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Reuven Kaminer

Vista panorámica de las organizaciones pacifistas israelíes

Vista panorámica de las organizaciones pacifistas israelíes

“Olla a presión” es una metáfora usada a menudo para describir la atmósfera política de Israel. La política está cargada de pasiones y sentimientos, y está marcada, una vez más, por miedos irracionales. El día a día se caracteriza por estallidos diarios de violencia. Los media informan sobre ello, y sus interpretaciones intentan convencer al público israelí de que se trata de una cuestión de “ellos o nosotros” de “matar o morir”.

Es muy importante en esta situación la existencia de un movimiento pacifista en Israel que siga luchando pese a todas las dificultades. Éste podría ser descrita como una comunidad viva y comprometida, que consiguió con sus protestas movilizar a cientos de miles de israelíes durante la intifada de Al-Aksa. Está formado por muchos grupos y organizaciones independientes, que se unen ante acontecimientos extraordinarios.

Se puede partir del hecho de que un tercio de los isrelíes judíos no cree que la versión oficial del conflicto sea cierta, y piensa que la política israelí tiene, como mínimo, buena parte de la culpa de la espiral de violencia. Este tercio es sionista, y se ve a sí mismo como una parte de la corriente política dominante. Su posición moderada se basa en una consideración realista de las posibilidades políticas, y de aceptar que los asentamientos y la ocupación terminarán por acabar con la visión de Israel como un Estado judío. Esta convicción está presente en varios partidos políticos y asociaciones, como por ejemplo el ala izquierda del Partido Laborista, también conocido como el partido de “Las Palomas”, en el partido Meretz, liderado por Yosi Sarid, y sobre todo, en Peace Now (Paz Ahora), la asociación pacifista más grande que existe en la actualidad.

PEACE NOW EN EL HURACÁN DEL “CATECISMO ISRAELÍ”

El dramático fin de las negociaciones de Camp David, en julio de 2000, el comienzo de la Intifada de Al Aksa en octubre del mismo año y la espiral de violencia que le siguió fueron el escenario para una astuta hábil campaña publicitaria del gobierno de Israel y de sus aliados. Su interpretación de los acontecimientos se podría considerar, desde entonces, el “catecismo israelí”: Arafat rechazó la “generosa” oferta deBarak porque se negaba a renunciar a las amplias reivindicaciones palestinas, las cuales eran incompatibles con una forma razonable de solución de dos Estados. No contento con haber dado la puntilla al proceso de paz, Arafat volvió al territorio palestino para inciar, organizar y poner en práctica la Intifada de Al Aksa. Su finalidad era obtener concesiones que no le habían sido otorgadas en Camp David. Esto demuestra que Arafat apostó por una “estrategia del terror” basada en ataques suicidas contra civiles israelíes.

Existe gran cantidad de buenas publicaciones que rabaten cada uno de los elementos en los que se basa este catecismo. Pero fue especialmente Ehud BArak quien defendió esta tesis, durante y después de su desafortunado mandato. Y eso a pesar de haber sido para las palomas sionistas y hasta para la izquierda más radical “nuestro” candidato, elegido en contra de Netanyahu y considerado como un abanderado de la paz. Al final, la campaña de Barak tuvo gran influencia en numerosos grupos de la sociedad, así como en la opinión pública cercana a las palomas.

La derrota de Barak fue aplastante. A consecuencia de esta derrota, los dirigentes del partido Laborista buscaron refugio en Sharon, formando un gobierno de unidad nacional. En contra de la opinión de la mayoría, estaban convencidos de haber entrado en el gobierno para contener las tendencias agresivas de Sharon y hacer de contrapeso a las fuerzas de la derecha. Por otra parte, los líderes de Peace Now vieron que no podían dar su apoyo al gobierno de Sharon y Peres. De esta manera el movimiento permaneció activo contra el gobierno de Sharon y se opuso a la construcción de nuevos asentamientos.

En Peace Now existe, como en la mayoría de los movimientos políticos, un ala izquierda, un ala derecha, y un centro. Y a pesar de coincidir todos en la oposición a la política de Sharon, hay enfrentamientos acerca de la cuestión de si Arafat ha de ser un posible interlocutor en las negociaciones o no. Más allá de esa cuestión, la derecha espera su salvación a manos del Partido Laborista y nunca ha abandonado sus vínculos con Ehud Barak, que no cesa en sus inyectivas contra la dirección palestina. La izquierda fue crítica durante el mandato de Barak como primer ministro y apost’porun pacto de Peace Now con los sectores más realistas de la Autoridad Nacional Palestina. Según su punto de vista, la causa primordial del fracaso del proceso de paz y la llegada posterior de Sharon al poder fue el modo como Israel, y en especial Barak, condujo la negociación con los palestinos.

A pesar de estas diferencias, cabe reconocer que Peace Now siempre rechazó de manera unánime la ocupación, la calificó de principal causante de las tensiones y de la violencia. El movimiento hizo un seguimiento constantes de las actividades de colonización, y advirtió que el gobierno utiliza la guerra contra el terrorismo para poder alentar su propia política de ocupación.

Peace Now sufrió un duro retroceso con el fiasco de Barak. La propaganda del gobierno logró influenciar una gran parte de sus partidarios tradicionales. Los numerosos ataques suicidas asociados a la Intifada fueron seguramente, otro factor que arrastró a una parte importante de la población a la derecha, a los brazos de Sharon, que les estaba esperando. Las dudas y sospechas debilitaron mucho las filas de la paz, y acabaron por paralizar a muchos de los que normalmente hubieran estado dispuestos a manifestarse contra Sharon y su política.

LOS RADICALES SE UNEN
El ala radical del movimiento pacifista, organizada en gran parte fuera de Peace Now, fue crítica con Barak ya desde un principio. Lo juzgaban a partir de sus actos anexionistas y militaristas en Palestina y no por sus campañas públicas, en las que Barak se jactaba de sus progresos en contactos con palestinos y sirios. Los radicales, motivados por principios humanísticos e internacionalistas, nunca aceptaron que las razones del conflicto fueran de la misma categoría y que ambas partes tuvieran la misma responsabilidad en la crisis. Han sido siempre muy sensibles al sufrimiento de los palestinos. Son el núcleo duro del movimiento pacifista, porque han entendido que el militarismo y expansionismo israelí son la verdadera raíz de la crisis.

Muchos activistas del ala radical reivindican tanto la igualdad de las naciones como la igualdad de los ciudadanos. Son muy conscientes del pasado colonial de la región y del papel colonialista de Israel, así como también de la negación del derecho de los palestinos a la autodeterminación nacional. Están en la tradición del pacifismo, del rechazo a la violencia y del antimilitarismo.

No menos importante es la presencia de un movimiento de mujeres, formado por y para mujeres, que trabaja por la hermandad y el feminismo, y que se niega a ver a las mujeres palestinas como enemigas. Estas ideas, o mejor dicho, su difusión. Caracterizan la protesta radical en Israel.

Dirante la primera semana de octubre del año 2000, la policía israelí mató a 13 jóvenes israelíes árabes desarmados, cuando éstos se manifestaban en solidaridad con la intifada palestina. Este acontecimiento provocó una gran conmoción, especialmente entre las filas de los radicales, empujándoles a reaccionar. Parecía que se podía matar impunemente a los árabes israelíes -a pesar de ser ciudadanos del estado de Israel y disfrutar de los mismos derechos que el resto de sus habitantes- igual que sucedía con sus hermanos en los territorios ocupados. Esta acción atroz convenció a todos los demócratas israelíes de que sólo una solidaridad incondicional con la población palesino israelí podría evitar una represión generalizada que se extendiera hacia Israel. Los asesinatos en Israel hicieron patente la situación en los territorios ocupados: una ocupación continuada significa represión y violencia en ambos lados de la línea verde.

LA IZQUIERDA DEL MOVIMIENTO PACIFISTA SE REBELA

Las tres corrientes que más destacan en la izquierda radical son la Coalition of Women for a Just Peace (CWJP- Movimiento de Mujeres por una Paz Justa), los diferentes grupos de objetores de conciencia, que se niegan a cumplir el servicio militar en las IDF Fuerzas de Defensa Israelíes, y la nueva organización Ta ’ayush (hermandad) fundada tras el asesinato de los palestinos israelíes.
Me propongo presentar estos tres grupos de manera más extensa pues representan tendencias y procesos que muestron algunos de los puntos fuertes del movimiento en general. Aparte estas tres, hay otras muchas organizaciones que realizan un trabajo muy importante.

Las mujeres unen sus fuerzas

Los diferentes grupos de mujeres nunca creyeron en la sinceridad del ex jefe del Estado Mayor EhudBarak. Entre estos grupos encontramos organizaciones como Women in black (Mujeres de Negro) Bat Shalom (Hijas de la Paz- Centro Feminista por la Paz y la Justicia), TANDI (Movimiento de mujeres democráticas) o New Profile (Nuevo Perfil). Tampoco estaban dispuestos a aceptar la versión oficial de Barak sobre la crisis de las negciaciones de paz y el comienzo de la Intififada. Además, las mujeres israel’ñies no se fiaban de la cobertura dada por los medios de comunicación en Israel, y por eso eso para informarse recurrían directamente a las mujeres palestinas. Éstas relataron con más fiabilidad el baño de sangre de octubre en las ciudades árabes y analizaban las dinámicas de la ocupación con más profundidad.

Después de otoño de 2000, cada vez más mujeres participaban en las concetraciones cada vez más numerosas y frecuentes de Women in Black. La larga expereciencia en acciones de protesta contra la ocupación las hace inmunes a las afirmaciones del gobierno de que la nueva violencia proviene de una nueva forma de conspiración terrorista de los palestinos. Reacciones parecidas de otros grupos de mujeres fueron la base para una coalición Women in Black, Bat Shalom, TANDI y otras organizaciones. Muy significativo es que la primera acción de la CWJP fuera una manifestación árabe judía en la ciudad árabe de Um-el Fahem, en noviembre de 2000. En las siguientes manifestaciones de la Coalition se pudo movilizar a cada vez más gente. El punto culminante fue una manifestación con más de 2.000 mujeres y hombres, que sirvió asimismo para mostrar sus crecientes vínculos internacionales. Hubo un fuerte contingente de mujeres de Italia y otros países de Europa, liderado por Luisa Morgentini, una parlamentaria de izquierdas. La CWJP mantuvo contactos y recibió mensajes de solidaridad de casi 130 grupos de mujeres de todo el mundo.

Convivir y entenderse

Ta áyush (hermandad) fue fundada en la fase temprana de la segunda Intifada para superar desde abajo las distancias que separaban ambos pueblos por medio de acciones no violentas. La organización supo superar la fractura entre ambas sociedades y consiguió llevar a cabo un sinfín de actividades. Organizaron al meno dos actos públicos al mes que reunieron a cientos de personas de movimientos de base, tanto judíos como árabes israelíes.
Muy típico de su actividad en los últimos 18 meses fue la organización de más de diez convoyes de camiones y vehículos privados para llevar alimentos y medicamentos de primera necesidad a pueblos palestinos, sitiados por la ocupación. El ejército de Israel intentó bloquearlos, pero después de las reacciones negativas de la opinión pública, renunció a este plan. Por otro lado Ta áyush tuvo un pep destacado en una coalición muy amplia de organizaciones pacifistas y humanitarias para luchar contra la expulsión de palestinos de la zona sur de Hebrón, de los cuales muchos son seminómadas y viven en cuevas.

Esta grado sorprendente de solidaridad con el sufrimiento palestino se debe a una tenacidad consciente de los activistas de Ta ’ayush por hacer entender a los israelíes lo que significa ser palestino, y por actuar a su lado contra los crímenes de la ocupación y la discriminación. Y a pesar de que Arafat no goza de muchas simpatías entre los miembros mayoritariamente judíos de Ta ’ayush, también se decidieron a actuar cuando se hizo evidente que Sharon preparaba la expulsión del presidente de la Autoridad Nacional Palestina. Organizaron una delegación de 400 israelíes para manifestar su solidaridad con él. Además Ta’ayush reunió una delegación numerosa para proestar contra las condiciones de su detención en la cárcel de Anser.

Ls miembros de Ta’ayush se han mostrado siempre reticentes a la hora de plasmar su ideario en un documento oficial. Muchos miembros recordaban experiencias traumáticas y las tendencias escisionistas que provocan los debates pragmáticos. Tal vez la organización no necesite de una tarjeta formal de presentación, dado que su actividad se basa en un principio central: la solidaridad árabe-judía. Sea como sea, Ta’ayush responde con acciones simbólicas contundentes a la ola de chovinismo y racismo antiárabe que ha penetrado hasta lo más profundo de la sociedad israelí.

Just say NO- Di simplemente NO

Yesh Gvul (Hay Límites) es una organización de reservistas que objetan parcialmente que se fundó en 1982, durante la guerra del Líbano. Durante todos estos años ha asesorado y animado a otros reservistas de las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF) para que rechazaran una intervención militar en los territorios ocupados. Al estallar la Intifada de Al Aksa, Yesh Gvul empezó a advertir a los reservistas de que pudiera ser que les ordenaran cumplir órdenes ilegales o participar en crímenes de guerra.

Comparada con la tradición de objeción al servicio de reserva, la resistencia de los objetores de conciencia al servicio obligatorio de tres años no ha alcanzado, por lo general, una gran importancia. Siempre hubo valientes que fueron unos meses a la cárcel por rechazar la instrucción básica. Esto cambió de manera dramática en septiembre de 2001. 62 alumnas y alumnos, a punto de acabar el bachillerato, se dirigieron a Sharon en una carta abierta, en la que protestaban “contra la política agresiva y racista del gobierno israelí y de su ejército. No pensamos tomar parte en una política así”. Los firmantes no dudaron en “hacer un llamamiento a todos los que tengan nuestra edad, así como también a los reclutas, soldados profesionales y reservistas, a seguir nuestro ejemplo”. Con su actitud radical, que tenía sus raíces en la realidad israelí, se mostraban muy cercanos a los jóvenes de Seattle y Génova.

Esta carta abierta fue un nuevo elemento de suma importancia para el movimiento de objetores. Pero nadie, ni tampoco la clase política, estaba preparada para otra carta, que se publicó en la prensa de enero de 2002. En ella los firmamentos destacaban que eran oficiales y soldados en las unidades de combate de reserva. Declaraban que no volverían a hacer su servicio en los territorios ocupados.

Los firmantes habían tenido cuidado de destacar las convicciones básicas que les unían con la opinión pública general, con el consenso israelí. Sin embargo, como si fuera un paso hacia el precipicio, los firmantes con su objeción atravesaron una línea de demarcación invisible y fueron a aterrizar en el ala radical del movimiento pacifista israelí. Naturalmente, el texto es importante, pero más importante es lo que hicieron. Hasta el momento, sólo la izquierda había apoyado y fomentado la objeción. La izquierda sionista y la cúpula de Meretz siempre habían expresado su rechazo a la idea de la seruv (objeción de conciencia). La fuerza del sentimiento de rechazo entre los reservistas pronto se hizo notar. Tres meses después de la publicación de la carta, el grupo ya contaba con 400 adherentes; todo esto a pesar de la histeria de la guerra y los intentos de hundir la esperanza de paz en la retórica antiterrorista.

Peace Now, un largo y lento camino de mejora

Muchos de los integrantes de Peace Now habían votado a Barak. Y, lo que es más grave, estaban dispuestos a aceptar su versión de los hechos. Si sus partidarios no se hubieron dado cuenta del peligro gobierno de Sharon, Peace Now posiblemente hubiera caído en un estado de paralización permanente. De hecho, Peace Now se dedicó a descubrir y denunciar la fundación de nuevos asentamientos que en teoría estaban prohibidos tras el pacto de coalición del “gobierno de unidad nacional”.

En cualquier caso la izquierda logró unir sus fuerzas. La coalición de mujeres CWJP, los objetores, Ta’ayush y otras organizaciones árabes y judías se unieron y organizaron en febrero de 2002 una manifestación con más de 10.000 participantes. La izquierda estaba de acuerdo en una cuestión: la fórmula para la paz . Ahora eran Sharon y su gobierno quienes bloqueaban el camino para la paz.

Tal y como se hizo durante la guerra del Líbano, Peace Noe utilizó las acciones de la izquierda como tests. Dos semanas después de la primera manifestación, la organización volvió a la calle, con un apoyo aún más masivo. El postulado central de Peace Now quedó claro: la ocupación es el principal obstáculo en el camino hacia la paz. Pero la organización tenía un problema. Se puso de manifiesto que el gobierno bloqueaba la paz,pero no quedaba claro que opinaba Peace Now sobre el argumento utilizad por el gobierno acerca de un interlocutor palestino. Barak lo había dicho, y Sharon volvía a servirse de ese argumento. Como compromiso, Peace Now se limitó a la cuestión de la ocupación y sus consecuencias negativas. Y, efectivamente la campaña orientada de esta manera condujo a un salto en la capacidad de movilización: más de 50.000 israelíes se manifestaron el 11 de mayo de 2002 en la plaza de Rabin.

El éxito de la manifestación de Peace Now era una señal de que el movimiento se había librado de la herencia amarga de Ehud Barak. Por fin sus seguidores eran conscientes de la necesidad de manifestarse contra las acciones del ejército israelí y la dinámica de la política de asentamientos en los territorios ocupados. La izquierda en el movimiento había mostrado que había una posición muy extendida contra Sharon. Después de haberse hecho pública la iniciativa saudí (y su eco positivo en el mundo árabe), la negativa del gobierno israelí a dialogar sobre cualquier solución política resultó tanto más frustrante. Peace Now tuvo éxito con su lema “Fuera de los territorios”. Fue la expresión de consternación y el horror de la opinión pública israelí ante la dimensión de la represión contra los palestinos.

Sin embargo los líderes de Peace Now tendieron a aceptar el argumento del gobierno según el cual el terro palestino creciente era el responsable del empeoramiento de la situación. Peace Now estaba convencida de la necesidad de una solución política, pero no de si ésta era posible. En este sentido, el ala derecha de la organización así como algunos sectores del partido laborista mostraron una clara tendencia a apoyar las acciones unilaterales de Israel, en vez de volver a las negociaciones con la Autoridad Palestina y con Arafat.

Ilusiones destrozadas

Todo el movimiento pacifista esperaba que la comunidad internacional se diera cuenta de que la estabilidad regional peligraba por falta de una solución política. Apostaba por que los Estados Unidos coordinasen los esfuerzos internacionales por la paz. Se hace raro recordar esta esperanza ilusa, pocos días después del discurso tristemente célebre de Bush, en junio de 2002, dirigido contra el pueblo palestino.

Al final tuvimos que darnos cuenta de que los Estados Unidos bajo Bush solo estaban interesados en calificar cualquier asunto internacional como una cuestión de terrorismo, tal y como ellos lo entendían. Hacen la guerra al terrorismo según su propia lógica y según sus propios objetivos. A la Autoridad Palestina tampoco le sirvió de nada ponerse de lado de los EEUU. No le salvó de la exigencia de abandonar sus aspiraciones nacionales a las necesidades de Israel, el aliado número uno de los EEUU en la región en la lucha antiterrorista y un posible compañero en futuras incursiones militares de los norteamericanos en la región. En este sentido, el problema palestino ha adquirido un carácter mundial. La ocupación de los territorios que estaban previstos como base para la autodeterminación del pueblo palestino entra perfectamente en los planes de Bush. Los Estados Unidos mantienen este estatus como una prenda menor a pagar por la capitulación total. Menos mal que George W. Bush nos recordó que o bien estamos “con él o contra él”, pues eso hace más fácil la elección.

Si todavía queda alguna ilusión viva a este respecto entre el pueblo palestino y el movimiento pacifista israelí, una cosa ha quedado por lo menos clara: los dos van a tener que empezar el largo y difícil camino otra vez desde el principio. La lucha no será fácil, pero el movimiento ha demostrado que puede florecer en tiempos difíciles. Para ello necesitará de todas sus fuerzas morales, políticas e intelectuales.

CARTA ABIERTA DE SOLDADOS Y RESERVISTAS. 25 de enero de 2002

Nosotros, oficiales de combate de la reserva y soldados de las Fuerzas de Defensa Israelíes, educados según los principios del sionismo, de darlo todo por el pueblo de Israel y sacrificarse por él, que siempre hemos servido en el frente para proteger y fortalecer el Estado de Israel:

Nosotros, los oficiales de las tropas de combate que hemos servido al Estado de Israel anualmente durante largas semanas, también a costa de nuestra vida y salud, nos encontramos en el servicio de reserva en los territorios ocupados. Se nos han dado órdenes e instrucciones que nada tenían que ver con la seguridad de nuestro país y que tenían por único fin continuar con el ejercicio de poder sobre el pueblo palestino;

nosotros, cuyos ojos han visto el tributo de sangre que se tiene que rendir en ambos lados:

nosotros que sentimos que las órdenes que se nos dan en los territorios ocupados destruyen todos los valores que nosotros reclamábamos para nosotros cuando crecimos en este país:

nosotros, que entendemos ahora que el precio de la ocupación es la pérdida de la humanidad en las fuerzas armadas de Israel y la corrupción de toda la sociedad israelí:

nosotros, que sabemos que estos territorios no son de Israel u que al final habrá que desalojar los asentamientos, declaramos que no vamos a proseguir esta lucha por los asentamientos.

Nosotros no seguiremos luchando más allá de las fronteras de 1967 para dominar, expulsar, humillar o dejar que sufra hambre un pueblo entero.

Declaramos que seguimos estando a disposición de las Fuerzas de Defensa Israelíes para cualquier misión que pueda servir para la defensa de Israel.

Las misiones de ocupación y represión no sirven a esta finalidad, y nosotros no participaremos en ellas.

Alternativa Antimilitarista - Moc
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