Hago con este mensaje, mi humilde contribución a la causa de todo aquel ser vivo, y más aun humano, que busca, no sólo una mejor vida sino ejercer su derecho a vivir en cualquier parte del planeta en el que nació y en el que por tanto tiene derechos innegables a vivir por legítima universalidad.
En ningún momento dí mi permiso, o mi voto, ni delegué mis intereses, para que se aplicasen en elaborar una ley de inmigración como la que se ha legislado, ni menos, permiso para pagar a representantes de la ley, como son los aduaneros, con sueldo y una posición de funcionarios para que apretasen un gatillo con el fin de frenar el avance de un ser vivo a su libertad.
Jamás, en ese sentido, me sentiré representado ni por mi País en su gobierno ni por Europa, jamás seré un ciudadano convencido de estas categorías, mientras ocurran violaciones e ignorancias de los derechos humanos, como las que están ocurriendo no solo ya en las fronteras de Melilla o Ceuta, sino en muchas otras partes del mundo en nombre de la justicia y de naciones como la española o cualquiera de las Europeas.
Echarnos a temblar debiéramos, si mirásemos cuan legítimos son los actos de todas estas almas con respecto a la Historia objetiva de la Humanidad en los últimos siglos sobre todo. Nada mas que en el hecho del enriquecimiento que, de sus países y en general de todo el mundo subdesarrollado, hemos obtenido, gozamos y gozaran hoy ya nosotros y muchas de nuestras generaciones; se habrían no sólo abrir las fronteras sino poner a disposición de todos aquellos países donde nuestras manos hayan robado a lo largo de cientos de años, toda una estructura legal y burocrática por la que estas personas, así como nosotros mismos pudiésemos elegir donde, como y cuando vivir al amparo de la inmunidad que a todo ser le corresponde y se le reconoce nada mas y nada menos que en la declaración de los derechos humanos.
Y ni que decir tiene que habrían de tomarse medidas muy distintas a las determinadas por unas leyes de inmigración, por unas administraciones y por unos gobiernos que permiten que ocurran matanzas como las de Melilla o Ceuta, y otros muchos países ya a lo largo de la historia y la actualidad (apartheid; Irak; Chiapas), no en nombre de la Ley, los derechos humanos o de los propios intereses de los inmigrantes, sino, sin lugar a dudas, de sus miedos, vanidades y aspiraciones capitalistas al poder, por un palmo más de tierra o una casa más lujosa.
Que gran deuda demuestra la historia, ( y lo que no se sabrá) tenemos y tendremos durante mucho tiempo con tantos países, personas aun vivas o muertas, con tantas generaciones a las que explotamos, esclavizamos y robamos tantos derechos antes y después de la declaración de los derechos humanos. Qué gran asesino es este sistema capitalista que triunfa como modelo ejemplar e imperial no por sus meritos sino por sus maquiavélicas artimañas y su inhumana idiosincrasia, si es que acaso la tiene, para permanecer enraizada en tantas mentes. Que grande es su brujería para conseguir que un 10%, que somos en realidad los Occidentales, no se inmute al saber que posee la desproporcional riqueza y poder del 80% del mismo mundo. ¿Cómo se puede calificar ese innegable, evidente, “hecho social”? ¿Cómo evidente prueba de enfermedad psicológica, en ese 10% de humanos? ¿Cómo lo que debe ser? Y si es así ¿Cómo se pueden considerar miembros de las naciones unidas y haber firmado la D.D.H, países que solo juegan a ser justos pero que son, en razón de los hechos ocurridos en este transito del S. XX al XXI, Fascistas, injustos, miedosos, xenófobos y vanidosos? ¿O es que acaso no es así, como se han de nombrar sus últimos actos?
¿Qué es lo que le pasa al Viejo Continente? que como dicen los Mexicanos ¿por viejo “pendejo”?, es que acaso no son esas las razones. ¿Qué pasa? ¿Que si hubiera allí prosperidad y si no fuésemos tan nacionalistas, no veríamos la inmigración como un problema tanto como una fundamental actividad social y humana?
Parece ser que las leyes se elaboran con las gafas de la economía, esa consecuencia de la racionalidad humana. El “hombre” se equivoca en el orden a interpretar que es mas legitimo, si sus orígenes o si sus creencias. Si sus orígenes; ya se habrían “cortado” una gran cantidad de cabezas en el gremio de políticos y legisladores, así como de ciudadanos, en sociedades, por haber antepuesto sus Egos Antropocéntricos al respeto que por ser nuestra madre, le debemos a la naturaleza. Estamos haciendo un mal uso de nuestros recursos y características como especie viva del cosmos, del planeta, estamos aprovechándonos de las oportunidades históricas, de la contingencia de la realidad y de cual es la verdad. Somos una masa que nos auto engañamos por nosotros mismos y nos dejamos manipular por nuestras propias paranoias.
“Dentro de unos diez años, ya no tendremos la seguridad social gratis. Estaremos como EE.UU. y habremos de pagar muchos mas impuestos ¿Por qué?, por culpa de los inmigrantes, por culpa de estos desgraciados países pobres que vienen a invadirnos y a quitarnos nuestros bienes”. Este declaración de un ciudadan@ Europeo, de profesión Economista y bien reconocid@, con el/la que mantuve una conversación a propósito de las noticias e imágenes que, sobre la situación de Melilla, en ese instante se emitían por un monitor de TV, no es una opinión aislada. Bien me consta que es una de muchas con el mismo sentido y argumento. Las sensaciones e inquietudes de las sociedades de distintos países y continentes, los Occidentales, son casi siamesas no solo en sus categorías elementales (como forma de vida, economía, política, democracia, republicanas o monárquicas, etc.), sino en su mentalidad, en sus idiosincrasias, aspiraciones y creencias. Si, ya es solo un caso escrito aquí, tendenciosamente a mi opinión e intereses, pero objetivamente es prácticamente el resultado de todo lo que se puede ver por las calles, así como en sus submundos y generaciones de la “vida social civilizada- cívica” de los países occidentales o occidentalizados. Insto, reto, desafió a todo aquel que lo desee a que me demuestro lo contrario. Sociedad Occidental=sociedad miedosa, neurótica, frustrada, hedonista, sádica, frívola, inhumana, etc.... por Sociedad Occidental= X. Que se me demuestre con datos empíricos si se quiere, que los argumentos que alegamos para justificar nuestras leyes y formas de vida no son consecuencia de patologías cristalizadas culturalmente, a lo largo de cientos de años de satisfacer nuestros caprichos por el planeta, primero por buscar la verdad, después y ahora, por solo poder.
Ser, soy muy conciente de que esta no es mas que otra de tantas declaraciones de apoyo a tantas personas, que buscan su libertad. Sin entrar en detalles sobre como lo consiguen pues es de imaginar, sin profundizar más en cuales son las causas de ese impulso en masa y sin esperar nada de ninguno de los que pueda leer estos sentires y pensares:
NO A LAS LEYES QUE PERMITAN REPRIMIR LA LIBERTAD DE CUALQUIER SER VIVO Y MAS PERSONAS.
NO A LAS BAYAS LEVANTADAS EN LA FRONTERA DE MELILLA Y CEUTA.
NO A LOS TRABAJADORES QUE EN MI NOMBRE AL MENOS, HAN DISPARADO CONTRA ESOS COMPAÑEROS HUMANOS.
NO A UNA EUROPA Y UNA ESPAÑA QUE NO COMPRENDA, APOYE Y AYUDE A LOS INMIGRANTES Y SI A LAS AUTORIDADES.
NO A MI NACIONALIDAD, SI A MI NACIONALIDAD COMO “TERRICOLA”, NO A EUROPA U OCCIDENTE, SI A LA NATURALEZA.
Finalmente, viendo por ejemplo lo que ocurre en Palestina, donde se están atendiendo a razones históricas, deseo y espero, profundamente, intentar o que alguien lo haga, generar un movimiento para que por esas mismas razones, para empezar, todos aquellos países víctimas del imperialismo y los caprichos Occidentales reciban la justicia histórica que merecen y de rebote los injustos la calificación y penas que les corresponda: PIRATAS CON SUERTE, EUROPA, EE.UU., PAISES OCCIDENTALIZADOS. PENA MAXIMA POR FASCISTAS, TIRANOS, PSICOPATAS, LADRONES, EXTORSIONADORES, TRAFICANTES.
Pero ¿Qué de que Pena Máxima hablamos? Evidentemente, a estas alturas de necio para arriba me habréis pensado; de utópico jovenzuelo. Y si, aunque podría idear e incluso mencionar algunas penas que se me ocurren en proporción a tales acusaciones y actos, tan solo me conformo con seguir confiando en la naturaleza, en el universo, en la razón y la condición humana. Fenómenos por los cuales todo es posible, incluso que en la evolución de la familia humana impere cada día mas, y en el futuro, el sentido común, que hará posibles y materiales mis visiones, intuiciones y deseos de justicia en este sentido.