casco insumissia fusil roto
x
casco insumissia fusil roto

Para ponerse en contacto con nosotr@s envíanos un email a noticias @ antimilitaristas.org.

Viento Sur

Putin, la guerra en Ucrania y la extrema derecha (Jean Batou)

Putin, la guerra en Ucrania y la extrema derecha (Jean Batou)

La Rusia de Putin es un Estado imperialista dominado por una oligarquía capitalista que se apoya en el aparato del Estado. Su poder se basa, ante todo, en su fuerza militar, razón por la que desarrolla una política belicista en relación a los países limítrofes, a quienes acusa de haberse beneficiado del hundimiento de la URSS para liberarse de su tutela centenaria. Teniendo como fundamento una ideología ultranacionalista en la que el racismo, el antisemitismo y la homofobia ocupan un lugar importante, su neo-conservadurismo autoritario se ha convertido en un verdadero símbolo para la extrema derecha europea.

En Europa del Este, la Federación Rusa cuenta con el apoyo de sectores significativos de la extrema derecha: ATAKA de Bulgaria, el Partido nacional de Eslovaquia y Jobbik de Hungría; en el Oeste, cuenta con el apoyo de Amanecer Dorado de Grecia, el BNP de Inglaterra, el NPD de Alemania, el Front National de Francia, el FPÖ de Austria, la Liga del Norte y Fuerza Nueva de Italia, el Vlaams Belang de Bélgica, etc./1. El pasado 22 de marzo, el partido ruso «Patria» organizó un Forum conservador internacional en el Holiday Inn de San Petersburgo, que contó con la presencia de una gran parte de estos movimientos y la participación de responsables militares de Ucrania oriental vinculados a sectores fascistoides. Esa red debería permitir reforzar la confluencia de nacionalistas europeos que apoyan la política exterior de la Federación Rusa contra Bruselas y Washington.

¿De qué imperialismo ruso hablamos?

Algunos nostálgicos de la URSS postestalinista cierran los ojos sobre esta realidad, al mismo tiempo que olvidan que la denuncia del imperialismo ruso siempre estuvo presente, y ocupó un lugar importante, en el pensamiento y la actividad de Lenin. ¿No abogó por el derrotismo revolucionario en Rusia desde 1914? El 12 de diciembre, Lenin escribió: «Los rusos no pueden»defender la patria«de otro modo que deseando, en cualquier guerra, la derrota del zarismo en la guerra como un mal menor para las nueve décimas partes de la población de Rusia, pues el zarismo no solo oprime en el terreno económico y político a estas nueve décimas partes de la población, sino que las desmoraliza, humilla, deshonra y prostituye, acostumbrándolas a oprimir a otros pueblos, acostumbrándolas a encubrir su oprobio con frases hipócritas de seudopatriotismo»/2. Remplacemos hoy zarismo por régimen oligárquico y la opinión de Lenin sigue teniendo todo su valor.

Rusia es una potencia imperialismo específica, porque al mismo tiempo que colonizó al campesinado ruso y no ruso, también colonizó a los pueblos no rusos de su imperio, cuya represión brutal y avasallamiento generalizado, desde mediados del siglo XVII, se asemejan a los perpetrados por las potencias europeas en los territorios de ultramar. Con la emergencia del capital imperialista en el último tercio del siglo XIX, se vio forzada a compensar la debilidad relativa de sus monopolios económicos y financieros con un control militar exclusivo de un inmenso territorio y, como lo señaló Lenin en 1916 «con facilidades especiales para despojar a los pueblos alógenos» /3. De ese modo podía tratar de jugar entre los grandes como aliado subalterno de Francia e Inglaterra. Es por eso que cuando determinados marxistas se refieren a Lenin para poner en duda la naturaleza imperialista de la Rusia actual, invocando la debilidad relativa de su capital financiero, demuestran que no han comprendido bien su caracterización del imperialismo ruso anterior a 1917.

El chovinismo gran-ruso en la Rusia soviética

Si el monopolio del capital financiero fue quebrado por la revolución de Octubre en la Unión soviética, el chovinismo gran-ruso y los privilegios que conllevaba continuaron existiendo. De ahí que, en sus últimos escritos, Lenin propusiera medida de discriminación positivas en relación a las naciones oprimidas, y diera una importancia fundamental a la lucha contra el social-nacionalismo, no dudando en calificar a Stalin, en lo que respecta a su relación con los comunistas georgianos, de «burdo esbirro ruso»/4. Tras su muerte, se perdió ese combate, y «el socialismo en un solo país» marcó el triunfo del chovinismo gran ruso sobre los derechos de las nacionalidades. Eso explica en gran partir que la violenta «ambiental» (para retomar el término de Fanon) del orden estalinista de los años 1930-1950 puede compararse a la del mundo colonial: expropiaciones masivas, campos de trabajo, deportaciones y exterminaciones, rusificación forzadas, etc.

Tras la Segunda Guerra Mundial, la URSS recuperó amplios territorios y reinó sobre un vasto imperio, y reivindicó además zonas de influencia en China, Irán (Azerbaiyán) y en Turquía/5. Más allá de eso, en julio de 1945, Stalin incluso preconizó el establecimiento de un protectorado soviético sobre Tripolitania. Ante la posición británica favorable a la independencia de Libia (abril de 1946), la diplomacia soviética intento hacerse con un protectorado entre los cuatro grandes. En fin, ante un posible avance del Partido comunista italiano en las elecciones de junio de 1946, jugó sin éxito, la carta del protectorado italiano/6. He aquí un intento, tan poco conocido como poco glorioso, de Moscú orientado a resucitar a su beneficio los «Mandatos de la Sociedad de Naciones» establecidos tras la Primera Guerra Mundial. No obstante, este momento de gloria del Imperio ruso duró menos de medio siglo. Tras él, en 1991, llego un hundimiento sin precedentes con la pérdida de 14 repúblicas no rusas (5,3 millones de km2)

¿Reunificación de la Gran Rusia?

Actualmente, la Federación Rusa comprende aún 21 república no rusas en casi el 30 % de su territorio. Y hacia delante, el capital financiero reconstituido, cuya fragilidad relativa se ve compensada, una vez más, por el apoyo de un potente aparato de Estado, se convierte en el primer beneficiario de la explotación de las riquezas naturales de Siberia y del Extremo-Oriente, organizada de nuevo de forma colonial: drenaje de recursos por el centro y reposición de una ínfima parte de los mismos a las regiones afectadas para su propio desarrollo. Al miso tiempo, alienta a Moscú a una política expansionista hacia los países limítrofes, que los ultra-nacionalistas presentan como un esfuerzo de «reunificación de la Gran Rusia». Para Alejandro Dugin, uno de los principales ideólogos actuales, adepto a la «guerra de los continentes», la integridad de los antiguos dominios no puede garantizarse mas que si aceptan no salirse de la órbita rusa: «Cualquier Estado del área post-soviética que se oponga violentamente a Rusia no podrá existir mas que de forma mutilada» (citado en Liberation, 27/04/2104).

La misma cantinela por parte de Igor Setelkow, miliciano ruso comprometido sucesivamente al lado de los separatistas de Transnistria, de los Serbios de Bosnia y de los pro-rusos en las dos guerra en Chechenia, antes de dirigir unidades en el Este de Ucrania. Se convertirá en Ministro de defensa de la república popular auto-proclamada de Donetsk hasta mediados de agosto de 2014, fecha en la que será apartado del poder por el Kremlin en circunstancias poco claras. «Creía, dice a Spiegel, que Moscú iba a anexionar rápido el Donbass, como Crimea después del referéndum (...) Kiev es una ciudad rusa. Quiero una nueva dominación rusa, que se justifica históricamente. Ucrania fue y sigue siendo una parte de Rusia. Mi sueño es que Rusia recupere sus fronteras naturales; por lo menos, las de 1939/7»[Antes o después del pacto entre Hitler y Stalin?].

Con el ascenso del ultranacionalismo gran-ruso, los ideólogos racistas y antisemitas encontraron nuevo terreno abonado, en línea con las Centurias Negras constituidas a principios del siglo XX en reacción a la revolución de 1905. Las campañas islamófobas contra los pueblos del Cáucaso y de Asia Central ocupan sin duda el primer lugar: en noviembre de 2013, el alcalde de Moscú, Segei Sobyaninas (derecha nacionalista) anunció que la ciudad no construirá ninguna mezquita nueva para los casi cerca 1,5-2 millones de musulmanes de la capital. A esto hay que añadir la propaganda contra la inmigración de color, en concreto africana, cuyos miembros fueron objeto, recientemente, de un número récord de agresiones. Los judíos vuelven a estar en el punto de mira de los grupos antisemitas que, cada vez más, actúan a cara descubierta, tanto en las redes sociales como en la calle.

Cuando el diablo se desata…

Desde el inicio de la intervención militar de Moscú al lado de los separatistas ucranianos, el llamamiento a la unión sagrada justificó el incremento de la represión política. Según Olga Miryasova, socióloga y militante libertaria moscovita, el número de activistas encarcelados pasó de 1500 en 2013 a 2500 en 2014. Por otra parte, la ley contra «la incitación del odio social» permite perseguir a quien critique la actuación de la policía. El hostigamiento judicial es particularmente feroz en Crimea, donde se reprime sistemáticamente no importa qué protesta contra la anexión rusa. Es lo que ha ocurrido, en particular, con el caso del sindicalista estudiante ecologista y antifascista Alexandre Kolchenko, arrestado en Simferopol el 17 de mayo último y trasladado a Moscú, a pesar de su nacionalidad ucraniana, junto a otros activistas acusados sin prueba alguna de pertenecer a una red terrorista de extrema-derecha (?!).

Es en este contexto en el que, en los alrededores del Kremlin, fue asesinado Boris Nemtsov el 27 de febrero pasado. Joven físico liberal de Nijni Novgorod, electo al soviet supremo en 1990, nombrado gobernador de su región y después consejero, de Boris Eltsin en su segundo mandato en 1996, junto a Vladimir Putin, que accederá a la presidencia en 2009. Desde entonces, el destinos de los dos jóvenes reformadores neoliberales diverge: si bien ambos han apoyado las terapias de choque con consecuencias sociales dramáticas, el primero, apartado del poder, ha criticado la corrupción del segundo en una serie de publicaciones con títulos que no dejan lugar a dudas: Putin y Gasprom, Putin y la crisis financiera, Putin y la corrupción, etc. En 2009, cuando se planteo alcanzar la alcaldía de Sochi para denunciar «los negocios» que se estaban dando en torno a los Juegos Olímpicos, ya fue agredido físicamente.

Nemtsov era particularmente odiado en los medios ultra-nacionalistas tanto por sus orígenes judíos como por sus críticas a las guerras impulsadas contra los pueblos no rusos en el interior y fuera de la Federación. Recientemente, anunció la publicación de un informe sobre la implicación de Moscú en Ucrania tras haber publicado el 2 de marzo de 2014 en Facebook un artículo incendiario que la prensa se negó a publicar:

"Putin ha declarado la guerra a nuestros hermanos de Ucrania, advertía. Esta locura sanguinaria de un rabioso miembro de la KGB va a costar caro tanto a Ucrania como a Rusia: una vez más, hombres jóvenes muertos en ambos bandos, madres y viudas hundidas en la desesperación, niños huérfanos. Una Crimea desertizada que los turistas no volverán a visitar. Miles de millones y decenas de miles de millones de rublos arrojados al agua, de los que se verán privados por la guerra las personas ancianas y los niños y, tras esto, aún más dinero para apoyar un régimen de ladrones en Crimea. El vampiro necesita la guerra. Necesita la sangre del pueblo.(…)/8.

¿De lado de quien estamos?

Es verdad que Putin ha ganado la batalla en Ucrania, pero sin duda, no la guerra. Y ello al precio de reforzar los sectores nacionalistas más reaccionarios del país. En diciembre pasado, en el gran estadio de Grozny, ante miles de hombres armados, Razman Kagyrov, jefe de la república chechena de la Federación Rusa, presentó a sus hombres como los batallones especiales del presidente con estas palabras: «Sabemos que el país tiene un ejército, una marina, una aviación y ojivas nucleares, pero también sabemos que hay misiones que no pueden ser ejecutadas mas que por voluntarios». A mediados de febrero, The Night Wolves, equivalente ruso de los Hells Angels, próximo de la iglesia ortodoxa y de Putin, realizaron una gran concentración en Moscú bajo el eslogan «En Rusia no hay Maidan»/9.

Así pues, quienes en la izquierda occidental, se creen a pies juntillas la pretensión de la Rusia de Putin de apoyar la lucha de los pueblos rusófonos de Ucrania oriental contra la «junta fascista de Kiev» (en realidad, un gobierno nacionalista conservador), lo que hacen en realidad es dar cobertura a la ofensiva actual del imperialismo ruso en su frontera occidental. Lo que resulta más grave aún en la medida que a menudo lo hacen haciendo suya la fraseología belicista y racista de Moscú.

En efecto, ¿qué pensar de la osadía de Jean-Luc Mélenchon, líder del Parti de Gauche en Francia, cuando presenta al ejército ruso como «el pueblo en armas(sic.) al que no intimidarán la banda de pobres diablos chicanos (resic.) del ejército de EE UU», y cuando recomienda a Vladimir Putin de tener «sangre fría» jugando con «el colapso de la economía ucraniana y la desintegración de este país que apenas se tiene de pie»/10?

Que maravillosa expresión de solidaridad de la «gran nación francesa» con la «gran nación rusa» contra «la pequeña nación ucraniana», teñida de desprecio hacia los mejicanos de EE UU, oprimidos por otro imperialismo, con la excusa que solo serían una mala carne de cañón. ¿No habrá llegado el tiempo de que la izquierda internacional rompa definitivamente con semejante lectura chovinista de la geopolítica del mundo, teñida a menudo de racismo, que magnifica cualquier tipo de oposición a los intereses del imperialismo estadounidense, al margen de qué tirano la promueva?

¿No es a las luchas y a las aspiraciones de las clases explotadas y a los pueblos oprimidos del mundo para su propia liberación, tanto en el Este como en el Oeste, en el Sur como en el Norte, a las que debemos aportar nuestro apoyo incondicional?

23/03/2015

Jean Batou

Notas

1/ Political Capital Institute, «The Russian Connection. The Spread of Pro-Russian Policies on the European Far Right» 14 /03/ 2014. www.riskandforecast.com/user...

2/ Lénine, «El orgullo nacional de los rusos» en : Obras completas, vol. 25, p. 112.

3/ Lénine, «El imperialismo y la escisión del socialismo», en : Obras completas, vol. 30, p. 181.

4/ Lénine, «Contribución al problema de las naciones o sobre la»autonomización«(cont.)»en : Obras completas, vol. 45, p. 376.

5/ Sobre la trayectoria del imperialismo ruso, ver Zbigniew Kowalewski, «Tres formas históricas del imperialismo ruso», 10 déc. 2014, en http://www.vientosur.info/spip.php?...

6/ Vista la imposibilidad de encontrar una posibilidad de acuerdo entre las potencias vendedoras, finalmente triunfará la independencia de Libia que será proclamada en diciembre de 1951. (Ronald B. St John, «The Soviet Penetration of Lybia», The World Today, 38 (4), avril 1982, pp. 131-38).

7/ Spiegel Online Politik, 19/03/2015 (www.spiegel.de/politik/ausland/)

8/ Citado por Keith Gessen, «Remembering Boris Nemtsov», London Review of Books, 37 (6), 19/03/2015.

9/ Ibid.

10/ Jean-Luc Mélenchon, «Poutine a-t-il tué le cacique eltsinien Boris Nemtsov ?», 4 mars 2015 (www.jean-luc-melenchon.fr/20...)..


Viento Sur

Versión extendida (inglés):
http://newpol.org/content/putin-war-ukraine-and-far-right

Alternativa Antimilitarista - Moc
Administración RSS
i9bet188bet