casco insumissia fusil roto
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Jean Marie Muller. 1980

Manifiesto para una Alternativa Noviolenta

Manifiesto para una Alternativa Noviolenta

1.- Al encontrarnos con la violencia en el mundo nos damos cuenta de que “la verdadera vida está ausente” y de que la voluntad de “cambiar el mundo y la vida” nos compromete en el dinamismo de la noviolencia. La novilencia, liberándonos de la fatalidad de la violencia que parecía pesar sobre el ser humano y sobre la historia, alimenta entonces una nueva esperanza, una nueva felicidad, una nueva cultura.

2.- La violencia no siempre se apoya en la maldad o en la mala voluntad. Muchas veces desempeña en nuestra sociedad funciones necesarias como defender la libertad o luchar por la justicia. Por ello, no se trata tanto de condenar la violencia como de buscar una alternativa a la violencia. La noviolencia no podría, por tanto, definirse por el mero rechazo de los medios violentos: implica la búsqueda y la puesta en práctica de métodos y técnicas que lleven hacia una eficacia real.

3.- El compromiso de la noviolencia nos obliga a poner en evidencia los mecanismos que engendran la miseria, la opresión, la rebelión y la violencia. No podemos condenar de la misma manera “todas las violencias, sean las que sean y vengan de donde vengan”. No debemos considerar de igual manera la violencia de los ricos y poderosos que intentan mantener su dominio y defender el desorden establecido, que la violencia de la gente oprimida que luchan por conseguir su dignidad y su libertad.

Si frente a la injusticia no hubiera más alternativa que la resistencia violenta o la colaboración resignada, entonces lo mejor sería escoger la violencia. Los que han escogido este camino, corriendo ellos mismos grandes peligros, merecen nuestro respeto y nuestra solidaridad.

4.- La lucha noviolenta implica una atención especial a la dimensión política de los acontecimientos. Exige:

- Una información permanente.
- Un análisis político y económico riguroso.
- Un proyecto político.
- La elaboración y puesta en práctica de una estrategia.

La noviolencia no debe limitarse sólo a la protesta: debe también elaborar la gestión de la nueva sociedad que se quiere edificar, realizando un programa constructivo.

5.- La acción noviolenta supone agotar los medios de persuasión, pero no se limita a ellos. En un momento dado no duda en recurrir a medios de presión y coacción encaminados a hacer ceder al adversario y poner fin a la injusticia. Es, pues, la puesta en práctica de una fuerza capaz de ofrecer mayores oportunidades al amor y a la verdad. Para no contradecirse, la acción noviolenta exige:

- Un acuerdo profundo entre los medios utilizados y el fin perseguido.
- Una intención de conciliación y de justicia, no de venganza y aplastamiento.
- El rechazo de cualquier acto o palabra que encerrara al adversario en su propia violencia y le ofreciera un pretexto para poder justificarla.

6- El principio esencial de la estrategia de la acción noviolenta es el principio de la no-cooperación o de no-colaboración. Se basa en el siguiente análisis: la fuerza de las injusticias en una sociedad viene del hecho de que estas se benefician de la cooperación de la mayoría de los miembros de dicha sociedad. Por medio de la organización de los miembros acciones colectivas, esta estrategia apunta no hacia la toma de poder para el pueblo sino hacia el ejercicio de poder por el pueblo.

La noviolencia nos conduce por tanto a acciones de ruptura con el desorden establecido, pudiendo llegar hasta la desobediencia civil cuando las posibilidades establecidas por la ley hayan sido ya agotadas.

7.- La noviolencia no toma como suyas, ni a nivel de análisis ni a nivel de proyecto, las afirmaciones abusivamente simplistas del pacifismo y del antimilitarismo tal y como se han expresado tradicionalmente. Más que multiplicar las condenas, ya que la experiencia no ha enseñado que esto resultaba inoperante, la noviolencia intenta buscar los medios de una defensa civil novilenta que puede permitir a la población organizar una verdadera resistencia en caso de agrsión.

Con esta perspectiva la noviolencia nos lleva a preconizar la objeción de conciencia frente a la guerra y su preparación. Esto implica claramente el rechazo del servicio militar y su sustitución por un servicio civil que sea la ocasión de una búsqueda teórica y práctica de los métodos de acción noviolenta capaces de promover la justicia social y de garantizar la seguridad de las comunidades.

8.- La noviolencia nos lleva a compartir el análisis y la búsqueda con quienes denuncian a la vez la incapacidad del capitalismo para organizar la sociedad según las exigencias de la justicia y la incapacidad del socialismo de Estado para organizarla según las exigencias de la libertad. La noviolencia, por el dinamismo propio de su espíritu y sus métodos, nos lleva a promover un “socialismo de rostro humano” basado en la responsabilidad y en la autogestión.

Esta perspectiva nos lleva a denunciar los aspectos alineantes del ciclo “producción-consumo”, característico de las sociedades industriales avanzadas. Esto implica una reorientación de las necesidades, inseparable de la búsqueda de una mejor calidad de vida.

9.- La libertad, la igualdad y la fraternidad, para ser vividas en sociedad, exigen al mismo tiempo una revolución de las estructuras y una transformación de las mentalidades y de los comportamientos personales, abiertos al redescubrimiento de un sentido comunitario. Esta revolución y esta transformación, debiendo conjugarse en un movimiento dialéctico, no nos permiten esperar a ver realizada una para empezar la otra. Desarrollando en el interior mismo de conflicto el dominio en sí, el respeto al otro y el sentido de la responsabilidad, la acción noviolenta permite poder comprender desde ahora.

10.- Debemos resistir la tentación de hablar siempre de la revolución de los demás sin implicarnos y comprometernos nosostras mismas. Cualquier problema debe abordarse desde los aspectos en los que nuestras responsabilidades se encuentran implicadas directamente. Es en este nivel de análisis en el que nosotras podemos, y por consiguiente, debemos, actuar.

Quienes han escogido la noviolencia no deben aislarse en su búsqueda de la justicia y de la paz. Deben comprometerse en los diversos movimientos y en las distintas organizaciones que trabajan ya en este sentido, acreditando ahí lo bien fundamentado de los métodos de la acción novilenta. Sin embargo, tienen también que runirse ente ellos para profundizar en las exigencias y las posibilidades de la noviolencia y tomar, desde ahora, la iniciativa de acciones novilentas en las que pueda participar el mayor número de gente.

La reflexión sobre la noviolencia y la acción que ésta preconiza deberían unir en una misma lucha y en un mismo debate a todoas aquellas personas, que, desde distintos horizontes filosóficos o religiosos, tienen igualmente hambre y sed de una verdadera justicia.

Jean Maire Muller 1980: Significado de la Noviolencia. Editorial CAN -Colectivo para una Alternativa Novilenta-1983

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