En la imagen que encabeza este artículo, la universitaria ahora premiada presenta a Arcadi Oliveres en el «Primer encuentro estatal por la desobediencia económica» que tuvo lugar en Zaragoza en la primavera de 2012
EL PERIÓDICO 11/03/2014
Esta noticia pertenece a la edición en papel de El Periódico de Aragón.
«Mi compromiso político, existencial y vital va más allá de lograr la excelencia académica»
Alba Pedro, una estudiante de Ingeniería Informática y de Telecomunicaciones de la Universidad de Zaragoza que ayer recibió uno de los seis Premios al Estudiante (formación y valores) otorgados por el Consejo Social del campus aragonés, donará la cantidad recibida (500 euros) a «una caja de resistencia», que es una institución temporal basada en el apoyo y la solidaridad usada para aliviar problemas económicos puntuales que provocan las sanciones administrativas sobre determinadas protestas. (texto en cursiva: añadido por insumissia tras el original)
La universitaria, que recibió con la camiseta verde contra los recortes el premio de las manos de la consejera de Educación, Dolores Serrat, apuntó que «mis resultados, mi esfuerzo y mi existencia misma han sido posibles gracias a todo lo que hay detrás de mí. No estaría aquí sin una educación pública y los increíbles profesores que he tenido, quienes no solo me formaron académicamente, sino que me inculcaron valores enormemente valiosos y nobles», matizó después en un comunicado.
La premiada es activista del colectivo antimilitarista Mambrú, que lleva a cabo campañas como la de Objeción Fiscal al Gasto Militar, que se iniciará a finales de este mes con el objetivo de no aceptar los borradores previos que remite Hacienda para la declaración del IRPF y desviar luego los fondos del gasto militar para proyectos sociales.
Junto a Alba Pedro, el Consejo Social de la Universidad de Zaragoza también reconoció el mérito de otros cinco estudiantes: Josep Duato, en Ciencias de la Salud; Andrea Pérez, en Artes y Humanidades; Julia Guerrero y Laura Mosteo, en Ciencias; y, por último, Carlos Jiménez en Ciencias Sociales y Jurídicas. Todos ellos también recibieron 500 euros.
El objeto del Premio al Estudiante, que se entregó en un acto celebrado en el Aula Magna del Paraninfo, es reconocer la trayectoria de los actuales estudiantes, valorando además de sus conocimientos teóricos y habilidades profesionales, su implicación y compromiso social, así como la dimensión internacional de su currículo.
Entre los criterios de concesión, según explicaron fuentes de la universidad, se encuentran no solo el expediente académico, sino las prácticas extracurriculares, la formación complementaria recibida (cursos, idiomas-), las estancias en el extranjero y su implicación social (asociaciones, ONG, colectivos de estudiantes, actividades deportivas-).
UN EJEMPLO PARA TODOS
El presidente del Consejo Social, Manuel Serrano, destacó que «el detenido examen de sus expedientes ha puesto de relieve que todos ellos, ejerciendo sus derechos, han cumplido excelentemente sus obligaciones. Sois unos estudiantes que por vuestra formación estáis capacitados para acometer con éxito cualquier tarea que emprendáis. Sois, en definitiva, un ejemplo para todos los universitarios y una esperanza para la sociedad que precisa siempre alumnos como vosotros», matizó Serrano.
EL DISCURSO QUE NO PUDO SER LEÍDO
La repercusión mediática se conseguía a última hora de ayer a base de envios de una nota de prensa con una carta abierta redactada por la estudiante para la ocasión, porque no hubo presencia de prensa in situ, ya que la DGA (Diputación General de Aragón, gobierno autónomico) intenta dar a este tipo de actos un perfil bajo o «privado» (familiares e invitad@s de la propia gente premiada), es decir, casi burocrático.
La carta dice así:
"Escribo esta carta abierta tras recibir el Premio del Estudiante Formación y Valores en la Universidad, para expresar que no es un mérito mío exclusivo. Mis resultados, mi esfuerzo y mi existencia misma han sido posibles gracias a todo lo que hay detrás de mí, todo lo que me mantiene y me respalda. Sin todo esto no estaría aquí.
No estaría aquí sin una educación pública y los increíbles profesores que he tenido, quienes no solo me formaron académicamente, sino que me inculcaron valores enormemente valiosos y nobles, como que todas y todos debemos tener las mismas posibilidades y oportunidades, y que ni la situación social, ni el género, ni la raza, ni la orientación sexual deben limitar nuestras ganas de soñar y de llegar hasta donde deseemos llegar.
Tampoco estaría hoy aquí si no hubiese disfrutado de una sanidad pública y gratuita que me ha permitido crecer y formarme en un ambiente de seguridad, donde mis personas queridas han recibido la mejor asistencia cuando han enfermado, y no ha sido necesario invertir dinero en ello recortándolo en mi educación, mi sustento, mi posibilidad de estudiar en el extranjero.
Mi compromiso político, social, existencial, vital va más allá de alcanzar la excelencia académica y es, al mismo tiempo, condición de posibilidad para llegar a ello: estoy comprometida a no abandonar la historia, porque no quiero que caiga en olvido que todo lo que tenemos ahora, todos estos derechos y prestaciones de los que podemos disfrutar, han costado esfuerzo conseguirlos, y debemos seguir defendiéndolos.
Siempre debemos aspirar a más. Sabemos que a veces luchar por todo esto conlleva consecuencias injustas, pero asumimos el riesgo y apostamos por la solidaridad frente a su represión. Por este motivo voy a destinar el dinero que se me concede de este premio a una caja de resistencia que apoya a todas y todos los que siguen luchando para que cualquier persona, sea quien sea y venga de donde venga, tenga la oportunidad de llegar hasta donde desee. Igual que yo he tenido la oportunidad de recibir este premio gracias a todo el apoyo que he tenido: el mismo que pretenden arrebatarnos por medio de las actuales políticas de recortes de los derechos sociales que tanto dolor están trayendo a tanta gente."