casco insumissia fusil roto
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Schweik Action Wollongong

Felicidad activa.

Felicidad activa.

¿Has oído hablar acerca de ese o esa activista que está tan llena de alegría y sentido del humor que a todo el mundo le gusta estar cerca de ella, y que con su risa y su mente positiva, es capaz de superar todas las críticas?. Probablemente no, la verdad es que no hay mucha gente como ella.

La gente activista tiene una reputación de ser agorera de un mundo sombrío. Hablan todo el rato sobre las cosas terribles que pasan en el mundo y mostrando a la gente de cómo son de terribles las cosas. Alguna es tremendamente seria, con un deje catastrofista que puede borrar la sonrisa de la cara a cualquiera. ¿Quién quiere estar alrededor de gente que se conduce por sentimientos de ira, culpabilidad y un pesimismo genera acerca del destino del mundo?-

Puede que haya otro modelo: activistas que construyen felicidad dentro de sus métodos y objetivos.

Para empezar, los y las activistas pueden ser felices ellas mismas. Esto podría atraer a más participantes a acciones de grupo. Es más divertido estar alrededor de gente feliz que transmite altos niveles de energía positiva.

El objeto del activismo es construir un mundo mejor, donde la gente sea más feliz. Cuando es posible, tiene sentido introducir el objetivo en los métodos. Esto significa ser feliz ahora, mas que posponer esa felicidad para “después de la revolución”.

Algunos hechos acerca de la felicidad

Sorprendentemente, la gente activista no ha escrito o hablado mucho acerca de la felicidad. Tampoco lo han hecho los/as psicólogos/as, que han empelado mucho haciendo que gente muy infeliz se sienta un poco mejor. Sin embargo, en tiempos recientes, ha habido un interés en la psicología positiva. El libro de Martin Seligman “Authentic Happines” (Auténtica Felicidad) es una muestra de ello.

Se crea o no, parece ser que las circunstancias no tienen mucho efecto en la felicidad. El dinero tiene poco efecto (a menos que se esté viviendo en la pobreza) como muchos comentaristas afirman. Tampoco lo tiene la edad, la salud, la ecuación, la etnia o el clima.

Las personas somos bastante rápida a la hora de ajustar nuevas circunstancias y reajustar nuestras expectativas. Después de un incremento de salario o trasladarse a una casa más grande, los niveles de felicidad son pronto los mismos que antes. Igualmente, después de una enfermedad grave, la mayoría de la gente vuelve al mismo nivel de felicidad.

De acuerdo con esta investigación, la gente no se da cuenta de lo que les hace feliz. Por ejemplo, creemos falsamente que tener más dinero nos hará más felices, y no empleamos mucho tiempo en buscar nuevos amigos que nos hará más felices.

Seligman divide la felicidad en dos tipos: placer, como comerse un helado, y satisfacción, como lo que se siente después de ayudar a alguien. La satisfacción es un camino más fidedigno hacia la felicidad.

La parte excitante de la historia de la felicidad es que es posible incrementar nuestro nivel medio de felicidad cambiando nuestras formas de pensar y comportarnos, por ejemplo cuando nos cuestionamos nuestras propias creencias negativas, expresamos gratitud, o ejercitamos nuestras fortalezas y virtudes.

Por lo tanto lo que él dice es que la felicidad se puede aprender, de hecho alguna gente participa junta en clubs de la risa para ayudarse en el proceso.

Aunque Selgman no habla acerca de acción social, es fácil hacer una conexión entre felicidad e inspirar gente a ser socialmente activa.

Implicaciones para la acción social

En cuanto destinada a promover la felicidad, la acción social está muy vinculada con esta. Cuando se consiguen cambios positivos, la acción social proporciona un gran sentimiento de satisfacción. Además, la participación en la acción social puede proporcionar un sentimiento de poder, tanto en el nivel individual como en el colectivo y esto puede incrementar la felicidad.

Centrarse en la felicidad tiene algunas implicaciones radicales. Todo el sistema económico está basado en la falsa premisa de que incrementar la riqueza hará sentirse más feliz a la gente. Si, a pesar de ello, la economía se basara en el suministro de cosas que hacen realmente más feliz a la gente, entonces habría una mayor atención a la construcción de comunidad, eliminación de la pobreza, reducción del materialismo, hacer el trabajo más satisfactorio y ayudar a la gente a encontrar el sentido de sus vidas. ¡Es bastante subversivo hacer a la gente más consciente de lo que la hace realmente feliz!

Centrarse en la felicidad tiene también implicaciones en las prácticas activistas. Más que considerarse como una obligación, el activismo se ha convierte en un actividad de disfrute en sí misma, algo que la gente quiere hacer. Esto reduciría además problemas de desilusión y desgaste. También hay problemas crónicos relativos a conflictos internos. El humor puede ser un medio potente de tratar con estos problemas.

El humor también puede ser muy efectivo en acción directa. En Noruega, ciertos activistas por la paz querían publicitar la situación de varios insumisos que estaban en la cárcel por su desobediencia a la conscripción en todas sus formas, incluido el servicio sustitutorio. Los activistas acudieron a la cárcel en apoyo a los presos y pidieron ser encarcelados también. Esta acción causó gran impacto en todo el país, puso el asunto de la insumisión en la agenda y consiguió un cambio de ley.

Al centrarnos en la felicidad, en la actualidad, no en un lejano futuro, nosotros y nosotras, como activistas, podemos llegar personas a ser más positivas, menos reactivas a las agendas de otros y más innovadoras. El humor y el absurdo puede llegar a romper barreras conceptuales y renovar los viejos y aburridos métodos de activismo hacia una nueva metodología de transformación social.
Extendiendo un famoso dicho de Gramsci: “pesimismo en el intelecto, optimismo en el deseo... y pasa un buen rato”.

Autotest del activista

1)¿Cuantas bromas y eslóganes graciosos conoces? (Ejemplo: “Derechos terrestres para ballenas gays”)

2)¿Habéis hablado alguna vez sobre felicidad en vuestro grupo?

3)¿Qué actividades en tu grupo te dan una mayor satisfacción?

4)¿Cuándo ha sido la última vez que habéis expresado gratitud los unos a los otros?

5)Nombra tres veces en las que todos reísteis hasta llorar.

6)¿Celebras normalmente las cosas que marcha bien en el mundo?

Referencias

Jorgen Johansen: “Humor as a political force, or how to open the eyes of ordinary people in social democratic countries”. Phylosofy and Social Action. July-December 1991. pags 23-29. http:www.uow.edu.au/arts/sts/bmartin/pub...

Robert E. Lane: The loss of happiness in Market Democracies. New Haven. CT. Yale University Press. 2000

Martin Seligman: Autentic Happines. New York. Free Press. 2002.

  • 31 de agosto de 2006 11:53

    100% de acuerdo.

    Yo propongo el aborto obligatorio,
    y por supuesto que los 58 millones de euros diarios que gasta el militarismo en españa, se destinen a un fin coherente con sus principios, como por ejemplo lanzar unos cuantos misiles sobre Portugal o Andorra.

    internete
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