Se cuentan por millares los puestos de trabajo en la sanidad pública y en los servicios asistenciales que tendrían que dotarse para atender las auténticas necesidades sociales aragonesas.
Mientras el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, y el presidente de la Comunidad autónoma de Aragón, Marcelino Iglesias , intentaban frenar el rechazo a la posible instalación de una base de la OTAN en Zaragoza prometiendo unos puestos de trabajo «de alta cualificación técnico-militar» y de otro tipo que, sin embargo, no aparecen de forma fehaciente en ninguna documentación manejada estos días sobre el asunto, la prensa gratuita se hacía eco la semana pasada en la capital aragonesa, con datos muy concretos, de las carencias socio-sanitarias de la comunidad.
Una vez más se constata que los intereses de políticos profesionales y militares van por un lado, y las auténticas necesidades sociales de la población, por otro muy distinto.
Faltan 9.000 asistentes para las personas dependientes
RUBÉN ASENSIO. 20 minutos Zaragoza. 23.11.2006
En la comunidad sólo reciben ayudas 8.000 enfermos de los 40.000 que hay. La mayor parte de los trabajadores son mujeres con contratos precarios.
Las más de 40.000 personas dependientes que viven en Aragón, la mayoría ancianos, necesitarán 9.000 asistentes y sanitarios más cuando entre en marcha la nueva Ley de la Dependencia, prevista para principios del próximo año, según un estudio que presentó ayer el sindicato CCOO.
Este aumento de plantilla, que se tendrá que realizar de forma progresiva y consensuada entre DGA, empresas y sindicatos, servirá en parte para aliviar la carga de trabajo que ya soportan muchas de la familias debido a la escasez de apoyos públicos. «Ahora mismo sólo reciben ayudas unas 8.000 personas dependientes de las más de 40.000 que hay en Aragón», explica Julián Buey, de CCOO.
En la actualidad trabajan en la comunidad en el sector de la asistencia a enfermos dependientes (tanto público como privado) más de 55.000 personas, entre sanitarios, personal de servicios sociales y empleados del hogar. La mayoría de ellos son mujeres y en el sector de la ayuda a domicilio la mitad de los asalariados (son más de 16.000 en toda la comunidad) ya son inmigrantes.
La puesta en marcha de la nueva Ley de la Dependencia, que ahora mismo se está tramitando en el Senado, pretende cubrir las necesidades de las personas de gran dependencia en el plazo de un año y las del resto de enfermos en un máximo de ocho años.
Alta temporalidad
Los responsables de CCOO reclaman que los trabajadores de asistencia a enfermos dependientes ofrezcan una atención más integral y piden para ello que se mejoren sus condiciones laborales. La mayoría de los empleados son mujeres (entre un 73% y un 91%, según el sector) con una alta tasa de temporalidad y un salario que en la ayuda a domicilio se sitúa en el mínimo interprofesional (540 euros al mes).
Piden más calidad e inspecciones
El problema de las personas dependientes es aún mayor en la comunidad aragonesa, donde el porcentaje de población envejecida es superior a la media española. Para mejorar la asistencia, CCOO reclama una gestión e inspección más profundas por parte de la Administración, piden que se garantice la calidad de los servicios prestados (tanto en el sector público como en el privado) y exigen que se regule adecuadamente la figura del asistente personal a personas dependientes, diferente a la del cuidado no profesional.
Hospitales y consultorios piden 500 enfermeras más
RUBÉN ASENSIO. 20 minutos Zaragoza. 16.11.2006
La plantilla de Aragón es insuficiente y casi no ha crecido en los últimos cuatro años. Los trabajadores se movilizarán para pedir más medios.
Las cerca de 4.000 enfermeras que desarrollan su labor en Aragón están saturadas de trabajo y son insuficientes para satisfacer de manera adecuada las necesidades del sistema sanitario. Sólo para cubrir los días libres que producen los excesos de jornada serían necesarios, al menos, 500 profesionales más, según estiman los responsables del sindicato de enfermería Satse, que ya preparan movilizaciones para demandar más apoyos.
En los últimos cuatro años, desde que se traspasaron las competencias en materia de sanidad, la población de Aragón ha crecido en más de 60.000 personas (ya somos casi 1,3 millones) y sin embargo la plantilla de enfermeras apenas ha aumentado en una docena. «Esto se traduce en un déficit importante que afecta sobre todo a los principales hospitales y a muchos centros de salud», explica Teodoro Aldea, del sindicato Satse.
Sólo el Hospital Miguel Servet, el centro sanitario de referencia de Aragón, necesitaría 60 enfermeras más únicamente para cubrir los días libres de la plantilla. Algo similar sucede en los hospitales de Calatayud o Alcañiz.
En urgencias, a tope
La saturación de trabajo es especialmente grave en las nuevas urgencias del Servet. «Tenemos una enfermera por cada ocho pacientes, cuando debería haber, como mucho, una por cada cinco», asegura Teodoro.
Los pacientes ingresados son los que más problemas sufren, sobre todo en los turnos de tarde y noche. «En algunas plantas, con la reducción de trabajo, por la noche llega a haber una enfermera para atender a casi treinta pacientes», explica el responsable de Satse.
El trabajo de las enfermeras es imprescindible para el buen funcionamiento de los centros sanitarios. En los hospitales se encargan de atender a los enfermos, cuidar y ordenar el equipamiento, realizar extracciones de sangre y curas y apoyar a los médicos.
Hasta 2.000 pacientes por consulta
Las enfermeras de atención primaria piden desde hace años que su número se equipare al de médicos para poder ofrecer una asistencia adecuada. Para ello, sería necesario un mínimo de 80 profesionales más, aunque los responsables de Satse argumentan que habría que elevar este número hasta 150 para lograr una cobertura suficiente. En algunos centros de salud, sobre todo de las zonas urbanas, cada enfermera tiene asignados hasta 2.000 pacientes, cuando lo ideal es que no superaran los 1.400.
Las claves
Plan Concilia: El sindicato Satse ha detectado casos de enfermeras a las que se les ha negado la flexibilidad laboral que recoge el nuevo Plan Concilia para dedicar más tiempo a la familia, debido a que las plantillas se quedarían cojas. «Por ahora lo hemos visto en Huesca y en el Clínico», explica Teodoro Aldea.
Un 9% de pacientes, inmigrante: El incremento de los pacientes de origen extranjero (ya tienen tarjeta sanitaria 115.650 inmigrantes) es uno de los factores que dificulta aún más la labor de las enfermeras, tanto por sus costumbres (a veces muy diferentes a las nuestras) como por la diferencia de idioma. También utilizan los servicios sanitarios más que los lugareños, según afirman los médicos.
Insumissia, finalmente, también hace una incitación a la reflexión económica:
¿Por qué la Sanidad tiene «déficit» y el Ejército no?