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Diagonal

“Sin la ‘mili’, deberíamos centrar el mayor esfuerzo en la objeción fiscal”: Pedro Palao, objetor fiscal

“Sin la ‘mili’, deberíamos centrar el mayor esfuerzo en la objeción fiscal”: Pedro Palao, objetor fiscal

Diagonal, Jueves 3 de junio de 2010. Número 127ENTREVISTA

PEDRO A. PALAO, OBJETOR FISCAL A LOS GASTOS MILITARES DESDE 1994

“Sin la ‘mili’, deberíamos centrar el mayor esfuerzo en la objeción fiscal”

Desde sus primeros
ingresos, este informático
ha objetado a los gastos
militares año tras año. Las
sanciones no han hecho
más que afianzar sus
convicciones pacifistas

“No en nuestro nombre, ni con nuestro dinero”

Óscar Chaves / Redacción

pedro palao objecion fiscal

DIAGONAL: ¿Por qué eres objetor
fiscal?

PEDRO PALAO: El pagar impuestos
para el militarismo tiene efectos
prácticos mucho peores que la
mili ya que estás sosteniendo al
ejército realmente y sus consecuencias.
Hice la cuenta de qué
significa, en dinero y a lo largo de
mi vida, el esfuerzo que voy a dedicar
al ejército, y es prácticamente

un año de trabajo. Me planteé
hacer objeción fiscal a los gastos
militares (OFGM) tras leer que en
EE UU había gente que lo hacía,
ni siquiera me había planteado
que aquí había una campaña impulsada
por el MOC. Yo estaría
haciendo objeción fiscal aunque
en España no la hubiera.

D.:¿Cuándo empieza Hacienda a
reclamar tus desvíos de dinero?

P.P.: En 1996. En las dos primeras
declaraciones de IRPF, ni siquiera
me hacen declaración paralela, me
devolvieron el dinero, incluida la
cantidad desviada, que yo siempre
he ingresado en la Campaña de
Objeción Fiscal.
En estos 15 años
ha habido todo tipo de situaciones.
Veces en las que no me han dicho
nada y otras en las que me han sancionado.
En la mayoría, me han
mandado una declaración paralela,
donde te dicen que han encontrado
una anomalía. En los dos primeros
años de declaración paralela puse
alegaciones, pero como vi que eso
no servía para nada, lo dejé.

D.: ¿Cuándo te sancionan por vez
primera?

P.P.: En 2008, por la declaración
de 2006. Tuve que pagar 957 euros
de declaración paralela
y 478
de sanción más 78 euros de intereses
de demora. Con la gente de la
Campaña de Objeción Fiscal presenté
dos recursos ante Hacienda,
más políticos que otra cosa. En
Catalunya había pasado lo mismo
y el Tribunal Superior de Justicia
había emitido una sentencia que
indicaba la falta de motivos para
sancionar al objetor porque no había
mala intención en su acto. Pero
no nos hicieron ni caso. Recurrí
otra vez y nada. Revisaron mi expediente
y me enviaron la paralela
de 2005, en la que me habían devuelto
el dinero que declaré como
OFGM, y la sanción. Y ya estaba
presentada la de 2007, así que en
cuestión de meses me llovieron
tres paralelas y tres sanciones.

D.: Entonces en 2008 pagaste al menos
3.500 euros...

P.P.: Pagué casi 4.000. Afortunadamente
no tengo problemas económicos.
Esto pilla a otra persona y
la cruje. Por eso entiendo que haya
gente que pague una cuota fija. Como
está claro que iban a por mí y
me iba a tocar pagar 1.000 euros de
paralela y 500 de sanción con cada
declaración pensé que así no íbamos
a ganar nada. No me importaría
pagarlo si la Campaña de OFGM
en Madrid
decide, por ejemplo, ir
hasta las últimas consecuencias, si
voy a tener soporte, pero si no es
una insensatez. Ahora resto a la declaración
84 euros y sigo dedicando
el 5% a un proyecto, unos 1.000 euros.
De esa forma no tengo que dar
la sanción al Estado (por 84 euros
ni se molestan en enviar una carta).
Mi mujer, que tiene menos ingresos,
siempre ha hecho la declaración
y la OFGM conmigo pero le
han hecho muchas menos paralelas
y no tiene ninguna sanción.

D.: La Campaña de OFGM en
Madrid no tiene muchos recursos...

P.P.: En 2008 al menos tuve esa sensación.
Se consideró que no había la
capacidad para mover este asunto.
Y no quiero culpar a nadie de nada,
bastante hace esta gente.

D.: ¿Cómo calculas la cantidad
que desvías?

P.P.: Lo que he hecho casi todos los
años es descontar el porcentaje que
el Estado dice que va a Defensa, que
suele rondar el 5%. En los primeros
años aplicaba el porcentaje que calcula
el MOC y abarca todo lo que incluye
el militarismo, como la Guardia
Civil y la Policía. Dejé de hacerlo
porque subió mi salario y comenzaba
a ser pasto de los lobos. Además,
defiendo el porcentaje que dice
Defensa porque es un gasto que no
es cuestionable, el Estado lo reconoce
y esto lo puede apoyar mucha
gente, mientras que calcular otros
porcentajes hace que se disperse el
grupo por matices ideológicos que
no son tan importantes.

D.: ¿Cómo valoras estos 15 años
de Objeción Fiscal?

P.P.: Puede que el grupo de personas
que objetamos no crezca mucho,
pero me da la sensación que los
que la hacemos vamos a hacerla
siempre. Es un grupo sólido. Es la
continuación natural a la o bjeción
de conciencia a la mili
. Una vez desaparecida
ésta, la mayor parte del
esfuerzo debería volcarse aquí. Es
algo que puede hacer cualquiera,
pero es difícil extenderla. La gente
ni siquiera quiere oír hablar del tema,
no se quiere meter en complicaciones.
El asunto económico siempre
duele. Y la sociedad está diseñada
para que vivamos al límite, para
ajustar nuestro nivel de vida a nuestro
salario. Además, hay poca cultura
de desobediencia civil. Yo espero
seguir objetando: hoy por hoy es la
manera más efectiva de luchar por
una sociedad desmilitarizada.


Los cuáqueros,
Thoreau y la AIT

A día de hoy, colectivos
antimilitaristas de países
tan diversos como EE UU,
Japón, Colombia, Francia o
Gran Bretaña, muchos de
ellos integrados en la Internacional
de Resistentes
contra la Guerra (IRG) promueven
de manera regular
campañas de OFGM. Aunque
con una motivación
fuertemente política,
siguen la estela que iniciaron
en el siglo XVI las
comunidades de cristianos

cuáqueros, que desde su
creación se niegan a financiar
el ejército, al igual que
hoy hacen los numerosos
grupos amish que residen
en Canadá y EE UU. Este
último país posee una fuerte
tradición de insumisión
fiscal al ejército, un fenómeno
que se disparó
durante la Guerra de Vietnam.

También ha engendrado
teóricos de la talla
de H.D. Thoreau, que fue
encarcelado por negarse a
pagar los impuestos para
financiar la Guerra contra
México (1846-1848). En
Europa, León Tolstoi y los
teóricos libertarios defendieron
la objeción fiscal
como un instrumento esencial
para luchar contra el
militarismo y el capital, al
igual que la Asociación
Internacional de Trabajadores
(AIT), heredera de la
Primera Internacional.

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