Desde que Hamas ganó las elecciones en 2006 la política israelí ha sido desestabilizar la zona por un lado armando y entrenando a sus tradicionales enemigos de Fatah (el partido de Arafat) y por otro bloqueando el acceso de mercancías y personas a Gaza, donde la crisis humanitaria agravada por los constantes bombardeos israelíes han calentado los ánimos hasta tal punto que empezaron a pegarse tiros por el control de los pocos recursos que hay en la zona.
Tras los últimos acontecimientos se puede decir que en Palestina hay ahora mismo tres estados de hecho:
Israel, propuesto como sólo para judíos pero en el que viven casi un millón de palestinos.
Franja de Gaza controlado por fundamentalistas de Hamas, célula independiente de los Hermanos Musulmanes, en el que viven millón y medio de palestinos, y de donde salieron los colonos israelíes en 2006.
Cisjordania, controlado por el nacionalismo palestino de Fatah, con otro millón y medio de palestinos pero inmerso en un proceso de colonización por parte de Israel que lo convierte en inviable ya que han colocado medio millón de colonos en la zona.
El gran beneficiado, de los combates entre Fatah y Hamas es claramente Israel, que tiene a Cisjordania medio colonizada, mediante el muro y otras muchas prácticas ilegales y totalmente afixiada a la Franja de Gaza mediante el control total de sus fronteras. De esta manera podrá implementar tranquilamente el plan de separación en Cisjordania, anexionándose casi la mitad de la misma y dejando a los palestinos varias regiones inconexas en torno a los núcleos urbanos, es decir, algo totalmente inviable como estado.
Con el tiempo podrá además llevar a cabo una propuesta de partidos de derecha, como Isarel Baitanu, de expulsar de Israel a los 800.000 árabes con ciudadanía israelí que ya viven en una situación grave de discriminación. Para ello deberá haber un contexto de violencia que el gobierno de Hamas en Gaza y el de otros países de la zona, como Siria o Irán, pueden permitir.
Israel ahora mismo no necesita pues de tratados de paz o acuerdos internacionales (como lo son los de respeto de los derechos humanos) para extender su visión de un estado sólo para judíos. Los israelíes están convencidos de que lograrán un aumento significativo de sus fronteras, alcanzando todos los acuíferos y zonas fértiles de la zona simplemente mediante el uso de la fuerza. Dado que Israel no tiene que tener buena parte de su ejército en el sur del Líbano para contener a las guerrillas de Hizbolá y de los refugiados palestinos porque los ejércitos europeos están haciendo ese trabajo sucio, su ejército puede seguir acosando tranquilamente la Franja de Gaza y judaizando Cisjordania, todavía ocupada.
Pero no olvidemos que la guerra beneficia además a los proveedores de armas y a los traficantes de petróleo, que necesitan de inestabilidad en la región para obtener recursos naturales, es decir, a los Estados Unidos, esa mano oculta detrás de tantas cosas en el mundo.
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Por Cthuchi Zamarra, miembro del Grupo Antimilitarista de Carabanchel, autor de “Crónicas del Apartheid. Violación de Derechos Humanos en Palestina”. Paz con Dignidad,. Madrid 2004