulaciones de la utopía y la distopía, defender la duda y la ayuda mutua y, de esta manera, visibilizar y desnaturalizar el militarismo en todo el currículum.
Público