Violentos enfrentamientos en el metro de Par�s cuando se acerca la recta final de la campa�a electoral francesa

Martes, 27 de marzo del 2007

Un rutinario control de billetes en el subterr�neo parisino degener� hoy en violentos enfrentamientos entre unos 200 j�venes y polic�as en la concurrida Gare du Nord, durante m�s de tres horas. Unos 200 j�venes, en su mayor�a, desafiaron a los polic�as lanzando piedras de las v�as, botellas y macetas en un hecho que irrumpe de lleno en la campa�a electoral, a 26 d�as de los comicios, justo el d�a despu�s de que Nicolas Sarkozy abandona el ministerio del Interior para dedicarse de lleno a la campa�a electoral.

Seg�n fuentes policiales, los agentes de seguridad del “metro” fueron agredidos por un pasajero que viajaba sin boleto. El disturbio, que dur� m�s de 3 horas, concluy� con gases lacrim�genos y escaramuzas entre la polic�a y un centenar de j�venes.

Un portavoz de la prefectura admiti� en declaraciones a radio France Info que la situaci�n fue «inesperada» y «muy tensa». La misma fuente inform� que 9 personas fueron detenidas y dos inspectores de la RATP (vigilantes del metro) resultaron heridos.

Los incidentes comenzaron cuando a un viajero sin billete intent� huir del control, agrediendo a golpes a los dos inspectores, seg�n la prefectura.

Un grupo de gendarmes que patrullaba la estaci�n redujo al pasajero, al parecer sin documentaci�n, y lo traslad� a un local cercano al hall central de la Gare du Nord. Inmediatamente, decenas de personas comenzaron a increprar a los agentes.

Los primeros proyectiles no tardaron en volar hacia los polic�as y gendarmes presentes, tras lo que comenz� un violento choque que r�pidamente se propag� hacia los pasillos subterr�neos de las l�neas 4 y 5 del metro y los trenes RER que conectan Par�s con su periferia. La revuelta se disip� luego de que las fuerzas policiales realizaran varias cargas y utilizaran gases lacrim�genos, pero peque�as escaramuzas continuaron hasta la noche, en los laber�nticos pasillos del metro.

La Estaci�n del Norte es una de las paradas m�s importantes de la capital, de donde salen trenes de corta y larga distancia y en confluyen dos l�neas de metro. Durante cuatro horas los trenes no pararon en Gare de Nord generando una situaci�n de confusi�n en los pasillos.

La televisi�n mostr� violentas im�genes, mientras algunos videos realizados con tel�fonos m�viles ya comienzan a circular por la web.

«La polic�a fue brutal con el pasajero, le rompieron su mano, y por eso la gente reacciono as�», afirmo un testigo ante las c�maras de la cadena LCI.

Este hecho violento se da un d�a despu�s de que en el barrio parisino de Belleville polic�as se enfrentaran con padres de un colegio al querer detener al padre de una alumna de origen chino indocumentado.

La polic�a reprimi� violentamente y detuvo a la directora de la escuela por pretender evitar la detenci�n del padre de la alumna, generando una gran manifestaci�n espont�nea en el barrio del norte de Par�s e instalado el tema de los sin papeles en la campa�a.

30 de marzo de 2007 16:41, por M

Parece que existen tesis contradictorias al respecto. Lo cierto es que se trata de un congole�o sin papeles que arrestaron por no pagar el
metro, luego se desat� una revuelta fruto de las frustraciones de los jovenes de
los suburbios en esa sociedad de consumo a la que no tienen acceso. Rabia a ser
vigilados tambi�n... rompieron c�maras de videovigilancia.
14 de abril de 2007 18:10

La derechizaci�n del mundo

El Pa�s
JOS� VIDAL-BENEYTO 14/04/2007

Uno de los m�s agudos pensadores espa�oles de lo social, el profesor Tierno Galv�n, nos hizo ver que la realidad no es algo en lo que estamos, sino un entramado natural-social que producimos como resultado de nuestro existir. Ese resultado, en la sociedad medi�tica de masa, es obra, sobre todo, de los medios de comunicaci�n. El �mbito electoral no escapa a la regla. Prensa, radio y el incesante martilleo de la televisi�n, empujados por los sondeos, construyen una realidad que no es reproducci�n de lo sucedido ni anticipaci�n de lo que va a suceder, sino la materia misma del suceso, es decir, el acontecer electoral organizado seg�n las pautas dominantes. Entre ellas y de manera inesquivable, la derechizaci�n actual del mundo.

Lo acontecido en la estaci�n del Norte de Par�s el pasado 27 de marzo y los relatos, textual e ic�nico, que nos han transmitido, lo han constituido en su realidad medi�tica, es decir, definitiva. A las cuatro y media de la tarde de ese d�a, alguien intenta colarse en el metro de dicha estaci�n sin billete. Se trata, nos dicen, de un adolescente perteneciente a una minor�a de color, que entr� clandestinamente en Francia, en la que vive sin residencia fija, sin trabajo y sin documentaci�n, al que la polic�a intenta detener pero al que protegen y con el que se solidarizan los pasajeros que est�n en ese momento en el lugar en el que se intenta practicar la detenci�n. El forcejeo inicial se convierte pronto en enfrentamiento violento y los contendientes aumentan por ambas partes con la llegada de numerosos j�venes de color y de nuevos contingentes policiales. La algarada en este monumento ferroviario, la mayor estaci�n de Europa, que tiene vocaci�n de laberinto, encuentra en sus tres plantas, en sus m�ltiples escaleras, corredores y andenes, en su incesante movimiento de trenes, en su masa de viajeros, en sus innumerables recovecos, en la turbamulta de salidas y llegadas el escenario ideal para cualquier revuelta, a la que se incorporan los medios de comunicaci�n con su redundancia y sus hip�rboles.

Lo que parec�a una confrontaci�n se transforma a manos de los informadores en mot�n vand�lico, en insurrecci�n incontenible de la juventud marginal. Y las roturas de escaparates, los robos y destrozos de las tiendas que se encuentran en el per�metro de la refriega, el tumulto como medio de afirmaci�n colectiva de las pandillas que han ocupado el vest�bulo central y los rumores que nadie sabe de d�nde vienen, pero que han puesto los �nimos al rojo vivo: «La polic�a, en una carga, le ha roto los dos brazos a una ni�a negra»; «un mendigo al que le han dado una paliza est� agonizando en la puerta del banco que est� junto al restaurante». Es casi medianoche y oigo la radio de informaci�n continua que repite que «siguen llegando a la estaci�n del Norte grupos de j�venes de los barrios perif�ricos que lo rompen todo».

No importa que este relato corresponda m�s o menos a lo acontecido (de hecho, la persona que intent� colarse y desencaden� todos los sucesos no fue un adolescente de color, sino un blanco de 35 a�os que hab�a entrado legalmente en Francia y dispon�a de documentaci�n v�lida; no hubo ni�a con los brazos rotos ni mendigo agonizando y a medianoche no hab�a zafarrancho alguno porque hacia las nueve todo hab�a terminado). Lo importante es que la realidad medi�tica que existe por s� misma hab�a devuelto al tema de la seguridad la posici�n central de la campa�a, lo que supuso tres puntos m�s para Nicolas Sarkozy en las intenciones de voto. �Fue todo ello resultado de una confabulaci�n de los medios controlados por los grandes grupos econ�micos favorables al candidato de la derecha? Frente al simplismo de esta hip�tesis conspiratoria, la explicaci�n m�s convincente es la convergencia entre las determinaciones estructurales, en este caso la l�gica medi�tica, con las dominantes ideol�gicas, el ultraderechismo con sus temas de predilecci�n: el miedo al desorden y la amenaza de la inseguridad. Convergencia que hace de la resistencia ideol�gica a la ola derechizadora la �nica alternativa posible.

#Pol�tica Represiva