Toda esta indignación que nace de los sistemas no sostenibles e injustos se puede convertir en el fertilizante para hacer una actividad orgánica y creativa. Hay que utilizar la ira como un compost.
Creo que no indignarse por un sistema medioambiental destructivo es formar parte de ello.
Pero esta indignación se puede utilizar para crear alternativas.
Vandana Shiva
1. Capitalismo y cambio climático
Si bien la preocupación por los cambios que, a causa de la acción humana, está experimentando el clima del planeta Tierra, y las devastadoras consecuencias que ello acarrea, no es algo reciente, sí es cierto que es una cuestión que ha cobrado gran relevancia social en los últimos tiempos. A medida que las temperaturas medias suben más y más debido a las emisiones de gases de efecto invernadero, al tiempo que se multiplica la acción depredadora de gobiernos, empresas y particulares sobre los recursos naturales, también crece la atención social y mediática, la inquietud y la pública indignación ante estas dinámicas y la falta de intención por parte de los poderes gobernantes para detenerlas y contrarrestarlas.
La acción destructora a gran escala que el capitalismo neoliberal ejerce sobre su propio hábitat no es algo actual sino que se remonta a los orígenes del propio sistema. El proceso de desarrollo tecnológico del capitalismo ha incrementado la capacidad de depredación de los recursos naturales que conlleva, no solo la destrucción de la naturaleza, sino el exterminio progresivo de los pueblos originarios que tratan de resistirse a su avance. Un sistema que se basa en el incremento sistemático tanto de la producción como del consumo, por su propia naturaleza, no es sostenible dado que los recursos son limitados.
Quienes dirigen estos sistemas políticos y económicos del Norte Global hasta ahora plantean, como única solución para afrontar los posibles problemas sociales derivados de la crisis climática y el posible colapso, medidas de control social basadas en la militarización y securitización.
Ante la previsible escasez de determinados recursos fundamentales, como puede ser el agua, las grandes corporaciones y los estados del Norte Global, únicamente se han planteado garantizarse el acceso a esos recursos por medio de la violencia. Violencia que se ejerce tanto a través de los ejércitos como de estructuras de seguridad privada a cargo de mercenarios como Xe, la antigua Black Water.
En ningún momento se ha planteado la opción de iniciar una dinámica de reducción del consumo y por tanto de la dependencia de estos recursos.
Este proceso de apropiación de los recursos desencadena movimientos de personas a las que se está empezando a llamar “refugiadas climáticas”. De nuevo la respuesta desde el Norte Global es la exclusión militarizada: se califica de amenaza a las personas refugiadas y el único discurso es una apelación a la seguridad y asociado a él, naturalmente, al imprescindible control de las fronteras. La industria de la seguridad tiene un particular y gran interés en la intensificación y la expansión de la securitización de las fronteras. Como ejemplo tenemos el FRONTEX. Cuando nace en octubre de 2005, Frontex (Agencia Europea de Fronteras y Costas), destinada al control de los flujos migratorios, contaba con un primer presupuesto anual modesto de 19,2 millones de euros. En la actualidad, su sede se encuentra en Varsovia, recibe fondos comunitarios por un valor de 333 millones de euros y tiene una plantilla de casi 700 trabajadores. En el último discurso de Jean-Claude Juncker sobre el estado de la Unión Europea el todavía comisario europeo propuso casi triplicar el gasto “en la gestión de la migración y de la fronteras” durante el periodo 2021-2027 hasta los 33.000 millones de euros. Otra de las novedades incluía desplegar 10.000 agentes de Frontex en las principales fronteras en 2027(1).
Otros actores fundamentales para mantener a raya tanto a las personas desplazadas por motivos climáticos, de guerra, o de hambre como al enemigo interno disidente son el ejército y las fuerzas y cuerpos de seguridad de los estados.
(continuará…)
Nota
1- https://www.publico.es/sociedad/pre...
Ver también:
El militarismo como agente destructor del medio ambiente y de los seres humanos (2)
El militarismo como agente destructor del medio ambiente y de los seres humanos (y3)