Sacado de La Razón
Marta Torres
Nueva York- Estados Unidos dio ayer el primer paso para reestructurar su Ejército de cara a los grandes desafíos a los que se tendrá que enfrentar la primera potencia mundial los próximos años, según la Administración Bush. De esta manera, la comisión evaluadora que tenía que examinar la propuesta del Pentágono para reestructurar centenares de bases del Ejército estadounidense votó ayer a favor de cerrar cinco grandes bases en los estados de Georgia (Fort McPherson y Fort Gillen), Virginia (Fort Monroe), Michigan (la Guarnición en Selfridge) y Nueva Jersey (Fort Monmouth).
Anthony Principi, presidente de la comisión, reconoció que sus miembros han visto la necesidad de cerrar estas bases para ahorrar dinero y transformar el Ejército ante los nuevos desafíos. «Sabemos que las decisiones que tomemos tendrán un impacto profundo en las comunidades cercanas a nuestras instalaciones militares y, sobre todo, en las personas que dan vida a esas comunidades», admitió.
26.000 despidos. De aprobarse esta decisión, que deberá ser ratificada o rechazada por el presidente Bush y el Congreso a primeros de septiembre, se ahorrarían algo más de mil millones de dólares durante los próximos 20 años. Esta cifra se puede quedar corta, si se compara con los cuatro mil millones mensuales que se llevan las invasiones de Iraq y Afganistán. Con esta clausura a gran escala, se quedarían sin su puesto de trabajo unas 26.000 personas entre soldados y población civil, con lo que además se ahorrarían unos 50.000 millones de dólares durante los próximos 20 años.
Sólo en Fort Monmouth (Nueva Jersey) se perderán cerca de 5.272 empleos civiles y militares relacionados con la base. El cierre de Fort Monroe (Virginia) dejará 3.564 parados más y otros 5.222 en Georgia, con el cierre de las bases Fort McPherson y Fort Gillem. El cierre de Fort Monmouth implica además el traslado del comando de comunicaciones a la base de Aberdeen (Maryland). Los detractores de esta decisión, recomendada en mayo pasado por el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, argumentan que no se deben cerrar estas bases porque prestan un apoyo básico a la red de suministros de las tropas desplegadas en Iraq.