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Manning, culpable. Los criminales de guerra, en la calle.

Manning, culpable. Los criminales de guerra, en la calle.

Por Pepe Escobar

Como cabía esperar, en medio de un espectáculo judicial con un tribunal de pacotilla al estilo estadounidense digno de la Revolución Cultural China de la década de 1960, Bradley Manning ha sido declarado culpable de numerosos cargos por violación de la Ley de Espionaje.

Si Walter Benjamin levantara la cabeza para ver al Ángel de la Historia arrojando de nuevo uno de sus característicos rayos de ironía, vería a Manning declarado culpable de ser espía nada menos que por un juez del Pentágono, puerta con puerta con la central del espionaje, el cuartel general de la Agencia de Seguridad Nacional en Fort Meade, Maryland.

Durante el juicio, sobre el cual recayó todo el peso del gobierno estadounidense, se mofaron de Manning calificándole de «traidor», no de «alertador» [1]. De hecho, Manning vulneró la Doctrina de la Dominación del espectro completo del Pentágono, donde se explica en detalle cómo el complejo industrial-militar-de vigilancia imperial asesina a civiles impunemente (como en el vídeo «Asesinato colateral»), el (des)control de las guerras imperiales en Afganistán y en Irak, lo que está pasando en el gulag de Guantánamo y cómo el Departamento de Estado intimida a las satrapías estadounidenses.

Ha traicionado a los Masters del Universo imperiales, pero esta no es una superproducción veraniega de Marvel Comics en la que él tuviera que salir derrotado.

Los medios de comunicación estadounidenses convencionales echaron más leña al fuego al hacer hincapié en el argumento del «equilibrio» —como si de un acto de benevolencia imperial se tratase—, porque Manning no ha sido declarado culpable de ayudar al enemigo. Según la lógica circular del gobierno estadounidense, machacada una y otra vez durante este espectáculo judicial, publicar información confidencial en Internet significa espiar (y eso es de lo que se ha declarado culpable a Manning).

Así pues, si el enemigo accede a esta información a través de Internet, estás facilitando las cosas al enemigo. El hecho de que no se haya declarado a Manning culpable de ayudar al enemigo pero sí prácticamente de todo lo demás sigue siendo un mensaje aterrador que se traducirá en décadas de encarcelamiento (militar), posiblemente hasta bien entrado el siglo XXII. Como si 11 meses de reclusión en aislamiento (con frecuencia dejándole desnudo y sin dormir) en una celda sin ventanas de 1,80 x 3,60 m en Quantico (Virginia, EE. UU.) no hubiera sido una tortura suficiente. Perdón... se me olvidaba que los Estados Unidos no se tortura.

Al Qaeda gana en todos los frentes

El gobierno estadounidense no ha tenido ningún problema en demostrar que Manning había ayudado a Al Qaeda. Sin embargo, la realidad –sin tergiversar— demuestra que es el gobierno estadounidense el que de verdad ha facilitado las cosas a Al Qaeda.

Con la doctrina del Dominio rápido y la invasión, ocupación y destrucción del tejido social de Irak, George W. Bush, Dick Cheney y sus camaradas pusieron en bandeja (de sangre) un nuevo motivo para Al Qaeda. Primero fue la presencia de Al Qaeda en Irak, encabezada por el monstruo psicópata Abu Musab al-Zarqawi. Alguien tenía que enfrentarse a ellos, y de ahí el ascenso de Petraeus, que se dedicó a entregar maletines llenos de dinero a los jeques tribales suníes que hasta entonces habían luchado contra los estadounidenses. Los jeques tomaron el dinero y esperaron; Al Qaeda se disolvió, se reagrupó y ha vuelto ahora con toda su fuerza.

Y en ese punto estamos ahora. Este lunes, el grupo Estado Islámico de Irak y del Levante –la rama regional de Al Qaeda— asesinó al menos a 60 personas en 17 atentados con bomba por todo Irak. Los objetivos «cuidadosamente seleccionados» fueron todos chiítas. Desde principios de 2013 han sido asesinadas más de 4000 personas, en su mayor parte civiles; solamente en el mes de julio se han superado los 900 muertos. El Ministerio del Interior de Bagdad describe la situación acertadamente como una «guerra abierta» desatada por yihadistas sectarios.

La cuestión clave es por qué este terror probablemente no reciba ningún tipo de condena por parte del imperio. Para los fines de Washington, un Irak débil, ensangrentado y dividido en sectas resulta tan útil como una Siria débil, ensangrentada y dividida en sectas, lo cual abre el camino a una posible (doble) balcanización, el sueño erótico mal disimulado de las facciones imperiales desde la primera administración Bush.

Aún sin (o antes de) dicha balcanización, Washington no quiere un gobierno dirigido por chiítas en Bagdad ni un gobierno principalmente alauita en Damasco; todo conduce a la eterna paranoia suprema de cortar cualquier vínculo con Teherán. Así pues, ¿por qué no dejar que los yihadistas hagan la mayor parte del trabajo sucio?

Incluso un portavoz yihadista adelantó que la ofensiva denominada «Romper los muros», lanzada hace un año por Abu Bakr al-Baghdadi, líder de la rama iraquí, había concluido tras la reciente y célebre fuga de Abu Ghraib; ahora ha llegado el momento de «cosechar soldados» con el fin de reclutar a más yihadistas para una guerra santa contra Bagdad.

Obviamente, esta nueva oleada de fanáticos atravesará la (inexistente) frontera del desierto desde la central actual de la Yihad en Siria, donde mercenarios de al menos 60 países están causando estragos entre los civiles sirios a través de Jabhat al-Nusra y Ansar al-Khalifa, vinculados a Al Qaeda.

Su última “hazaña” tuvo lugar en Khan al-Assal, en la provincia de Aleppo. En ella asesinaron a 150 personas —en su mayor parte civiles—, la mayoría de ellas ejecutadas con un disparo en la cabeza y posteriormente mutiladas y quemadas. A mediados de junio, en Hatlah, en la provincia oriental de Deir al-Zour, mataron a más de 60 personas, la mayoría aldeanos chiítas, incluidos mujeres y niños.

Al igual que en Irak, ninguna de estas masacres ha sido condenada ni por Estados Unidos ni por ese hatajo de perritos falderos a los que se ha dado en llamar «la comunidad internacional». Por si fuera poco, para los medios de comunicación convencionales occidentales que escriben al dictado, todo esto va de unos «rebeldes» que luchan contra un «malvado déspota» en nombre de la «democracia». Mientras tanto, la Casa de Saud está atareada avanzando en la «democracia» mediante la adquisición a Israel de al menos 50 millones de dólares USD en armamento pesado para sus propias facciones, que sin duda caerán en manos de yihadistas experimentados. Y aún están por llegar más armas (solo para los rebeldes «buenos») por gentileza de la CIA.

Así pues, ¿quién es el que ayuda al enemigo? El gobierno estadounidense destruyó Irak y abonó el terreno para Al Qaeda. El gobierno estadounidense está abonando el terreno para Al Qaeda en Siria. Es posible que Manning muera entre rejas. Entretanto, George W. Bush, Cheney, Rumsfeld, Wolfowitz —criminales de guerra declarados— siguen en la calle. Si se cumplen las leyes del karma, el Ángel de la Historia tal vez les conceda un futuro en algún hueco de la subzoología.


Fuente: Asia Times

Fecha de publicación original: 31-7-2013

Traducción: Ana Atienza

[11 - N. de la t.: whistleblower en el original. Se ha optado por utilizar el neologismo «alertador» para conservar el matiz positivo que transmite el término inglés, en el mismo sentido del refrán «El que avisa, no es traidor».

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