Según Wikipedia, la magnífica enciclopedia libre, una «secta» se define como...
Una secta es un grupo religioso pequeño que se ha ramificado de una religión establecida más grande. Las sectas tienen muchas creencias y prácticas en común con la religión de la cual se han separado, pero se distinguen por un número de diferencias doctrinales (...). La palabra secta proviene del latín, y significa «un cuerpo o una organización religiosa organizada». Los sociólogos utilizan la palabra secta para referirse a un grupo religioso con un alto grado de tensión con la sociedad circundante, pero cuya creencia es (dentro del contexto de esa sociedad) en gran parte tradicional.
Si cambiamos «religión» por comunismo (marxismo-leninismo, trotkysmo, estalinismo, maoismo...) o cualquier otra creencia política que tenga sus biblias del siglo XIX y XX (por supuesto, integristas abundan en el anarquismo, el ecologismo, el feminismo...) comprenderemos perfectamente de que vamos a hablar.
Muchas chicas y chicos, con la mejor de las intenciones, deciden en algún momento de su vidas «dar el paso» y convertirse en activistas políticos. Demasiadas veces no duran más que unos pocos meses y posteriormente no quieren oir hablar de nada que tenga la más minima relación con los movimientos sociales de base y la izquierda alternativa.
¿Por qué? pues porque caen en malas manos, en pequeños (o no tan pequeños) grupos sectarios que se comportan como iluminados, sin demasiada práctica política real y con una total desconexión de la realidad. Hay gente que no se hubiese enterado de la caída del Muro de Berlín aunque hubiese sido sepultado por los cascotes y escombros de éste... Con este texto queremos prevenir a próximas generaciones de activistas, leed por favor con atención.
DIEZ PASOS PARA ENTRAR EN UNA SECTA [POLÍTICA]
1. Email.
Este indicador no es muy fiable, pero es algo común en la entrada a todas las sectas. Cuando una secta te quiere captar lo primero que hacen es pedirte la dirección de email, ¡nunca la des! (pedirte el teléfono sería muy descarado, son muy cucas estas sectas). Cuidado, tu buzón se verá inundado en cuestión de horas de comunicados, declaraciones, convocatorias e invitaciones de lo más variado. Eso si no te suscriben directamente a la lista de distribución del colectivo (ups, sería el primer paso en integración en el movimiento, PERDÓN, en la secta). Ni que decir tiene que querer ser un activista de pro y no tener email te relegará al ostracismo más absoluto (habrá gente que te mirará con vergüenza ajena, no te comerás un colín etc etc).
2. Charlas y lecturas «escogidas».
¿Les diste el email? Entonces, cuando por decimoquinta vez recibas alguna convocatoria (¿no les darías también el nº de tu móvil, no? ARGHHHHHH!!!) te verás obligado a ir, por pena, más que nada. Empieza el descenso a los infiernos... Irás a una charla anunciada a bombo y platillo (por email y en webs rarísimas como la Indymedia esa, vamos) donde paradójicamente todo el mundo se conoce, habla de cosas rarísimas y encima lo hacen en un lenguaje aún más raro. Parece que lo de menos sea quien da la charla o el tema de ésta, todo el mundo critica mucho a gente de la que no has oído ni hablar (descubres entonces que el peor insulto que te pueden dirigir es el de «reformista») y hablan de lo mal que lo hacen otros colectivos. Durante el acto, la persona a quien diste el email hará de tu «padrino», te presentará a todo el mundo y sin darle importancia te dará «algo de material» (textos fotocopiados, o revistas, incluso algún libro). ¡No los leas!
3. Tu primera asamblea.
¿Aceptaste el «material»? Horrendo. Ya no podrás negarte entonces a asistir a la asamblea del colectivo... Si eres tan osado/a de acudir, verás que está exactamente la misma gente de la charla a la que asististe, que raro ¿no? Se repiten la conversaciones que escuchaste durante el acto pero de manera más organizada. ¿Por que todo el mundo te sonríe y te observa con disimulo? pues porque... estás entrando en la secta. Si aceptas más «material» (vaya, si ni siquiera empezaste a leerte los tochos que te dieron la otra vez) has dado un paso más, porque ya estarás convocado a la próxima asamblea semanal, a la concentración de mañana, los talleres del sábado y la mani del domingo. Ni se te ocurra llevarte carteles «para pegarlos por tu barrio y/o tu curro». Ya tienes que dedicar una hora diaria a leer todos los emails que te llegan.
4. Miembro de la asamblea.
Si estás leyendo esto es porque...
a- no tienes nada mejor que hacer que leer la web de Tortuga
b- aceptaste nuevo «material» (¿quien será este Toni Negri?) y te llevaste carteles para pegar. Ya estás casi casi en la secta, te queda muy poquito. Asistes regularmente a las asambleas, charlas, concentraciones, manifestaciones, marchas, encierros, conferencias, pegadas de carteles y reparto de panfletos. Te han pringado para vender el «periódico» del colectivo (la gente parece huir en las manis cuando os ven llegar con el «material», serán reformistas). Ya te suena de lo que hablan e incluso opinas de vez en cuando (para constatar que metes la pata cada vez que lo haces... ¿que es lo que falla? ¿por qué me miran raro?). La lectura de los emails ya te lleva dos horas diarias.
5. Acción directa y ADSL.
¡Tu primera acción directa! has pasado mucho miedo, pero descolgar esa pancarta (pintada junto a otros compas) del andamio justo cuando pasaba la mani HA SIDO LO MAS. Ya hablas con cierta convicción en la asamblea (ya has reconocido los temas y palabras clave, detectas además el reformismo a la legua, que pasada) y sigues puntualmente acudiendo a las asambleas, charlas, concentraciones, manifestaciones, marchas, encierros, conferencias, pegadas de carteles y reparto de panfletos que sean necesarios, ¡faltaría mas! Empiezas a distanciarte de la persona que te apadrinó, le ves que quiere quedar bien con todo el mundo e incluso le ves un poco... reformista. Has tenido que contratar un ADSL porque es indispensable para la militancia del siglo XXI (aun así, la lectura de los emails que te llegan a través de las y los compas y de las ocho listas a las que estás suscrito te quita bastante tiempo).
6. Actas, Moderación y Orden del Día.
Subes como la espuma después de tu primera acción directa, la de los andamios. Has moderado la asamblea del colectivo por primera vez (que ha derivado en un caos total con toda la gente saltándose los turnos de palabra, que le vamos a hacer) y ya te dejan tomar actas, de hecho, ya sólo las tomas tú desde que lo hiciste por primera vez. Con descaro te atreves a proponer puntos del orden del día para próximas reuniones y se te ocurre además alguna acción para el futuro. Estás perdido. Rompes totalmente con la persona que te metió en la «escena», perdón, en la secta, por más que evidentes divergencias políticas.
7. Cambio de amistades, cambio de aspecto.
Notas que hay menos tensión cuando hablas en la asamblea, pero algo sigue fallando. Te vas alejando paulatinamente de tus amistades (no entienden nada, son buena gente pero... ¡¡¡son reformistas, alguno INCLUSO FACHA!¡¡) y vas adoptando otro aspecto. Nada de vaqueros, nada de ropa de marca... ¡¡¡eres anticapitalista!¡¡ Al cambiar de aspecto todo mejora en las asambleas y en las cañas de después, hasta parece que alguien quiere ligar contigo. Lo que no entiendes es por que tus amigas y amigos (bueno, ex-amigas/os) te dicen que discutiendo de política (bueno, de lo que sea) eres cada vez más «sectario». Te piden que no les mandes veinte emails diarios y confiesan que no se leen el «periódico» que les colocas todos los meses. Serán reformistas... Bueno, ya has descubierto que dejarte ver por determinados bares de Lavapiés da muchos puntos, una pena que la gente no salude ni te mire a los ojos.
7. Responsabilidad.
Te fastidia la poca responsabilidad de alguna gente en la asamblea. No leen los emails, no se enteran de las convocatorias, incumplen sistemáticamente las tareas asignadas... Entonces, el principio del fín. Ya tienes suficiente peso en la asamblea como para acudir en representación del colectivo a «plataformas unitarias», por lo que el nº de asambleas, charlas, concentraciones, manifestaciones, marchas, encierros, conferencias, pegadas de carteles y reparto de panfletos se empieza a multiplicar. La tensión en la asamblea crece por la poca implicación de la gente, y encima tienes menos tiempo porque has empezado a colaborar con una Radio Libre todas las semanas y mantienes la web del colectivo. Buffffffffff.
8. Puesto del Rastro.
A pesar de que cada vez estás más saturado de asambleas, charlas, concentraciones, manifestaciones, marchas, encierros, conferencias, pegadas de carteles y reparto de panfletos (no olvidemos la radio y la web), el colectivo debe finaciarse, por lo que asumes personalmente la gestión del puesto del Rastro todos los domingos por la mañana, al ladito de la CNT. Todo un honor, no se confiaba en nadie más para hacer esa tarea (¿o es que nadie más quería hacerla?). Te fastidia cada vez más lo poco que se implica la gente en la lucha, tanto fuera como dentro del colectivo. Dentro del colectivo hay gente que ha empezado a desertar, denunciando «prácticas autoritarias» y «comportamientos sectarios». Lo que hay que oir.
9. Se disuelve la secta (¿tan rápido?).
Tenía que pasar, la asamblea del colectivo se ha roto. Por un lado, porque curran y hacen todo (tú uno de ellos/as) los de siempre, el resto pasa de todo, y encima hay un sector que quiere trabajar con «peña muy maja de su barrio, aunque sean de IU» y que piensan que gente muy válida se ha ido del colectivo, que es «cada vez más sectario». Por ahí no pasas, eres de los más duros a la hora de disolver el colectivo, pero tienes un montón de contactos y sigues sin problemas con el puesto del rastro (ya se decidirá que se hace con el dinero) y como «individualidad» (gran término) sigues con tus asambleas, charlas, concentraciones, manifestaciones, marchas, encierros, conferencias, pegadas de carteles y reparto de panfletos (y la radio y la web, claro) pero ahora para «ámbitos unitarios», «campañas» y/o «foros». Hay que buscar lo que nos une, no lo que nos separa (esto no pudo hacerse en tu asamblea, demasiado reformista y demasiado vago por metro cuadrado).
10. La nueva secta.
En el puesto del Rastro te has encontrado a una chavala muy maja, que al ver los panfletos de la charla que organizas la semana que viene se ha interesado. ¡Genial, necesitamos gente para el nuevo colectivo! Le has pedido el email, ¡y te lo ha dado! A ver si hay suerte y se pasa de verdad por la asamblea, has quedado en mandarle el link de la web que todavía mantienes y unos artículos muy interesantes... Echas de menos a tus amistades de toda la vida (¿por que dejaste de hablar con ellos? ah, sí, te llamaban «sectario»), pero, nadie dijo que la lucha sea un camino de rosas...
FIN
Dejamos para los lectores y lectoras el ejercicio de fijar en que punto el (no tan) ficticio personaje es abducido por la secta.