Acaba de partir para Herat una parte de la unidad de helicópteros de las FF.AA. españolas que relevará a la que allí hay, la ASPUEL V. Si ya hubo problemas para poder cubrir los puestos de la anterior, dado que había personal del BHELMA II (Batallón de Helicópteros de Maniobra II) de Bétera que aquejaba de enfermedades tanto físicas como mentales después de varias misiones (no en vano, más del 85 por ciento del BHELMA II ha participado en misiones militares en el extranjero: SFOR en Bosnia y Herzegovina, intervención en Iraq en 2003 y actualmente Afganistán), ahora, desde el ministerio que en este momento rige José Antonio Alonso, se quiere imponer definitivamente el «todo vale».
Así, insumissia ha sabido de primera mano que el personal que ha cubierto los puestos ha sido reclutado de entre los que fueron rechazados en otras misiones por su «no idoneidad», y que, a quienes debían seguir tratamientos médicos, se les han ordenado su incorporación a la misión bajo pena de ser arrestados por desobediencia, con la complacencia de los responsables sanitarios que desestimaron su incorporación en la anterior misión por los mismos problemas.
Pero aún hay más. La concentración a la que se somete el personal antes de irse a una misión como esta dura varias semanas por norma general, y en ella se les instruye y acondiciona al sitio donde va a desarrollarse la misión. En esta ocasión una semana ha sido suficiente para éste cometido, lo que quiere decir que se ha omitido parte del entrenamiento necesario.
Instalado el «estilo» Trillo*
En palabras de alguien que ha vivido de cerca todo este proceso: «cuando se manda de esta manera a personas a territorios hostiles sin la preparación adecuada se esta cometiendo un delito, igual o parecido a los que embarcaron a decenas de militares en aviones destartalados».
La mayoría de quienes forman el nuevo contingente de helicópteros en Afganistán no está pensando en como hará adecuadamente lo que se le ordene porque «no sabe ni a lo que va, lo único que piensa es en que no le pase nada, en que pase el tiempo rápido...» «Estar en el ejército a día de hoy -explica nuestro informante- no es fácil, no puedo entrar en la discusión de si tiene que haber un ejercito o nó, sólo puedo decir que en esta vida hay que ganarse el pan como se puede y algunos no tienen más opción que coger lo que pueden, pero desde luego no merecen que se los sacrifique como ovejas por fines políticos. Es inquietante ver a que nivel pueden llegar nuestros altos cargos militares»
Hay que recordar que en agosto pasado un helicoptero Cougar caía en Afganistan causando la muerte a 17 militares españoles, 11 de ellos soldados rasos. El informe final habla de «perfil de vuelo de riesgo con maniobra de adaptación al terreno, condiciones meteorológicas y orográficas adversas y posible maniobra agresiva a muy poca altura del suelo»
Por otro lado, existe una fuerte incertidumbre acerca de la disolución de la unidad con base en Bétera, lo que condiciona también su moral «de campaña», al no saber cual será la situación a su regreso. La razón de esta «desaparición» no sería otra que la reestructuración de los tres Ejércitos que había preparado el anterior ministro José Bono y que ahora estudia «para asimilarla» el «nuevo equipo» de Alonso.
* Federico Trillo-Figueroa fué ministro de defensa en el último gabinete de José María Aznar y, en el tramo final de ese período (el pasado 26 de mayo se cumplían precisamente tres años), se produjo el accidente del Yak-42 que costó la vida a 62 militares españoles. El nuevo gobierno socialista, y especialmente el anterior ministro José Bono, intentó desde el principio, por medio de numerosos gestos de imagen, diferenciarse de los crasos errores y burdas manipulaciones que cometiera en ese área el ahora diputado Trillo. De confirmarse la noticia que publicamos hoy, el esfuerzo mediático del ex-ministro Bono se convertiría en meros fuegos de artificio: el «estilo Trillo» está instalado sin mayores problemas en la cúpula del belicoso ministerio.