Con motivo de la presentación de un libro+CD, que se publica con la intención de romper el silencio informativo en torno al genocidio en el Congo, también recuperamos dos artículos de distintas fuentes. Uno sobre la pugna en torno a un mineral que está desangrando el corazón de África en estos momentos y, el segundo, sobre la tracendencia que tiene el pais que lo alberga (junto a otros importantes recursos naturales) en la «geo-estrategia» global que las potencias occidentales quieren trazar en el continente.
LIBRO + DISCO
El genocidio del que no se habla: Guerra en la República Democrática del Congo
La República Democrática del Congo es un país inmensamente rico en recursos naturales aún sin explotar (oro, diamantes, cobalto, coltán, petróleo, gas natural, uranio...). Por ejemplo: la media mundial de extracción de oro en una mina es de 11g. en la R.D. del Congo se llega a 6 Kg y en algunas zonas hasta 18 Kg; en el este abundan minerales raros de alto valor estratégico para la tecnología punta (coltán, casiterita, europio, thorio, germanio...) Además es enorme y situado estratégicamente en el centro de África. Es el paso para controlar el cono sur africano. Por ello hay una guerra encubierta por parte de EEUU por controlarlo. En esta guerra ha usado a los países vecinos (Uganda, Ruanda y Burundi) para invadirlo y saquearlo. Por desgracia a costa de la muerte de 4 millones de congoleños y del silencio internacional ya que ciertos países europeos también están implicados. Es una guerra oculta en donde está en juego el futuro de África. El siguiente texto va a convertirse en nuestro lema:
¡4 MILLONES DE MUERTOS BASTAN!
El libro “EL GENOCIDIO DEL QUE NO SE HABLA: Guerra en la R.D. del Congo”, proporciona información y reflexión de diversos autores a partir de pequeñas introducciones y una cuidada selección de artículos realizadas por José García Botía. No lo explica todo, es un asunto complejo y con muchos matices. Pretende descifrar las principales claves para entender el conflicto y el resto de continuos conflictos en esa región del África Central. Nos ayuda a entender algunas de las principales causas y voluntades que están impidiendo que África pueda salir de la miseria. Además, contamos con las vivencias de Mariví Garbayo (30 años en el Kivu, el Este rico y masacrado de la R.D. del Congo) que nos transmite de forma poética. Un cuento (escrito por José García Botía e ilustrado por Fernando Bernabé) nos explica muy bien todas las claves de este conflicto. Termina el libro con una Guía Didáctica realizada por Juan Carlos García Domene en la que se nos ofrecen apuntes sobre los diversos temas que podemos tratar a partir de estos materiales y los que aparecen en el disco. Es un libro de 140 páginas preciosamente maquetado por Diego Lizán y muy bien ilustrado con dibujos de Rocío Pérez (de 13 años), Fernando Bernabé (Nano), fotos de Juan Carlos Tomasi, José A. Atencia...
¿POR QUÉ OCCIDENTE NO HACE NADA PARA QUE ESTA GUERRA TERMINE?
Las 13 canciones del disco “EL CONGO GRITA, ÁFRICA GRITA. Tambores para la terca esperanza”, compuestas por Domingo Pérez e interpretadas por el Grupo Veredas y por el grupo de Burkina Fasso Segtaba Percusión, están creadas específicamente para este proyecto y nos impregnarán y harán rumiar estos contrasentidos en nuestro interior, transmitiendo dolor e intentando dejar un regusto de esperanza, de terca esperanza. Junto a ellas, hay una pista interactiva con tres montajes y los play-back en MP3 de la música que nos ha servido de acompañamiento en el disco.
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La guerra del Coltán
El futuro de las telecomunicaciones se llama Coltán. La República Democrática del Congo alberga una gran cantidad de este mineral, por el que pelean países y multinacionales.
José Antonio Plaza / Canal Solidario
El Coltán es un mineral metálico que, una vez tratado, se convierte en un gran conductor de energía. Es un elemento vital a la hora de crear los condensadores que permiten que funcionen los reactores nucleares, los circuitos de ordenador o los teléfonos móviles que utilizamos a diario.
Camino de convertirse en la piedra filosofal de las futuras telecomunicaciones, el coltán se ha convertido en un objetivo a lograr a cualquier precio, más ahora que escasea en países como Brasil o Australia. Una vez más, la riqueza de los países africanos parece ser también su ruina; la República Democrática del Congo, que alberga más del 80% del coltán mundial, lleva años sufriendo la expoliación del valioso mineral por parte de sus vecinos africanos, apoyados por EE.UU, las ayudas del FMI y de varias multinacionales occidentales.
Niños en busca de minerales
En las minas congoleñas trabajan miles de obreros en busca del Coltán, entre ellos niños -muy codiciados por ser la mano de obra más barata y fácil de silenciar-, refugiados y presos con la condena reducida. De esta forma, atraídos por los 10 dólares que se pagan por kilo de mineral extraído, muchos mueren en las minas en su afán por salir de la miseria.
El auge de la telefonía móvil, tan lucrativo para las multinacionales, está hundiendo a la República Democrática del Congo. La demanda del Coltán ocasionó que, en pleno auge del conflicto, empresas internacionales se disputaran el tesoro a través de aliados autóctonos, financiando a las fuerzas militares que luchaban por el control de los territorios congoleños. Una verdadera rapiña asolaba el Congo.
Los países africanos vecinos, como Ruanda o Uganda, luchan por el territorio congoleño, y las empresas internacionales hacen lo propio mediante el control económico. Con el transporte bajo control, los aranceles no existen en estos países, y los vuelos de ida al Congo viajan cargados de armas para volver repletos de minerales.
El Coltán, ¿un problema o una esperanza?
Muchas ONG han denunciado ya la situación, pidiendo que los organismos internacionales sancionen a las empresas que participan en el saqueo y reclamando que el Coltán debería ser una esperanza para la República Democrática del Congo, y no un problema más para su desarrollo.
La situación de oscuridad que rodea al Coltán provoca que su comercio legal se confunda con el tráfico y contrabando de los rebeldes, haciéndose muy complicado discernir si el origen del Coltán que llega a nuestras manos proviene o no de la ilegalidad y el saqueo.
Por ello, algunas de las empresas que comercian con telefonía móvil están emprendiendo medidas para asegurarse de que el Coltán que utilizan no proviene de las zonas en conflicto del Congo. Si esto se consiguiera, los señores de la guerra perderían gran parte de su financiación para comprar armas y el Congo vería cómo uno de los fantasmas que amenazan su futuro desaparece.
El Coltán ha pasado de no valer nada a ser más preciado que los diamantes, y aunque ahora el tema de su comercio parece haber perdido interés informativo, tras darse a conocer hace un par de años, hay que recordar que los problemas no se solucionan sólo con no hablar de ellos. La guerra por el Coltán sigue abierta.
República Democrática del Congo: la guerra por el control de África
Esta guerra desconocida para los medios de información de masas esconde una tragedia humana de 4 millones de muertos y la lucha por el control de África por parte de EEUU.
Actualmente se está jugando una baza importante del futuro de África en la guerra de la República Democrática del Congo. Es un país enorme (España, Portugal, Francia, Alemania, Suiza, Italia, Polonia y parte de Rumanía juntas), en el centro del África Negra, con frontera a 9 países vecinos. Estratégicamente es fundamenteal para “controlar” de Sudán hacia abajo, una parte de África muy rica en recursos. Por otra parte el río Congo posee entre el 40% y el 50% del agua de toda África, con lo que supone esto a corto y largo plazo. La presa hidroeléctrica de Inga, si tuviera construidas sus tres fases, produciría la electricidad equivalente a todas las centrales hidroeléctricas de EEUU juntas. Daría electricidad al cono sur de África. Con varias centrales hidroeléctricas en el río Congo se podría abastecer a toda África (al menos hasta que el consumo de electricidad se disparase). Luego están los recursos naturales del este del Congo: oro y diamantes en cantidades exuberantes. El coltán y la casiterita, el petróleo aún virgen del norte, el gas natural del lago Kivu, el uranio, el cobre, el cobalto, los minerales raros (germanio, euripio, niobio, thorio...). Todo esto hace que controlar el Congo suponga el paso fundamental para controlar media África.
La guerra de EEUU por controlar esta región empezó con movimientos tácticos. Primero se alió con ciertos clanes de Ugandeses y Ruandeses para que tomaran el poder. Así lo obtuvieron Yoweri Museveni en Uganda y Paul Kagame en Ruanda. EEUU formó militarmente a ciertas élites militares de ellos. Luego, una vez en el poder, multiplicó la ayuda para el desarrollo a estos países, aunque claro está, esta ayuda se convirtió en ayuda militar. Creó bases militares también en ellos. Toda esta estrategia está en función de dominar el Congo, ya que Uganda y Ruanda no son ni por asomo tan ricos ni tan importantes estratégicamente.
Por desgracia para los habitantes de esta región EEUU eligió como aliados fundamentales a dos personas (emparentadas entre sí) que codiciaban el poder al precio que fuese y sin importarles mucho el tema de los derechos humanos: los anteriormente mencionados Yoweri Museveni y Paul Kagame. Es especialmente éste último quien es el responsable de más millones de muertos en esta región africana. Él dirigió la masacre de varios cientos de miles de ruandeses hutus en el antiguo Zaire en 1996-1997, perseguidos por sus tropas. Luego de todas las miles de muertes anónimas de ruandeses opuestos a él dentro de su país. Y finalmente de gran parte de los 4 millones de congoleños muertos a causa de la invasión del Congo (por parte de sus tropas y las de Uganda básicamente). Nunca ha habido tanto sufrimiento, tanto odio y tanta muerte en esta zona de África como desde que EEUU decidió apostar fuerte por su gran aliado, Paul Kagame. La política de alentar el enfrentamiento étnico y el terror, forma parte de la estrategia para dar a entender de que se trata de luchas internas entre tribus o etnias africanas.
Cuatro millones de muertos y el silencio informativo
A EEUU no le interesa que se sepa lo que ocurre. Pero tampoco le interesa a buena parte de Europa (Francia, Inglaterra, Bélgica y Alemania) por ser parte también implicada directa o indirectamente (a través de sus multinacionales) en el asunto.
Esto hace en conjunto que sea una guerra de la que ni EEUU ni parte de Europa quiera que se mencione siquiera en los medios de información, máxime cuando los medios usados por sus aliados, especialmente Paul Kagame sean especialmente sanguinarios. La ONU desde luego, tiene las manos atadas en este asunto.
Lo que está ocurriendo en esta región africana desde el 2 de agosto de 1998 hasta hoy día, es también crucial para el futuro de toda África ya que Paul Kagame desea apropiarse del este del Congo (tal y como Israel se ha adueñado de los territorios palestinos). Si esto ocurriera, se tendrá al mando de una región inmensamente rica (oro, diamantes, coltán, casiterita, petróleo, gas natural...) a una persona que puede seguir produciendo mucha muerte y sufrimiento. Al no tener este tipo de personas condenas y represalias internacionales (como sucede hasta ahora) sus ambiciones (mientras sigan teniendo básicamente el apoyo de EEUU) posiblemente no quedarían ahí. Es, desde luego, la situación actual un momento crítico para el futuro de África.
Las organizaciones que trabajamos en este campo vemos cómo el bloqueo informativo hace continuamente frustrar nuestros intentos de destapar el tema. Como es un tema desconocido no hay demanda social de información, y como no hay demanda social los medios de información no informan.
A finales de noviembre de 2004 Ruanda empezó una nueva invasión del Congo. Y la comunidad internacional condenó el hecho, pero hace falta un paso más. ¿Acaso 4 millones de congoleños muertos no son suficientes? Creemos que es necesario que se presione y aisle internacionalmente a Paul Kagame a fin de evitar nuevas masacres por parte de sus tropas y de nuevo que los miles de desplazados (ya hay más de 100.000) no empiecen a morir de hambre, o de enfermedades ligadas a la malnutrición y las condiciones precarias.
La Federación de Comités de Solidaridad con África Negra junto a otras ONGs europeas como EURAC (red Europa Africa Central en la que estamos integrados) deseamos que esta vez se detenga pronto la tragedia y a tal fin estamos llevando a cabo diversas campañas de denuncia y pidiendo la adhesión de personas y organizaciones. Quien desee apoyarnos con su firma puede hacerlo a través de nuestra página web:
«El genocidio del que no se habla. Guerra en la República Democrática del Congo»
Miércoles, 14 de diciembre 2005
A las 20 horas
Colegio Mayor “Nuestra Señora de África”.
C/ Ramiro de Maeztu, 8 Ciudad Universitaria. Madrid
Presentación de «El genocidio del que no se habla. Guerra en la República Democrática del Congo» junto con el disco “El Congo grita, África grita”, publicados por la Federación de Comités de Solidaridad con África Negra, a cargo de José Antonio Labordeta Subías(diputado de la Chunta Aragonesista y cantautor), Domingo Pérez Bermejo (cantautor), y José García Botía (coordinador del libro).
La preocupación por el Congo, el sufrimiento y la lucha de este pueblo para salir de esta situación de injusticia, nos llevó, hace ya varios meses, a publicar este LIBRO-DISCO. La finalidad es dar a conocer y sensibilizar a la opinión pública sobre lo que está ocurriendo en este inmenso y rico país africano.
Las 13 canciones del disco “EL CONGO GRITA, ÁFRICA GRITA. Tambores para la terca esperanza”, compuestas por Domingo Pérez e interpretadas por el Grupo Veredas y por el grupo de Burkina Fasso Segtaba Percusión, están creadas específicamente para este proyecto, transmiten dolor e intentan dejar un regusto de esperanza, de terca esperanza. Junto a ellas, hay una pista interactiva con tres montajes y los play-back en MP3 de la música que nos ha servido de acompañamiento en el disco.
El libro “El genocidio del que no se habla. Guerra en la República Democrática del Congo”, proporciona información y reflexión de diversos autores a partir de pequeñas introducciones y una cuidada selección de artículos.
Para más información contactrar con Cándida Leal Pardo, Secretaria de la Federación de Comités de Solidaridad con África Negra («Umoya») - Móvil: 678 580 339.