Si abres tu mente la vida te enseña, digo esto por motivos muy pero muy personales, cuando tan solo era un niño vivía con mis padres, pero eso no era suficiente para que no llegara a pensar en las armas que desplazan, destruyen vidas humanas y el medio ambiente, pasado algún tiempo me dedique a la pesca pero siempre en mí existía esa persona de mente retorcida, que de adentro impulsa hacia afuera a ser un superhéroe para la humanidad; me soñaba con armas de ultima tecnología, y con ellas no habría más hambre, desplazados ni pobreza y mucha educación para todos y todas.
Siempre soñaba con ser un gran militante, nunca fije mi mirada ni la baje ante algún grupo, solo lo haría con quien pudiera ser ese superhéroe que no me dejaba dormir para el bien de la comunidad, solo era un niño que apenas comprendía la lectura y empezaba a escribir, empecé a sufrir los maltratos por las fuerzas del Estado, no solo las sufría por que maltrataban amigos, familiares y demás gente, también por que las asesinaban, torturaban y desplazaban. Asechaba en mi el odio y el repudio de estos criminales, me acerque a grupos de izquierda “revolucionarios”, donde aprendí por mi mismo que ese héroe solo existía en mi imaginación y que también me podían desplazar o incluso matar, asistí frecuentemente a algunas reuniones donde cada día pensaba que ahí era donde debía estar, pero también me di cuenta del pequeño porcentaje con el cual yo no estaba de acuerdo, pues quitarle la vida a otro ser humano no lo concibo, nunca lo hice y nunca lo haré, tal vez porque no quería parecerme a ellos y tampoco al Estado. Una tarde un amigo me invitó a un taller de derechos humanos, donde se me abre una puerta a lo que siempre había soñado, un espacio de lucha y resistencia pero sin armas, es así como empecé a formar parte de la Asociación Juvenil Estudiantil -ASOJER- me enamore de los ideales y el empoderamiento de estos jóvenes en la defensa de la vida, los derechos y la permanencia en el territorio.
Días después fui detenido ilegal y masivamente por el ejército del Grupo de Caballería Mecanizado N. 18, General Gabriel Revéis Pizarro con sede en el municipio de Saravena-Arauca-Colombia, adscrito a la Brigada XVIII, donde la intención además de verificar antecedentes era la de reclutarme para que formara parte de los soldados campesinos. No, no señor con migo eso no va, resistiendo no solo a que pisotearan mi dignidad y mis principios éticos, también aguantando a todos esos insultos ensordecedores y maltrato psicológico que recibía por parte de los militares, siempre sostuve mi postura de no querer ser parte de ningún ejercito, les dije que no iba a tomar las armas, que no iba a atentar contra mi integridad y principios morales, ni con las vidas de las demás personas y que mi ética no lo permitía ya que era un joven de principios y sueños, con una meta de libertad y libre desarrollo de la personalidad. Fueron dos días encerrados en este batallón, resistiéndome a no tomar las armas que quitan vida sin discriminación alguna, a no querer ser parte de un ejército defensor de un Estado burgués y capitalista, financiado por las trasnacionales para beneficio y defensa de las mismas.
Aquella tarde después de un fuerte aguacero, no lo desmiento, las lágrimas corrieron por mis mejillas, la lluvia las camuflaba y de igual forma lo hacía con todo ese miedo que por poco mata los sueños liberales y de paso a mi dignidad. Con mi brazo izquierdo inflamado después de presentar los exámenes médicos, donde el Cabo Primero Téllez, le decía a la enfermera de una forma cantada, a ese sáquele uno o dos litros de sangre para tomarme un poquito de esa sangre roja, espesita, rica, sabrosa y exquisita. Con la dignidad por el suelo también pensaba en la carta que redactaría, pidiendo que no se me golpeara ni se me pidieran hacer cosas infrahumanas que atenten contra mis principios.
Todo esto me demostró que aquel 8 de agosto del 2005, en el que fui detenido con la intención de vincularme al ejército; que no estaba solo en la lucha de liberación y construcción de un modelo incluyente, estuve siempre acompañado de las organizaciones nacionales e internacionales que me apoyaron y presionaron para que se me respetara el derecho de no querer ir a la guerra de ningún ejercito, logrando salir el 9 de agosto del 2005, después de 37 horas de cautiverio, insultos, maltrato psicológico, señalamientos tendenciosos y amenazas de muerte por parte del Cabo primero Téllez, por haberme declarado OBJETOR POR CONCIENCIA
Pero eso no era todo, la pesadilla no había terminado, al llegar a mi casa mi madre lloraba y mi papá me refutaba sin descanso el porque de mi actuación, fue tanto el dolor que me reflejaron que llore, al día siguiente muy de mañanita junto con mi madre fui a donde un amigo de la Asociación, le dije con mucha pena -ya he demostrado que si se puede, pero voy a pagar ese servicio militar- estando en mi casa alistando la maleta con mis objetos personales decidí correr los riesgos y asumir las consecuencias pero no iría a la guerra, -si me encuentra la muerte bienvenida sea y hasta la libertad siempre, por que nadie nace para semilla y es algo que a todos nos toca-, esas fueron las palabras de dolor que salían de mi pecho hacia mis padres.
Todo cambió, no soy el mismo, los supuestos amigos de calle me llamaron cobarde y no salen conmigo, dicen que soy una bomba de tiempo, mi familia me dio la espalda, el ritmo de vida que llevaba a quedado atrás por que el pasado no olvida ni perdona, por mi parte perdono todo, a los que me discriminaron, a quienes pensaron hacerlo y a todos los que no creyeron en mi, ni en mis ideales sociales.
Hoy después de 13 meses he demostrado con todo el coraje y gemidos de dolor de un pueblo, que para contrarrestar el modelo militarista, debes estar conciente que es una lucha individual que beneficia a amplios sectores de la sociedad, es ese uno de los motivos por los cuales digo que las armas nunca son el camino ni es la liberación de los sueños de nuestros pequeños. Me rehusó a comprar la libreta militar por que no le aporto ni le aportare un solo centavo a la guerra, pues comprar la libreta militar seria darle presupuesto a la guerra para comprar munición y Dios no lo quiera una de esas balas compradas con mi dinero sea la mía.
GUSTAVO MONROY
OBJETOR POR CONCIENCIA
Mail: gustavobjetor yahoo.es
Asociación Juvenil y Estudiantil Regional-ASOJER
Mail: asojer organizacionessociales.org
Saravena - Arauca, Colombia 12 de septiembre de 2006