Insumissia se hace eco de la imputación de cuatro mandos militares por el incendio de Agosto de 2009 en el campo de maniobras de San Gregorio. Se va a cumplir un año y el suceso no ha dejado de generar noticias que han puesto de manifiesto las patrañas del Ministerio de Defensa en cuanto a su supuesta preocupación por el medio ambiente. Por otro lado, la crítica antimilitarista a estas instalaciones recobra toda su fuerza, no sólo por lo que supone convertir en cómplice a todo un territorio en la preparación de la guerra, sino por la peligrosidad que genera con catástrofes como ésta.
En Agosto, se cumplirá el primer aniversario del incendio en el Campo de Maniobras de San Gregorio, en la provincia de Zaragoza 7220 Has. ardieron dentro y fuera del perímetro del campo, 3497,3 Has. en el municipio de Zaragoza, 1106’80 Has en Tauste, millones de euros en pérdidas e indignación en las localidades cercanas ante la forma en que se hizo frente al mismo por parte del ejército fueron los hechos que marcaron los días inmediatos al incendio y a su prolongado proceso de extinción. El incendio se inició el día 18 de Agosto por la mañana, pero Defensa no permitió entrar al polígono de tiro a los helicópteros y la maquinaria del Gobierno de Aragón hasta las 18.00 horas, cuatro horas después de que se pusiera en marcha el dispositivo de extinción. Para entonces, el fuego ya se había propagado por el interior del polígono, y más tarde saldría del recinto para calcinar hectáreas de terrenos municipales. Hubo también declaraciones de los ayuntamientos cercanos en las que se ponía en cuestión el control existente en el campo militar, además de las protestas que en el pueblo de Tauste se convocaron a los pocos días del incendio.
Han ido pasando los meses y la noticia no ha dejado de recordarse periódicamente con nuevas noticias que han puesto de manifiesto la gravedad de lo sucedido aquellos días. La última de ellas ha sido la reapertura del proceso judicial por parte de la Audiencia Provincial de Zaragoza y la imputación de un Teniente Coronel y tres mandos militares, ante la existencia de un informe del SEPRONA en el que se afirmaba que el mal uso de determinadas armas de fuego pudo ser la clave en la provocación del incendio. El mismo Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil afirma en varios informes que, además del uso de explosivos y de munición trazadora en condiciones climatológicas adversas, en el recinto militar se cometieron hasta nueve negligencias o imprudencias que deberían evitarse en períodos de riesgo alto de incendios forestales. La dirección del campo cuenta con una avanzada estación meteorológica que debería haber sido usada como referencia para programar de manera segura las actividades peligrosas.
En Octubre del 2009, volvió a producirse un incendio como consecuencia del rebote de un disparo de un carro de combate y una ráfaga pérdida de ametralladora pesada. El uso de esta munición trazadora con proyectiles de pequeña carga pirotécnica aumenta el peligro de incendio al impactar con la vegetación seca. La abundancia de restos metálicos procedentes de proyectiles al explosionar, así como de distintos proyectiles enteros o con partes sin desactivar generan un peligro constante de nuevos incendios. El SEPRONA, además, valora la insuficiencia de medios en general, para la extinción del incendio de Agosto y de otros que pudieran producirse.
Ya antes, el propio Ministerio de Defensa había evaluado los cuantiosos daños ocasionados por el incendio que ascendían a 7,5 millones de euros, sólo en los terrenos calcinados fuera del Campo de Maniobras. Una parte de los gastos de restauración de la zona tendrán que ser abonados por el Gobierno de Aragón que incorporó la extensión quemada a los datos globales de incendios producidos en Aragón durante el verano de 2009. Además del reconocimiento de los daños, Defensa reconoció que la restauración completa de la zona costará 25 años, en 2010 se invertirá 819.300 euros y entre 2011 y 2035 otras 25 anualidades de 175.340 euros.
Catástrofe anunciada.
El Campo de Maniobras de San Gregorio ocupa 33.839 Has. de las que 28.915 corresponden al término municipal de Zaragoza. Es el más grande en extensión de toda Europa. Sus orígenes están en los comienzos de siglo, cuando se puso en marcha esta instalación gracias a una especie de cesión gratuita, sin límite de tiempo. Actualmente es utilizado ampliamente por el ejército español y también por tropas extranjeras de la OTAN que organizan periódicamente ejercicios prácticos de distintas estrategias militares y con fuego real. Cada año pasan por el recinto unos 25.000 militares.
Existe en él una riqueza vegetal y faunística importante que el ejército asegura cuidar con mimo. De hecho, la web del Ministerio de Defensa sigue dedicando uno de sus espacios a la forma en que se cuida el medio ambiente en sus territorios. El campo de maniobras tiene más de 100 Kms. de perímetro e incluye diversos sistemas naturales muy representativos del Valle del Ebro y de gran valor ecológico.
Dentro del polígono de tiro y maniobras hay diseminadas distintas zonas de caída de proyectiles. Actualmente las más importantes son las denominadas F-23, Puig Amarillo, Lentiscal, Valdehace y Frague. También hay otras áreas para carros de combate Boyero I, Boyero II y Cosaco y pequeños polígonos de tiro para armas individuales, prácticas con explosivos y lanzamiento de granadas. También según datos del propio Ministerio de Defensa, hay zonas de máximo riesgo de incendio por la intensa actividad de tiro, como la del Puig Amarillo, donde se realiza una media de tres a cuatro ejercicios al mes, lo que conlleva un conato de incendio al mes por término medio, aunque de escasa entidad. En los últimos 25 años ha habido unos 10 incendios en los que ha sido necesaria la participación de los equipos de extinción de la D.G.A.
Ausencia de información.
El control exterior a lo que sucede en el campo es casi nulo. Sólo un día al año está permitida la entrada de personal no militar: es el segundo domingo de Mayo cuando se celebra la romería al santo. También suele ser noticia en medios locales cuando el rey o algún alto cargo militar español o europeo asisten a las maniobras programadas. Sin embargo no se sabe nada en cuanto a las consecuencias que la actividad militar pueda estar teniendo sobre el terreno y el ecosistema estepario del que todo el campo de maniobras podría ser una muestra excelente.
De hecho, el incendio también puso sobre la mesa esta falta de información y control. El Ministerio de Defensa nunca aclaró con firmeza las causas del incendio; en los primeros días no se dio información y se tardó en permitir la entrada de medios de extinción de carácter civil dentro del campo de maniobras, hasta que llegó a exceder los límites del mismo.
Oposición.
La oposición ciudadana a esta instalación se inició ya después del año 2000, promovida por el colectivo antimilitarista y con el apoyo de grupos ecologistas y de conservación del patrimonio. Durante varios años, en la romería del segundo domingo de mayo, las pancartas exigiendo la devolución gratuita del campo de maniobras y las octavillas críticas con el sentido de la instalación se dejaron ver en medio de la fiesta que rodeaba la ermita en ese día. Dicha presencia siempre fue mal vista por la autoridad militar que, finalmente puso los medios para impedir que ningún tipo de crítica a la instalación militar se hiciera pública dentro del campo. Durante años, se instalaron fuertes controles en la entrada y se hizo pública la expresa prohibición de que se desplegara cualquier tipo de difusión antimilitarista o crítica hacia las maniobras militares.
El año 2007, un grupo de autodenominados superhéroes se hizo presente en el interior del campo, en una acción antimilitarista sorpresa, pintando de rosa un tanque usado como diana en las maniobras militares, colgando del cañón una bandera con el casco y la flor y pintado sobre él, el símbolo de la paz, todo ello para denunciar el despilfarro de recursos humanos y materiales para la guerra que suponen estos espacios militarizados y la necesidad de que se dediquen a la construcción de la paz y la justicia. Así mismo se pintaron lemas pidiendo la devolución gratuita del campo.
Por otro lado también se dispone de un amplio dossier informativo sobre el medio natural que puede encontrarse dentro del perímetro militar, así como una historia de la instalación y los posibles usos alternativos a los que podría dedicarse.
Las antimilitaristas piden la paralización de las actividades militares, con el fin de conocer el impacto que han tenido sobre este ecosistema y el patrimonio que encierra e iniciar el estudio y las tramitaciones legales correspondientes, conducentes al establecimiento de una figura de protección natural para el Campo de San Gregorio. Esta iniciativa reportaría numerosos beneficios al municipio en forma de: generación de empleo, destinado a la descontaminación de los suelos, restauración vegetal, creación de rutas naturales, mediante las que se mostraría a l@s ciudadan@s, el patrimonio natural, cultural (parideras, mases, balsas, ermitas,...), arqueológico (yacimientos ibéricos, castillos, ...), ... que encierran los parajes esteparios. Estas rutas llevarían aparejadas centros de documentación, ubicados en las pedanías de Alfocea y Juslibol. En ellos se mostraría la riqueza natural de la estepa y su interrelación con el río, y la forma de vida tradicional de estos barrios antes de la presencia militar.
Desde el movimiento antimilitarista se proponen otras muchas medidas que generarían un espacio natural, abierto y patrimonio de la sociedad; Zaragoza dejaría de ver limitado su desarrollo por esta enorme instalación militar al Norte de la ciudad.
El informe completo y más enlaces en:
http://www.antimilitaristas.org/spi...
Puede considerarse que lo sucedido con el incendio ha venido a dar la razón a las personas que rechazan esta instalación militar porque, en realidad, suponen un perjuicio para el desarrollo de una actividad humana positiva y constructiva. Además, aún quedan más capítulos por ver de la misma, ya que la reapertura del proceso judicial y las declaraciones de los imputados traerán consigo nuevas informaciones que pueden destapar el auténtico uso que se hace de estas instalaciones militares, más allá de las versiones oficiales que siempre escuchamos.