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Diagonal

“No en nuestro nombre, ni con nuestro dinero”: 27 años de campañas de objeción fiscal al gasto militar

“No en nuestro nombre, ni con nuestro dinero”: 27 años de campañas de objeción fiscal al gasto militar

Diagonal, Jueves 3 de junio de 2010. Número 127

27 AÑOS DE CAMPAÑAS DE OBJECIÓN FISCAL AL EJÉRCITO

“No en nuestro nombre, ni con nuestro dinero”

El Estado español destinará este año más de 18.000
millones de los impuestos recaudados a gastos militares.
De nuevo, tendrá la oposición de los objetores fiscales

“Sin la ‘mili’, deberíamos centrar el mayor esfuerzo en la objeción fiscal”

Óscar Chaves / Redacción

objecion fiscal

“Con mis impuestos contribuyo a pagar
los gastos dedicados a lo militar,
donde destacan los presupuestos del
Ministerio de Defensa, pero no podemos
olvidar otros como el dinero dedicado
a Industria que revierte en
empresas de armamento. Por razones
de conciencia recogidas en la
Constitución, no puedo ni deseo colaborar
en ese gasto. Por ello he
incluido en mi declaración una deducción
de 1.117,87 euros (5,46% de
mi cuota
, que es la parte de mis impuestos
que se envía a Defensa) en
concepto de objeción de conciencia a
los gastos militares. He ingresado dicha
cantidad en la Campaña de Objeción
Fiscal al Gasto Militar (OFGM)”.

Desde que en 1983 la Asamblea Andaluza
por la Paz
promoviera por vez
primera este tipo de iniciativa,
Hacienda recibe cada primavera misivas
como ésta, que fue enviada en
2007 por el objetor madrileño Pedro
Palao junto a su declaración de IRPF.
No son muchas, unas mil en cada
ejercicio fiscal en todo el Estado, pero
sí constantes, periódicas y, sobre
todo, evidencian que no todo el mundo
traga con el mantenimiento de un
ejército “cada vez más expedicionario,
que no contribuye en absoluto a
mejorar la seguridad y supone un
riesgo para la existencia de la propia
vida”, en palabras del Espacio Abierto
Militar de Vigo.

Lo habitual es que
la maquinaria gris de la Agencia Tributaria
ignore las OFGM o, si la suma
detraída es considerable, envíe a
los objetores una declaración de la
renta paralela, invitándoles a corregir
los “errores detectados”. Pero algunos
casos, como el de Palao, que
en 2007 recurrió dos veces una paralela,
no sólo acaban en sanción sino
en la revisión de declaraciones anteriores.

Este informático tuvo que pagar
al año siguiente unos 4.000 euros
por el dinero detraído en las declaraciones
de 2005, 2006 y 2007 (unos mil
euros por cada ejercicio) y sus multas
correspondientes. Hacienda considera
los “fraudes” inferiores a 3.000
euros como “infracciones leves”,
nunca delitos fiscales.

“Pero nosotros
no defraudamos, ni estamos en contra
de los impuestos; lo que hacemos
es mover el dinero de la partida de
gastos militares a proyectos realmente
útiles para la sociedad”, aclara
Palao. Con el inicio de cada campaña
del IRPF, los grupos promotores de
este tipo de desobediencia (entre los
que se encuentran CGT, CNT o Ecologistas en Acción, además de
numerosos colectivos antimilitaristas),
hace público un listado de iniciativas
sociales a las que derivar el
monto correspondiente a los gastos
militares. Desde 2005, DIAGONAL
está entre ellas
.

Al igual que Palao, los valencianos
Hugo Alcalde y Jorge Güemes, cuyo
caso ha sido tomado como bandera
por Alternativa Antimilitarista-Movimiento
de Objeción de Conciencia

(AA-MOC), han sido sancionados
por realizar OFGM en cinco ejercicios
fiscales. Por este motivo, Hacienda
les ha embargado 1.214,77 euros
y 263 euros, respectivamente. Ambos
han alegado en varias ocasiones a la
Agencia Tributaria y recurrido, siempre
en vano, ante el Tribunal Económico
Administrativo Regional. Tras
superar estas instancias, Güemes
presentará ahora un recurso al Tribunal
Superior de Justicia de Valencia,
del que espera obtener, como mínimo,
una sentencia similar a la del caso
Joan Surroca.

En 2001, el tribunal
homólogo catalán emitió un fallo
que, aunque obligaba a pagar la cantidad
detraída por este objetor en su
declaración de la renta en concepto
de OFGM, anulaba la sanción impuesta
por no apreciar “culpabilidad
alguna en la conducta del sujeto pasivo
al no existir por su parte ocultación
ni ánimo defraudatorio”. Independientemente
del resultado del
proceso judicial, los objetores valencianos
ya han logrado su principal
objetivo. “La OFGM no tiene un sentido
finalista, no aspiramos a una casilla
en la declaración para poder
practicar la objeción, el fin es hacer
ruido. Es una herramienta práctica
para desvelar cómo de forma pasiva
estamos ayudando al sostenimiento
del ejército y provocar un debate sobre
el militarismo”, aclara Hugo
Alcalde.

El tema de la “casilla” no es
baladí. Aunque la mayoría de los grupos
antimilitaristas comparte el parecer
de este profesor de instituto, objetores
como Palao consideran que la
demanda de un espacio en la declaración
para poder objetar “puede
unir a mucha gente en un objetivo
concreto”. Hace cuatro años, ERC
presentó una propuesta para regular
la OFGM en el Parlamento catalán
que sólo obtuvo el apoyo de IU-ICV.

Eclipsada por la insumisión

“La OFGM nació como una hermana
menor de la campaña de insumisión
a la mili, y durante mucho
tiempo fue eclipsada por ésta”, sostiene
el Colectivo Tortuga, de Elche, que forma parte de AA-MOC.
“Aunque conoció mejores tiempos
[uno coincide con la segunda invasión
de Iraq] –continúa–, nunca fue
algo masivo. Pero es todo un logro
que se haya mantenido y haya crecido
e incluso esté repuntando” en
algunas zonas como Alicante. “La
experiencia nos dice que sólo hace
falta un grupo de personas que se
decidan a impulsarla en su localidad
o comarca para que crezca rápidamente”,
asegura Tortuga.

Según AA-MOC, que sólo recoge
datos enviados por los propios objetores
(las cifras reales son más elevadas),
el año pasado se produjeron
820 objeciones en todo el Estado,
mientras que en 2008 fueron 875 y
sólo 566 el año anterior. “Con la llegada
del borrador electrónico y la
paralización, debido a la falta de
gente y de mucho trabajo de difusión,
la OFGM ha perdido energía”,
reconoce Yolanda Juarros, de
EducaRueca.org. En la misma línea,
Juan Carlos Becerra, de la coordinadora
vasca Kakitzak, achaca este
estancamiento a las horas bajas que
vive hoy el movimiento antimilitarista:
“Somos pocos grupos y nos falta
presencia en la calle”. Sin embargo,
concluye, “lo importante no es el número
de objetores sino poner encima
del tapete el debate sobre el militarismo
y sobre qué se está haciendo
con nuestro dinero, sobre todo en esta
época de crisis, en la que hay muchas
necesidades sociales que no se
están cubriendo mientras se sigue
engordando el ejército”.


¿Cómo puedo objetar?

Si deseas hacer objeción fiscal a los
gastos militares (OFGM), según AAMOC,
puedes detraer de tu declaración
de la renta una cuota porcentual
o fija. Esta última suele ser de
84 euros, por los 84 países más
empobrecidos por la deuda externa.

Si eliges la primera, deberás calcular
el 9,8% de la “cuota resultante
de la autoliquidación”, porcentaje
de los presupuestos generales que
el Estado destinará en 2010 al
“gasto militar propiamente dicho”.
Si a esta partida sumas la destinada
a instrumentos de control social,
la cuota se eleva al 12,47%. En los
tres casos, señala la cantidad detraída,
que ingresarás en la cuenta
de un proyecto social, en “retenciones
y demás pagos a cuenta”, en
concepto de OFGM. Adjunta el recibo
del ingreso a tu declaración y
envía una carta a Hacienda explicando
tu acto de desobediencia.
Por último, comunícalo a la Campaña
de OFGM (grupotortuga.com
).

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