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Amnistía Internacional. El Plural.com. Recopilado por COA.MOC

Los amigos de Occidente

Los amigos de Occidente

Al hilo de las infomaciones sobre la venta de armas de Estados Unidos a Israel y a los llamados países árabes moderados, publicamos una parte del Informe del 2007 de Amnistía Internacional sobre uno de los países beneficiados con la citada venta, Arabia Saudí, así como una reflexión publicada en elplural sobre el citado hecho.

El objetivo es simplemente poner de manifiesto la contradicción de la política exterior de los Estados Unidos, a la que para nada interesan los derechos humanos, la democracia o los valores positivos, sino los intereses económicos y el mantenimiento del poder mundial. Con amigos así, no hacen falta enemigos, podríamos haber titulado. Datos similares, se podrían dar para el resto de países o para Israel, firme defensor de la guerra e incapaz de resolver el conflicto con Palestina, gracias a ese apoyo de U.S.A., manteniendo el sufrimiento y la represión del pueblo palestino.

España y Occidente son cómplices de esta política, manteniendo misiones como la de Afganistán, el Líbano, Irak... Los amigos de ahora son los peligros para la estabilidad mundial del futuro cercano. Los mismos que ahora son armados hasta los dientes, serán objetivo de las «misiones humanitarias» del futuro.

ARABIA SAUDÍ Reino de Arabia Saudí

Texto completo en: http://thereport.amnesty.org/esl/Regions/Middle-East-and-North-Africa/Saudi-Arabia

Jefe del Estado y del gobierno: rey Abdulá Bin ?Abdul ?Aziz Al-Saud
Pena de muerte: retencionista
Estatuto de la Corte Penal Internacional: no ratificado

El gobierno continuó con las iniciativas de reforma, pero su efecto apenas se tradujo en una mejora de la situación de los derechos humanos. Se produjeron nuevas violaciones de derechos humanos en relación con la «guerra contra el terror», así como nuevos enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y miembros de grupos armados. Según los informes, se detuvo a decenas de personas sospechosas de pertenecer a esos grupos armados o apoyarlos, pero las autoridades no dieron a conocer su identidad ni otra información sobre ellas, y no estaba claro si alguna había sido acusada o procesada. Las personas que criticaban al gobierno de forma pacífica fueron sometidas a largos periodos de reclusión sin cargos ni juicio. Se denunció el uso de la tortura, y los tribunales continuaron imponiendo penas de flagelación. La violencia contra las mujeres fue generalizada, y los trabajadores y las trabajadoras migrantes sufrieron discriminación y abusos. Al menos 39 personas fueron ejecutadas.

Abusos en el contexto de la «guerra contra el terror»

El gobierno continuó con su política declarada de lucha contra el terrorismo, a menudo pasando por alto el derecho internacional.

Continuaron los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y grupos armados en diversas partes del país, como Abqiq, Riad y Yidda. En febrero, al menos cinco hombres resultaron muertos en el asalto lanzado por las fuerzas de seguridad contra una casa de reposo en el distrito de Al Yarmuk, en Riad; los hombres figuraban en la lista de presuntos activistas de Al Qaeda elaborada por el gobierno.

El ministro del Interior anunció en abril la creación de un Tribunal de Seguridad del Estado para investigar y juzgar a los presuntos terroristas y a los presuntos partidarios del terrorismo, pero al finalizar 2006 no estaba claro si ya se había creado. En junio, el rey manifestó que quienes se entregasen a las autoridades serían amnistiados y obtendrían el indulto por sus acciones.

Se detuvo a decenas de personas sospechosas de estar vinculadas a Al Qaeda. Según los informes, sólo en marzo, junio y agosto fueron detenidas no menos de 100 personas, entre las que había ciudadanos extranjeros, en La Meca, Medina y Riad.

Las autoridades no dieron a conocer los nombres, la situación jurídica ni otra información de las personas detenidas en 2006 y años anteriores, y no se sabía si alguna de ellas había sido acusada o procesada.

Según los informes, el ministro del Interior anunció en abril que miles de personas detenidas habían quedado en libertad, incluidos 700 hombres vinculados a Al Qaeda a quienes las autoridades habían «incluido en un programa destinado a corregir sus opiniones extremistas». El ministro no dio información sobre cuándo o en qué periodo se habían producido esas excarcelaciones.

Detenidos de Guantánamo

En mayo y junio fueron repatriados a Arabia Saudí al menos una veintena de ciudadanos saudíes y un hombre de etnia uigur a quienes las fuerzas estadounidenses habían recluido en Guantánamo, Cuba. A su llegada fueron detenidos y recluidos en la prisión de Al Ha’ir. Se temía que Siddeq Ahmad Siddeq Nour Turkistani, el detenido de etnia uigur, corriera peligro de sufrir tortura o ser ejecutado en caso de ser trasladado a China; al finalizar 2006 se creía que aún permanecía en Arabia Saudí. Las autoridades saudíes manifestaron que la Comisión de Investigación y Fiscalía revisaría los casos de los detenidos que habían regresado, y al menos 12 de ellos quedaron en libertad en mayo y agosto. Al parecer, algunos quedaron en libertad por falta de pruebas de que hubieran cometido algún delito; otros fueron condenados a un año de prisión por falsificación de documentos.

Personas detenidas por motivos políticos y posibles presos de conciencia
Las personas que criticaban al gobierno fueron recluidas sin cargos ni juicio, a menudo durante periodos prolongados, antes de ser juzgadas o puestas en libertad.

El doctor Shaim al-Hamazani, Jamal al-Qosseibi, Hamad al-Salihi y ?Abdullah al-Magidi fueron juzgados en septiembre; según los informes, llevaban casi dos años recluidos en la prisión de Al Ha’ir sin cargos ni acceso a un abogado. Habían sido detenidos en 2004 tras pedir reformas políticas y judiciales y la excarcelación de las personas recluidas por motivos políticos. Fueron condenados a penas de entre un año y medio y tres años y medio de prisión. El doctor Shaim al-Hamazani fue excarcelado en octubre, tras haber pasado el periodo exigido en prisión, pero se le continuó prohibiendo viajar al extranjero.

Hind Sa’id Bin Zuair fue detenida en agosto, junto con su bebé de 10 meses, y permaneció recluida durante una semana antes de quedar en libertad sin cargos; al parecer, su detención se debió a que su padre, el doctor Sa’id Bin Zu’air, había criticado la política seguida por el gobierno en relación con la «guerra contra el terror».

Según los informes, 250 personas fueron detenidas por asistir a una reunión social privada en la zona de Al ?Ashamia, en Jizan, en agosto; al parecer, 20 hombres que se encontraban entre ellas eran presos de conciencia detenidos únicamente por su orientación sexual, real o aparente. Al finalizar el año continuaban recluidos sin cargos ni juicio; otras personas detenidas al mismo tiempo quedaron en libertad sin cargos.

En septiembre, Kamil ?Abbas al-Ahmad, posible preso de conciencia, fue liberado de la Oficina General de Inteligencia (al-Mabahith al-?Amma) de Al Dammam. Llevaba recluido desde agosto de 2003 por razones que no se dieron a conocer y que, al parecer, estaban relacionadas con sus creencias religiosas chiíes.


Libertad de expresión

A pesar de que en los últimos años había existido una mayor libertad de prensa, a los escritores y periodistas que pedían reformas se les detenía durante breves periodos, se les prohibía viajar o se les censuraba. Algunos de ellos también sufrían hostigamiento por parte de personas alineadas con los sectores más conservadores de la sociedad.

A decenas de personas, entre las que había personalidades partidarias de la reforma, se les prohibió viajar tras ser excarceladas.

Derechos de las mujeres

Las mujeres continuaban sufriendo discriminación en todos los ámbitos y, en especial, tenían su libertad de circulación gravemente restringida. La violencia contra ellas en el ámbito familiar continuaba siendo generalizada; la Sociedad Saudí de Derechos Humanos comunicó que había recibido informes de cientos de casos de violencia en el hogar. En mayo se informó de que el rey Abdulá había ordenado la creación de un nuevo tribunal que se especializaría en juzgar casos de violencia doméstica, pero al finalizar el año no estaba claro hasta qué punto había progresado esta iniciativa.

Las activistas continuaron ejerciendo presión para luchar por sus derechos. Tras quedar en libertad, Wajeha Al-Huwaider, que en agosto de 2005 estuvo detenida durante un breve periodo por llevar una pancarta en la que instaba al rey Abdulá a conceder más derechos a las mujeres, juró que seguiría con sus actividades.

En febrero, la Shura (Consejo Consultivo) rechazó el proyecto de ley presentado por uno de sus miembros para que se levantase la prohibición de conducir vehículos a motor impuesta a las mujeres. En junio, las autoridades nombraron a seis mujeres como asesoras de la Shura para que ofreciesen orientación sobre cuestiones que afectaban a las mujeres.

Los planes del Ministerio de Trabajo de aumentar el número de mujeres saudíes con empleo remunerado sufrieron un revés: el Ministerio tuvo que aplazar la puesta en práctica de una decisión que obligaba a que en las tiendas de lencería femenina sólo trabajasen mujeres, ya que a los propietarios de los establecimientos les resultó imposible cumplirla.


Trabajadores y trabajadoras migrantes

Los trabajadores y las trabajadoras migrantes fueron objeto de abusos cometidos por autoridades estatales y empleadores privados. Entre los abusos cometidos por las autoridades estatales figuraba la detención sin cargos ni juicio, y entre los cometidos por los empleadores, los malos tratos físicos y psicológicos y el impago de salarios.

Tortura y malos tratos

Se recibieron informes de torturas a personas que estaban bajo custodia. Los tribunales continuaron imponiendo con regularidad la pena de flagelación, una forma de castigo cruel, inhumano y degradante que puede equivaler a tortura. Entre las personas condenadas a flagelación había hombres jóvenes y menores a los que el Comité para la Difusión de la Virtud y la Prevención del Vicio había acusado de hostigar a mujeres. En mayo se informó de que el gobierno había ordenado al Comité que remitiera a la fiscalía los casos de hostigamiento de mujeres.

Ma’idh Al-Saleem quedó en libertad en noviembre tras recibir el indulto del rey. Según los informes, había sido detenido en 2001, cuando tenía 16 años, y había sido torturado durante varios días hasta que «confesó» haber hecho «comentarios verbales contrarios a la ley islámica». Fue condenado a muerte, pero, tras presentar un recurso, la condena se redujo a 14 años de cárcel y 4.000 latigazos, que le fueron infligidos en sesiones sucesivas de 50 latigazos cada una.

Pena de muerte

Al menos 39 personas fueron ejecutadas. Las autoridades no dieron a conocer el número de personas condenadas a muerte. Muchas personas acusadas denunciaron que no habían contado con asistencia letrada y que no se les había informado del progreso de su juicio.

En enero, Arabia Saudí aseguró al Comité de los Derechos del Niño, de la ONU, que no había llevado a cabo ejecuciones de menores desde 1996, fecha en que la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño entró en vigor en Arabia Saudí. Sin embargo, continuaba habiendo menores a los que se condenaba a muerte.

Según los informes, un tribunal de primera instancia de Medina condenó a muerte a cinco adolescentes en agosto en relación con el asesinato de un niño de 10 años cometido en 2004.

Trata de aislar a Irán reforzando a sus vecinos, sean democráticos o no

Bush, incubando a los Bin Laden del futuro

SERGIO COLADO GONZÁLEZ

La última decisión de la Administración Bush consistente en contrarrestar la creciente influencia iraní en Oriente Medio reforzando militarmente a los países de su entorno no sólo es cuestionable desde un punto de vista democrático -los beneficiarios son principalmente las monarquías autoritarias e integristas del Golfo- sino también estratégico. Es una apuesta que ha demostrado ser obstinadamente ineficaz y peligrosa.
Irán ha sido uno de los principales beneficiarios del caos originado por la invasión y la fracasada posguerra iraquí. El régimen de Teherán se ha visto reforzado directamente en términos económicos por el espectacular ascenso en los precios del petróleo desencadenado con el conflicto.

Deriva integrista

El integrismo religioso ha encontrado nuevos argumentos de refuerzo ante la creciente presencia de EEUU en Oriente Medio. Se trata del tradicional “gran Satán”, una amenaza que han sabido agitar los ayatolás desde hace décadas para ganar apoyo popular. De hecho, el Gobierno de Mahmud Ahmedineyad es cada vez más radical y entre los sectores reformistas del país crece el pesimismo. Los cambios aperturistas que parecieron posibles con su predecesor, Muhammad Jatami, y que ya entonces se antojaban insuficientes, parecen, hoy por hoy, ciencia ficción ante la deriva integrista del país.

Influencia creciente

Pero Irán no se ha limitado a una vuelta a la ortodoxia en el interior ante la presencia norteamericana en Iraq. Con el refuerzo económico por un lado, el aval de la desastrosa democratización de su vecino por otro y sin el dique que un día construyeran los propios norteamericanos con Sadam Hussein, Teherán ha aumentado su influencia política en toda la zona, especialmente en Siria, Líbano y Palestina, donde el enquistamiento del conflicto con Israel no deja de desestabilizar permanentemente a todo el mundo árabe.

Apuesta inquietante

Las medidas de Bush en la zona no pueden dejar de inquietar. Apostar definitivamente por la Al Fatah de Abbas en Palestina y conceder 22.000 millones de euros en ayudas militares en los próximos diez años a los vecinos de Irán supone un reconocimiento implícito de que cuando se presentó la invasión de Iraq como una manera de constituir un ejemplo de democracia para toda la zona se estaba recurriendo conscientemente a argumentos falaces.

¿Cruzada democrática?

Más allá de la retórica reiterativa de la lucha contra el terrorismo, en los discursos presidenciales cada vez se apela menos a la democracia. Difícilmente podría hacerse cuando el grueso de las ayudas militares irá a parar a una democracia formal como Israel, el tradicional aliado estadounidense en la zona, pero el resto irá a parar a sistemas absolutistas y donde los desmanes integristas no llegan a la prensa internacional porque son países más opacos informativamente que el régimen iraní: Arabia Saudí, Kuwait, Bahrein, Omán, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos. Otro beneficiario de las ayudas, Egipto, combina gestos de apetura con graves retrocesos democráticos.

Lecciones del pasado

El refuerzo de Afganistán y de Arabia Saudí frente a la URSS ya ayudó a la irrupción de personajes como Bin Laden, de la misma manera que el apoyo en el pasado a Sadam Husein frente a la misma Irán de la que se advierte ahora permitió al iraquí una sensación de impunidad que se tradujo en desprecio de los derechos humanos, represión interna (kurdos) y desmanes exteriores más allá de los inicialmente previstos (de Irán a Kuwait). Tampoco parece que unos vecinos más peligrosos y mejor pertrechados vayan a ayudar a que Irán desista de sus pretensiones nucleares.

Sergio Colado González

  • 15 de agosto de 2007 23:49, por José Luis

    La inocencia y despreocupación de Occidente es escalofriante. Yo ya tengo 57 y poco viviré del horror que se viene, pero con la que preparan los musulmanes, el desastre de África, los líderes nacionalistas fuera, y !atención!, dentro de nuestras fronteras, la que se viene encima es para irse a la isla de Robinson y esperar... Un saludo: excelente artículo y examen de la situación.

    Ver en línea : La que se nos viene encima

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