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Murió a finales de julio en Gran Bretaña

Harry Patch, veterano de la Gran Guerra y pacifista

Harry Patch, veterano de la Gran Guerra y pacifista

GUERRERO PACÍFICO

Marco Evers
Der Spiegel

En Wells, Gran Bretaña entierra a su último veterano de la I Guerra Mundial

Más de 111 años vivió este soldado por el que el martes de la semana pasada doblaron las campanas 111 veces, una campanada por cada uno de sus años. A paso de desfile, el coche fúnebre condujo su féretro cubierto con la Union Jack a la catedral de la localidad de Wells, cerca de Bristol.

Gran Bretaña despide a su último soldado de las trincheras de la Gran Guerra. A pesar de la lluvia, miles de personas bordean las calles, jóvenes y viejos, también niños; aplauden al paso del coche. Tras el vehículo marchan uniformados del ejército, muchos de ellos de vuelta de Afganistán, de la misma edad que tenía Harry Patch entonces, cuando fue enviado a la guerra, pero también hay soldados franceses, belgas y alemanes. Así lo había deseado Harry Patch.

El Primer Ministro Gordon Brown ofreció al anciano un funeral de Estado en Westminster, con honores militares, salvas de honor y todo el boato, pero Harry Patch prefirió esto, junto con un poco de ejército alemán.

La BBC transmite en directo. Camilla ha venido, la duquesa de Cornwall. En enormes pantallas se televisa el evento en el exterior porque más gente no cabe en la catedral. El procurador de la embajada alemana sube al púlpito y lee de la Biblia. Su tema es el perdón. Una niña canta “Dime dónde están las flores”, el himno antiguerra de los años sesenta. Y en la radio se oye a Radiohead. El grupo compuso una canción sobre Harry Patch: por una libra puede descargarse de su página web, todos los ingresos van dedicados a los veteranos de guerra.

Cuando hace año y medio murió Erich Kästner, el supuesto último veterano alemán de la I Guerra Mundial, apenas se intereso nadie por ello. Horst Köhler, Angela Merkel, Franz Josef Jung, nadie se sintió concernido. No pasa un día en Alemania sin que se recuerde la II Guerra Mundial, Hitler, los nazis y Auschwitz. Sin embargo, la I Guerra Mundial, que fue el cadalso para millones de personas, desapareció ya del horizonte del recuerdo colectivo, mientras respiraban aún muchos supervivientes de las trincheras.

“Es importante que pensemos en los muertos de guerra de ambos bandos”, dijo Harry Patch. “Los alemanes han sufrido tanto como nosotros”.

1917, Passchendale. Un soldado alemán carga contra Harry Patch. El inglés dispara y le da al alemán en el hombro derecho. Cae al suelo, pero intenta alcanzar su arma. “Tenía que detenerle”, dijo Harry Patch a la BBC. “No podía matarle. Le disparé en la rodilla y en el tobillo. Para él se había acabado la guerra”.

El 22 de septiembre de 1917, a eso de las 21:30, el infierno habitual en Ypern, Flandes. Jóvenes alemanes disparan a jóvenes ingleses, jóvenes ingleses disparan a jóvenes alemanes. Un relámpago. Entonces, una granada de metralla. Sangre, dolor, tres compañeros muertos, muchachos como Harry Patch a los que se sentía unido.

Tanta sangre, tantas víctimas para la guerra que iba a terminar con todas las guerras. ¿Y para qué?

Muchos se hicieron esta pregunta, pero el soldado de infantería Harry Patch no dijo nada al respecto durante toda una vida. Era fontanero, un hombre sencillo al que le gustaba criar gallinas. Durante 80 años no apareció en sus labios ni una sola palabra sobre los muertos. Cuando hubo sobrepasado los 100 años, empezó a hablar, cada vez más a medida que iban quedando menos de su generación de carne de cañón.

Y cuando ya no quedaba casi nadie, ya no pudo mantener enjaulada su rabia.

La guerra, así lo decía Harry Patch con voz seca y firme, no es otra cosa que “asesinato organizado”. En ella la vida humana no tiene ningún valor, ni siquiera la de millones de personas. Como símbolo de paz en las trincheras y en la residencia de ancianos, apareció en documentales de la BBC, publicó sus memorias con 109 años, dio conferencias y puso flores en las tumbas de guerra, también en las de los alemanes.

Le gustaba llevar sus medallas y condecoraciones. Le dieron sustento. “Todos fuimos víctimas”, dijo, “da igual el uniforme que lleváramos”.

La guerra, para Harry Patch, es un delito. Deberían darle las armas a los políticos para que hicieran sus guerras entre ellos.

El mismo día, casi a la misma hora en que Harry Patch fue enterrado, tuvo lugar a dos horas de coche al norte un nuevo funeral por un soldado. Cientos de personas acudieron a Birmingham por el soldado de infantería Joe “Smurph” Murphy, 18 años, uno de los muertos británicos más jóvenes de la más joven guerra británica. “Héroe”, está escrito con flores sobre su féretro en el coche fúnebre.

También “Smurph” estuvo alrededor de 3 meses en el frente, igual que Harry Patch hace 92 años. En la provincia de Helmand intentaba salvar a un compañero herido. Le llevaba sobre su espalda. Entonces una carga explosiva los destrozó. Seis británicos más hallaron la muerte ese día en Afganistán.

Der Spiegel, nº 33, 10.08.09, pág. 99

  • 29 de agosto de 2009 12:00

    Comparen qué relato tan diferente hace el «progresista» diario El País sobre el mismo suceso, la muerte y la figura de Harry Patch, en comparación con el del semanario Der Spiegel, asociado a la derecha alemana:

    http://www.elpais.com/articulo/soci...

    ¿Por qué le resultará a El País tan incómodo el posicionamiento radical contra la guerra de Harry Patch? Claro, no vaya a ser que la gente ate cabos, como hace el propio articulista de Der Spiegel: la Gran Guerra... Afganistán...

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