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Red Juvenil de Medellín

Declaración del objetor colombiano Johny Andrés Arango Colorado

Declaración del objetor colombiano Johny Andrés Arango Colorado

Nombre: Jhony Andrés Arango Colorado
Edad: 21 años
Ciudad: Medellín - Antioquia (Colombia).
Situación militar: evasor

En Colombia, el conflicto armado interno que hoy nos agobia, hace que sobre nosotros los hombres jóvenes pese una “responsabilidad” con la patria, prestar el servicio militar obligatorio, sancionado en el articulo 216 de la constitución política de Colombia de 1991 y reglamentado por medio de la ley 48 de 1994, este servicio militar es obligatorio para los hombres mayores de 18 años, el cual se debe cumplir para “defender” la patria, los intereses nacionales y el bien colectivo. Es así que históricamente he visto como esta guerra absurda nos golpea todos los días, a todos los seres humanos por igual, sin distinción de razas o credos, pero con mas fuerza a la población civil, a los campesinos, a los indígenas, a los afro descendientes, a las mujeres, a las organizaciones sociales y de derechos humanos que buscamos una justicia y una paz con equidad, por que este conflicto armado defiende los intereses de una clase dominante, de un sector de empresarios que solo busca vender al país, de narcopolíticos corruptos y ganaderos paramilitares, de una clase burguesa que busca cuidarse de que no le “roben” sus propiedades y sus tierras, esos terratenientes que poseen mas tierras que los propios campesinos. Esta clase dominante busca vender al país a los intereses norteamericanos que clavan su estaca de intervención y desolación sobre nuestro territorio y que tiene los ojos puestos sobre este país rico en diversidad natural y en recursos ambientales.

El estado colombiano encabezado por Álvaro Uribe, fiel manipulador de los intereses de esta clase dominante, y culebrero de la democracia, ha implementado desde su posesión como presidente de la república en el año 2002 su estrategia de “seguridad democrática”; amparado en la excusa de acabar con la guerrilla y de traer la paz al país, con la idea de acabar el terrorismo y de mejorar la economía nacional solo ha logrado vender al país a los norteamericanos, legalizar la mano oscura del estado: los paramilitares, reducir el presupuesto educativo, de la salud, de la inversión social, solo para cubrir los gastos del plan patriota, para gastar dinero en armas y en material de guerra. Con su “corazón grande” ha logrado que un militar se jubila a los 20 años de prestar servicio, mientras un/a obrero/a se jubila después de los 60 años de edad, los paramilitares se han quedado con las tierras que les pertenecen a los campesinos, se les ha perdonado sus genocidios reduciendo su condena a 4 años de prisión para quienes se declaren culpables de delitos atroces, la ley de “justicia y paz” premia a aquellos que han hecho la guerra, dándoles salarios por encima del mínimo, ellos se han enclaustrado en universidades y colegios públicos para hacer labores de “inteligencia” y de espionaje, se les ha permitido volver a la vida civil, pero no han entregado todas sus armas, no ha habido reparación verdadera para las víctimas, no ha habido verdad para el país, no ha habido justicia...pero el presidente con su mano firme ha logrado deteriorar la calidad de la educación, quiere privatizar y
lo esta haciendo con las universidades y colegios públicos, la salud ya es un negocio, no un derecho, los/as niños/as se mueren de hambre y el alardea junto con su perro de cabecera (el vicepresidente, francisco santos) no mas minas antipersonas, cuando por culpa de su “seguridad democrática” un/a niño/a muere de hambre y malnutrición todos los días, cuando tiene mas oportunidad de empleo un asesino “desmovilizado” que un joven campesino o estudiante, cuando a través del servicio militar obligatorio asesinan a miles de jóvenes en combate, con la excusa de que murieron defendiendo a la patria, pero ¿cuantos hijos de los políticos, de los empresarios y de la clase dirigente están en el monte combatiendo?, ¿cuantos jóvenes hijos de la burguesía están “defendiendo” la patria?, ¿cuantos generales y comandantes de las fuerzas militares lo hacen?, ¿están los hijos del presidente Uribe combatiendo contra la guerrilla y luchando contra el “terrorismo”? no!... están estudiando fuera del país, están aprendiendo como “dirigir” y mantener su poder sobre el país, están felices en su habitación disfrutando de lo que roban a la población civil, están tranquilos por que tienen dinero y pueden pagar la libreta militar, quedando exonerados de prestar el servicio militar “obligatorio” que sirve para “defender” la patria y el “bien colectivo”.

Así es Colombia, solo la clase popular esta obligada a defender los “intereses nacionales”, que contradicción, además de que nos roban, nos mienten, nos asesinan, tenemos y estamos obligados a defenderlos, en este conflicto armado que devasta pieles y territorios, donde unas guerrillas pasadas de moda, que maltratan igualmente a la población civil, con fines comunistas del siglo pasado, un narco-paramilitarismo legalizado nos asesina escondido tras nuestras espaldas, donde un ejercito nacional manipulado por la clase dirigente nos obliga a servirles empuñando un fusil y disparando a nuestros semejantes, una policía nacional enriquecida de los frutos del narcotráfico y de la corrupción nos viola nuestros espacios “públicos” y nos agrade constantemente nuestros derechos fundamentales por que somos “sospechosos”, por el pelo largo, la ropa o los aretes, por que para ningún joven en este país hay oportunidades diferentes a prestar el servicio a la guerra, jóvenes sin empleo, sin comida, sin educación, sin salud, sin vivienda, sin servicios públicos domiciliarios, sin vida digna, sin esperanzas, ven en los grupos armados ilegales y legales la “oportunidad” de tener ingresos económicos, ven en los grupos ilegales y en las fuerzas armadas la “oportunidad” de sacar su ira y participar del servicio a la guerra, matando tan solo a sus semejantes, por que los hijos del engaño, los hijos de la clase dirigente no están presentes poniendo su pecho, nosotros los jóvenes de las clases menos favorecidas y de la inmensa mayoría aplastada y dominada somos la carne de cañón y acá en este país no es posible decir “no quiero participar en la guerra”, “no quiero pertenecer a ningún grupo armado” por que con la obligación de actuar a favor de la guerra te callan y te aplastan. Tu libertad de conciencia, (articulo 18 de la constitución política de Colombia) esta limitada a un derecho escrito en un papel, pero muerto en la realidad.

Historia:
Pertenezco a la red juvenil de Medellín, hace 4 años, desde que en el año 2002, cursaba 11 grado de bachillerato y estaba obligado a definir mi situación militar, desde el principio de ese año empecé a frecuentar el grupo de objeción por conciencia de la red juvenil de Medellín, para tener mas conocimiento del caso y para saber que hacer para declararme objetor por conciencia.
Toda mi vida he vivido en los barrios populares de la ciudad de Medellín, algunos, en la época de los 90 influenciados y dirigidos por las milicias populares, las cuales tenían el control de los barrios y eran juez y parte en los conflictos que allí se presentaban, supliendo la tarea del estado, en este ambiente crecí, viendo enfrentamientos todos los días, viendo muertos y heridos por decenas, viendo como a mis vecinos y amigos los mataban o a sus familiares, viendo como a los niños no nos dejaban jugar libremente por que en cualquier momento venían las milicias, apático a la policía por la idea que infundían los milicianos de decir la policía es mala y el ejercito también, crecí con poca credibilidad ante su labor, viendo como muchas veces estos también eran cómplices de las actividades ilícitas de los grupos ilegales, nunca me gusto el ejercito por que por culpa de ellos tenia que esconderme debajo de la cama junto con mis hermanos esperando que la “balacera” acabara pues eran ellos quienes sin importar atacaban a los milicianos que se resguardaban en nuestros barrios y casas utilizándonos como escudos, siempre el miedo invadía todas las tardes y las noches parecían eternas cuando en vez de escucharse el canto de los grillos se oían las voces de la guerra...petardos, granadas, metralletas, gritos de dolor de las madres que perdían a sus hijos, llantos de niños y voces de ira eran el pan de cada día, vi como mataron a los tíos, hermanos padres y madres de mis amigos, viví en carne propia el dolor de perder a un familiar, mis dos tíos fueron asesinados por las milicias populares, solo por el echo de que uno de ellos era “ladrón”, el otro lo asesinaron en un intento de venganza por su hermano, escuche todo, escuche su voz rogando en la ventana de mi casa pidiendo ayuda, pero ellos, los asesinos de la esperanza lo “ajusticiaron”...
Luego cuando “gracias” a Álvaro Uribe, actual presidente de Colombia, finalizando los años noventa y cuando era gobernador de Antioquia, trajo a los grupos de autodefensas a Medellín, llamados convivir, como un grupo de “limpieza social” se agravo mas la situación, estos animales, ya no propendían por “la paz” como lo promulgaban las milicias populares, si no que a diestra y siniestra asesinaban a cuanto joven se opusiera a su labor, “ladrones”, guerrilleros, bandas juveniles, delincuentes comunes, fueron asesinados poco a poco, o si alguien era “sospechoso” también lo asesinaban. Era un grupo organizado, andaban con chalecos, en camionetas, con changones y fusiles y con la mirada mas despreciable que alguien pudiera tener...su “limpieza” arrasó con amigos, conocidos y gente del barrio que poco tenia que ver con la guerra, lideres barriales, lideres de la comunidad, todos caían de la mano de los “muchachos” de la oficina, como se les llamaba en el barrio.

Poco a poco las autodefensas fueron creciendo y acabando con todo rastro de comunismo armado y desarmado que pudieran olfatear, aliados con el narcotráfico, con el ejercito y con instituciones del estado veía como poco a poco tomaron el control de la ciudad, por medio de fiestas callejeras, donde la cerveza y la comida sobraba, por medio de piñatas para los niños, por medio de incursión a grupos juveniles y a las juntas de acción comunal de los barrios, la gente creía que ellos si eran buenos, pero a mi nunca me convencieron, todas esas fiestas y ese dinero era de la gente, las vacunas que ellos cobraban cada sábado era lo que se gastaban, la venta de drogas y de armamento también los financiaba y la complicidad de la fuerza publica me hacían creer que ellos eran poco confiables y nunca quise participar de sus propuesta.

Luego en mi barrio empezaron a aparecer graffitis que decían “muerte a ladrones”, “accu1 presente”, “guerrillero, ponte el camuflado o muere de civil” y en otros barrios vecinos: “auc2 presente, bloque cacique Nutibara” y así intimidaban el que hacer cotidiano de la comunidad.

Ante el conocimiento de este conflicto, de ver la complicidad de las fuerzas militares con ellos, de escuchar a mis tíos, activistas de la red juvenil desde 1996, diciendo “ningún ejercito defiende la paz” y luchando por la posición de los/as jóvenes como actores de transformación decidí que no prestaría el servicio militar obligatorio, que no apoyaría ni configuraría ningún grupo armado, decidí declararme objetor por conciencia y haciendo publica mi decisión en el colegio, seguido de muchos comentarios de los directivos del mismo, ingrese a la red juvenil de Medellín, convencido de hacer parte de una propuesta colectiva donde aprendí desde los valores de la noviolencia activa y el antimilitarismo a alimentar mi posición personal y a hacerme desobediente civil ante las leyes injustas, que como la ley 48 que violan el derecho a la vida y a la libertad de conciencia, derechos fundamentales consagrados en la constitución política de Colombia de 1991.

Conocí mas movimientos sociales, ingrese a la universidad sin ningún problema y por medio de propuestas de autogestión he aprendido que el ejercito y los grupos ilegales nos son soluciones ni económicas, ni opciones de vida como para arriesgarme prestando un “servicio a la patria” y que por el contrario están disfrazados de mentiras, los ejércitos y las guerras atentan contra la vida humana y que propuestas de cambio y transformación como el antimilitarismo y la noviolencia activa son medios que ayudan a crear propuestas de solución negociada al conflicto armado interno que vive nuestro país.
Conozco de la lucha no violenta que los pueblos indígenas libran en sus territorios sagrados, se de la lucha de los pueblos afro descendientes por su diversidad y por sus derechos, he vivido las luchas estudiantiles por el derecho a una educación con calidad y publica, conozco la lucha de las mujeres y sus reivindicaciones sociales, se de los sindicalistas, los campesinos y todos los/as jóvenes que queremos un país mejor y eso me da mas fuerza para creer que la población civil en Colombia tiene propuestas ante esta guerra desoladora, pero lastimosamente con gobiernos autoritarios y asesinos como el de alvaro Uribe todas estas esperanzas están siendo opacadas con un falso discurso de democracia y con la demagogia de este “pequeño” dictador que se enaltece como garante de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario, engañando a la opinión publica y poniendo en tela de juicio la labor de los movimientos sociales acusándonos de auxiliadores del terrorismo, solo por que no queremos hacer parte de su propuesta de “seguridad democrática” y de su idea de paramilitarizacion de la sociedad.

Declaración:

Me declaro objetor de conciencia ante la guerra, No quiero empuñar ningún tipo de arma ni pertenecer
A ningún grupo armado, mis razones son políticas y filosóficas,
Ante todo opciones de vida, mi cuerpo no quiere ser carne de cañón
De los ejércitos de las mentiras, no quiero defender la patria de los
Empresarios, ganaderos, terratenientes y dirigentes políticos de Colombia
Mi servicio, es por la vida, por la desmilitarizaron de la sociedad,
Por la libertad y por la paz, que aunque tan matizada, para mi significa
Igualdad para todos/as. No quiero vestirme de camuflado, no quiero prestar
El servicio militar obligatorio, no quiero ponerme botas y pisotear las
Pieles llenas de dolor por tanta injusticia, soy un joven, un desobediente civil
Y mi libertad de conciencia no se limita, no se negocia, no quiero hacer parte
De la maquina de guerra, mi rumbo va encaminado a luchar por la vida
Y por los derechos, que como seres humanos tenemos y no negociamos.
La dignidad me habla y me incita a desertar de los hilos que manejan el
Poder, y ante el servicio militar obligatorio doy un no rotundo y no quiero una libreta militar que me diga que soy un asesino, no quiero ser militar, no quiero
Morir por el interés pagano de vender las tierras que me vieron nacer, esta
Guerra es de interés de la clase dominante y del imperialismo como
Forma de intervención y de robo a nuestros países llenos de naturaleza y vida.

“no quiero ser un tornillo mas, en la maquina de moler”
“no quiero ser un soldado mas, en la guerra de poder”

A los ejércitos: que no cuenten conmigo, se a quienes defienden,
y que intención tienen, sus estructuras de poder me dan asco y nunca
quisiera obedecer las ordenes de un general, de un superior lleno de
tornillos y dinero sucio en su cabeza, sus filas de mando las quiero romper con la flecha de la desobediencia y sus camuflados los pinto de mil colores para
que no sirvan para esconder su cobardía.
La lucha por la libertad es para valientes, no para cobardes, y acá estoy de pie para resistir a sus tiros de esclavitud y a sus balas de terror.

Nombre: Jhony Andrés Arango Colorado
Edad: 21 años
Ciudad: Medellín - Antioquia (Colombia).
Situación militar: evasor

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